Lograr su primera estrella Michelin este año en La Gaia ha sido una motivación más para Óscar Molina para continuar trabajando sin descanso. Su pasión por la gastronomía, que refleja tanto en sus creaciones como cuando habla de ellas, va más allá de los reconocimientos, aunque siempre son bienvenidos.
Con 14 años de trayectoria en Ibiza Gran Hotel, el chef se abastece de productos locales para elaborar los dos menús degustación que cada noche presenta en La Gaia. Los pescados y mariscos frescos de la Cofradía de Ibiza, miel de pequeños productores y guisantes de agricultores de la isla son solo algunos pequeños ejemplos de ese vínculo del restaurante con la producción local.
Al entrar en el restaurante, los comensales se sumergen en un paraíso de sensaciones. En su reserva deben elegir qué menú desean disfrutar: el Tanit, con diez creaciones icónicas que representan «un baile de sabores», o el Posidonia, con el que realizar un auténtico viaje culinario a través de 14 secuencias que se adaptan a la temporalidad del producto local. Siempre con un servicio a la altura de un espacio de este nivel.
