A muchos nos ha pasado al inicio de la vida adulta. Te ves fuera de la casa familiar, quizá no tengas mucha experiencia en la cocina y tienes que buscarte la vida para alimentarte todos los días de una forma sana y variada. Surgen mil dudas. Desde cómo se prepara un determinado plato, a cómo se deben conservar los alimentos. En las siguientes líneas proponemos una serie de sencillos trucos con los que iniciarte entre fogones sin sobresaltos.

1- Cómo conservar los alimentos

Probablemente tengas a mano un frigorífico. Asegúrate de que está entre 4ºC y 6ºC de temperatura. Trata de no llenarlo en exceso y mantenlo limpio, sin usar productos agresivos para ello. Guarda los alimentos protegidos (el papel film, el papel de aluminio y los tuppers serán tus mejores aliados) para evitar que se mezclen olores. Presta atención a las fechas de caducidad. Y a ser posible, trata de mantener un orden. Además, las cosas que no preveas consumir a corto plazo, puedes congelarlas, también envueltas de manera adecuada.

2- Trucos para el microondas

En muchas ocasiones, el microondas es el electrodoméstico perfecto para calentar alimentos de manera rápida y comoda. Sin embargo, conviene tener presentes ciertas precauciones, como el hecho de usar recipientes adecuados (cuidado con introducir metal o algunos plásticos no resistentes) o tapar la comida, especialmente cuando lleve alguna salsa, con una tapadera específica para tal fin o con un plato invertido.

3- Utensilios de cocina

Intenta hacerte con un juego completo: cuchillos de varios tipos, espumadera, cucharón, cazos, coladores, peladores, ralladores y, por supuesto, los cubiertos que necesites. Además, unas manoplas para sujetar recipientes calientes te ayudarán a prevenir accidentes, los paños de cocina te facilitarán la limpieza y si te haces con un delantal evitarás manchar tus prendas preferidas en algún accidente culinario.

4- Ojo con las sartenes

En los últimos años, las placas vitrocerámicas se han consolidado como el principal recurso para cocinar desde la encimera. Sin embargo, no todas las sartenes son aptas para su uso en ellas. Vigila bien que tengan el símbolo correspondiente, e intenta que sean antiadherentes. Harás más sencillo todo el proceso de cocina, evitando que los alimentos se deterioren. Utiliza algo de aceite para evitar que las sartenes puedan llegar a quemarse.

5- Sé limpio y ordenado

Cuanto más espacio tengas en la cocina, más fácil te será organizarte. Una encimera despejada es la base de todo. Sé consciente de dónde está cada utensilio y no dejes las cosas al azar. Haz todos los días (a ser posible, después de cada vez que cocines) una ligera limpieza. Te ayudará a que nunca se te vaya de las manos el orden.

6- Calcula los tiempos

No hay nada peor que planificar una comida con más gente y que a la hora prevista no esté todavía cocinada. Sé consciente de cuánto se tarda en hacer cada cosa, piénsalo de antemano y sé riguroso con los plazos. Cuando sigas una receta, de entrada, no improvises. Los tiempos que marquen serán correctos para que el plato esté bien cocinado. Y cuando ya tengas más soltura, podrás adaptar todo a tus gustos.

7- Controla bien las cantidades

Sé consciente de qué te vas a comer y qué no, y utilízalo en tu favor. Por ejemplo, al elaborar recetas con arroz, legumbres o quinoa, tardarás lo mismo en hacer más o menos cantidad, y siempre puedes pensar en hacer para varios días y guardar una o más raciones en tuppers, que te facilitarán la tarea para días que vayas con más prisa.

8- Un truco para la repostería

Si te atreves con la elaboración de tartas o bizcochos, hazlos con tiempo de sobra, no para que se consuman justo después de salir del horno. El motivo de esto es que siempre es preferible no cortar estos alimentos hasta que no estén a temperatura ambiente. La estructura interna y la textura estará así en su punto óptimo.

9- Pruébalo todo

La mayoría de errores se pueden corregir durante el proceso de elaboración, pero para ello necesitarás realizar varias pruebas. Al echar sal o condimentos, es preferible quedarse corto inicialmente. Tras probarlo, sabrás si está en su punto o si debes añadir mayor cantidad. Ah, y si los alimentos están calientes, ten cuidado con no quemarte al probarlos.

10- Déjate ayudar

Si con todo lo anterior sigues teniendo dudas, seguro que siempre tienes cerca a algún amigo o familiar con más pericia en la cocina. Pide ayuda. Dar y recibir consejos es sencillo, y entre varias personas se puede llegar a perfeccionar cualquier técnica. Además, siempre puedes llegar al acuerdo de que otros te presten su ayuda y te enseñen, mientras tú les invitas a la comida... incluso al vino.