Verónica Juan Spiteri es presidenta de la Asociación de bares, restaurantes y cafeterías de la Petita i Mitjana Empresa de Ibiza i Formentera (Pimeef) desde junio de 2020, asociación en la que anteriormente fue vicepresidenta. A lo largo de este tiempo ha tenido que reivindicar y luchar por el sector de la restauración en tiempos de covid.

Tras año y medio de pandemia y de restricciones para el sector de la hostelería, ¿qué experiencias positivas se pueden extraer?

Creo que todos hemos cambiado con esta pandemia. Hemos notado que al reducirse las salidas a cenar o a tomar algo, la gente no quiere sorpresas y reserva antes de ir. También está motivada por la reducción de los aforos. La gente se ha acostumbrado a llamar para asegurarse que tiene mesa, un hecho que antes no era tan generalizado. Parece que ahora somos todos un poco más pacientes, por ejemplo, antes costaba más que los clientes esperaran si no había mesas libres.

¿El virus ha terminado con el intrusismo?

Bueno... Hemos pasado de estar preocupados por el intrusismo a estarlo por las fiestas ilegales. Hay un tipo de intrusismo que se está profesionalizando con plataformas, caterings, etc. Algo que ya se puso en marcha cuando se cerraron los afters (locales de copas que abrían sus puertas de madrugada ) y que ahora ha vuelto. Otro tema que nos preocupa es el botellón que está arraigando en muchos sitios.

Un dato positivo es que durante esta primavera e incluso en las últimas semanas se han abierto nuevos locales.

Sí hay que dar un aplauso a los valientes, por su convicción y su compromiso y es importante ponerlo en valor. También hay que destacar que en Ibiza se está elevando mucho el nivel de la gastronomía.

¿A qué responden estas nuevas aperturas?

El aspecto menos positivo es que se han cerrado muchos locales y como consecuencia ha habido una oferta de locales disponibles a un precio mejor que antes de la pandemia.

Este verano, ¿la gente está saliendo más a cenar que otras temporadas?

La percepción es que hemos estado mucho tiempo en casa y estamos huérfanos de sensaciones y experiencias. También, hay que tener en cuenta, que al estar cerrado el ocio nocturno, los restaurantes son los nuevos centros de entretenimiento, donde los clientes buscan experiencias nuevas. Los restaurantes urbanos y los de playa están trabajando bien, sin embargo en zonas como Sant Antoni o Platja d’en Bossa están sufriendo la falta de turistas extranjeros. De todas formas, estamos mejor que el año pasado.

En qué medida las ayudas están paliando las pérdidas del sector de la hostelería?

Es injustificable que las ayudas europeas y del gobierno hayan tardado tanto. Llevamos esperando más de un año.

Parece que la Escuela de Hostelería de Ibiza comenzará el curso 2022-2023.

Es una buena noticia pero llegamos tarde. Es increíble que destinos como Ibiza y Formentera no cuenten todavía con un centro para formar a profesionales cualificados y residentes en las islas. Algo que demanda el mercado continuamente. No deberíamos estar todos los años dependiendo de mano de obra externa.

¿Este año es más complicado encontrar trabajadores?

Sí, entre la gente que no quiere venir por el temor al covid, los posibles trabajadores que no pueden salir de su país y la incertidumbre, está costando enormemente contratar trabajadores cualificados.

¿Le hubiera gustado tener ‘una Ayuso’ en Balears?

Juzgar cómo actuar en cada sitio es complicado. En Ibiza solo tenemos unas decenas de camas de UCI. No es comparable el caso de Balears con el de Madrid.