Reabre este histórico restaurante en Ibiza: ceviches y aguachiles en una casa payesa de 300 años

Tras siete años cerrado, el restaurante El Clodenis vuelve a abrir sus puertas en Sant Rafel con una propuesta que combina a la perfección innovación y tradición en todos los sentidos

Reabre el histórico restaurante El Clodenis.

Reabre el histórico restaurante El Clodenis. / DI

Leire Rodríguez

Leire Rodríguez

Ibiza

Champagne, soda y mezcal infusionado con flor de saúco. Así comenzaba la noche. Con un cóctel de bienvenida que era ya una declaración de intenciones. Delicado, profundo, inesperado. El pasado 8 de mayo, El Clodenis abrió de nuevo sus puertas en Sant Rafel. Tras siete años de silencio, la casa de los patios ibicencos, construida en 1725, resurgió como un espacio que mira hacia el futuro sin soltar la mano del pasado. Este año, la casa cumple 300 años y lo hace más viva que nunca.

Imagen de la inauguración de El Clodenis.

Imagen de la inauguración de El Clodenis. / DI

«En sus escrituras está registrada como Can Fariseu», explica J. Castro, propietario de El Clodenis, sobre la casa. Un nombre que podría hacer referencia a la corriente religiosa del judaísmo en tiempos del Segundo Templo de Jerusalén. «Tras las conversiones forzosas de la Edad Media, muchos judíos se integraron en la sociedad ibicenca y se cambiaron el apellido a ‘Planells’. Les cedieron este terreno, donde se construyó la iglesia cincuenta años después. Por eso, esta es la única casa de la isla que está más alta que una iglesia» añade.

J. Castro, propietario de El Clodenis.

J. Castro, propietario de El Clodenis. / DI

Cocina ancestral adapta a la actualidad

Convertida en restaurante a finales del siglo XX, El Clodenis fue durante décadas uno de los emblemas gastronómicos de Ibiza. Ahora regresa con una propuesta completamente nueva, centrada en la cocina ancestral de raíz mexi-mediterránea, en técnicas prehispánicas y en ingredientes que cuentan historias. Recupera el espíritu de las antiguas cocinas. J. Castro lo explica con claridad cuando afirma que «de momento, está previsto enfocarlo como una casa, no como un restaurante, porque realmente es una casa». Una casa donde suceden cosas. «Una casa de comidas, como los Paladares en Cuba, donde tú te sientas y te dan de comer lo que haya». 

Sobre los muros y árboles de la casa donde se ubica El Clodenis sirven de lienzo para video arte.

Sobre los muros y árboles de la casa donde se ubica El Clodenis sirven de lienzo para video arte. / DI

La noche de la inauguración fue un reflejo perfecto de esa filosofía. El cóctel inicial dio paso a un desfile de bocados para compartir. Croquetas de gambas con achiote, flautas de poularda y cotija, cucuruchos de steak tartar y caviar, tacos verdes con castacán, ceviche de gamba sobre lima braseada, bao de concha negra con camarón empanizado, ceviche yucateco de tumatillo. Todo pensado para disfrutar con las manos y en buena compañía. La carta, diseñada junto a un chef llegado del Pacífico, es corta pero intensa. «Hemos hecho una carta basada en ceviches y pescados», detalla J. Castro. Platos como la tortilla roja de maíz nixtamalizado con atún rojo salvaje y tuétano, el aguachile vegetariano, las patatas chamuco a la ceniza o las costillas al cacao braseadas durante doce horas dan forma a una cocina directa y moderna, profundamente conectada con la memoria. «Todo tipo palillo, para compartir».

El ángel de El Clodenis.

El ángel de El Clodenis. / DI

Mezcales de cultivo propio

Esa conexión con lo ancestral se traslada también al universo líquido. En un rincón del restaurante se encuentra la Mezcaloteque, una selección única de mezcales premium elaborados por pequeños productores de Oaxaca, Guerrero y Guanajuato. El alma de este espacio es Everardo Tejada, un botánico originario de Guadalajara, especialista en destilaciones e infusiones, que ha diseñado una carta original de cócteles inspirados en el concepto de 'barmarcia' o apotheque. Los mezcales son «solo de cultivo privado». Desde hace semanas, recolecta sabina, pino y otras especies de la isla para crear mezclas artesanales que fusionan el herbolario con la coctelería. 

El Clodenis reabre además como espacio creativo. Durante toda la temporada se sucederán propuestas de videoarte. La propia arquitectura del lugar se convierte en lienzo con proyecciones sobre las paredes de piedra. J. Castro insiste en esa fusión entre lo más antiguo y lo más innovador. «He querido fusionar la tecnología punta de las proyecciones de videoarte, con la arquitectura tradicional de la casa payesa».

La inauguración reunió a rostros conocidos de la isla.

La inauguración reunió a rostros conocidos de la isla. / DI

Los espacios del nuevo El Clodenis están concebidos como un recorrido lleno de estímulos. La terraza principal, abierta al público cada noche dispone de unas treinta mesas. En la parte trasera, un jardín con piscina se reserva para eventos privados. «En ese caso, personalizamos la carta para el cliente», explica J. Castro. También existe una zona interior con una micro discoteca, pensada únicamente para celebraciones especiales. Aunque el local cuenta con licencia de música hasta las tres de la madrugada, «no lo queremos exportar como discoteca», afirma.

Un instante del evento de inauguración en El Clodenis.

Un instante del evento de inauguración en El Clodenis. / DI

La esperada reapertura de El Clodenis reunió a artistas, empresarios, medios de comunicación y numerosos rostros conocidos de la isla en una noche realmente mágica, al más puro estilo El Clodenis. El regreso de un restaurante legendario con una propuesta gastronómica inédita en la isla. En definitiva, volver a El Clodenis es entrar en una casa con siglos de historia que se reinventa sin olvidar sus raíces. 

Más información y reservas

Teléfono: 971 71 09 75

Página web: www.elclodenis.com

Tracking Pixel Contents