La gastronomía continúa siendo uno de los motores de Ibiza y Formentera, pese a que este año ha tenido que demostrar, como nunca, su capacidad de resistir a las situaciones más complejas. En menos de un año y medio, pequeños y grandes restauradores se han tenido que ir adaptando a un sinfín de restricciones marcadas por la pandemia, casi siempre en tiempo récord, muchas veces incluso con dudas por la velocidad a la que se iban produciendo los cambios. Y, en general, lo han hecho con nota.

Comer junto al mar es uno de los grandes placeres del verano. Arkhé Studio

La incertidumbre ha marcado estos últimos meses y, si bien muchos han caído por el camino, otros han retomado su actividad con más ilusión que nunca, han aprovechado para reinventarse o incluso se han lanzado a la apertura de nuevos negocios.

Valor al producto en los restaurantes. | LA GAIA

Los clásicos de siempre han resistido a duras penas las embestidas de la pandemia, pero han logrado salir a flote en su gran mayoría y volver a apostar por la calidad habitual. Los más creativos, por su parte, han aprovechado estos meses para dar una vuelta más de tuerca, y sorprenden ahora con platos nuevos a sus comensales, que están más predispuestos que nunca a sumergirse en la experiencia gastronómica.

Gastronomía de esencia mediterránea en el Chiringuito Cala Gracioneta. | IMAM COMUNICACIÓN

Comensales que quieren más

Si algo ha enseñado esta pandemia es que ahora los comensales necesitan más. Puesto que, en general, salen menos, quieren que la experiencia gastronómica les aporte un plus. «La gente se ha dado cuenta de lo importante que es disfrutar de todo, y la gastronomía es parte de ese disfrute para algunos», expresa la cocinera Ana Jiménez, del restaurante Quimera, en Formentera, quien afirma que la población se ha dado cuenta de lo mucho que ha sufrido el sector de la restauración con la crisis sanitaria. «Hemos estado muy desamparados», añade.

Respecto a los clientes, también cabe destacar que han cambiado algunos hábitos: ahora son más previsores a la hora de escoger restaurante y de reservar mesa, y más pacientes si tienen que esperar cuando no hay espacio disponible, algo en lo que coinciden muchos restauradores de la isla.

Evolución culinaria en las Pitiusas

La gastronomía en Ibiza y Formentera ha evolucionado de forma muy rápida en la última década. «Cuando llegué a la isla, en 2008, Ibiza estaba muy retrasada en el ámbito gastronómico en relación a la península», opina el chef ejecutivo de La Gaia, Óscar Molina.

Sin embargo, ese momento fue clave, según el cocinero, para ver un desarrollo increíble que tendría lugar en un corto periodo de tiempo. «La crisis de 2008 hizo que distribuidores de fuera vinieran a la isla, aterrizaran aquí y pusieran las pilas a muchos distribuidores que no tenían ninguna presión», continúa el chef. Hoy, Molina alaba a estos imprescindibles que «hacen milagros para conseguir lo que los cocineros frikis queremos. Sin ellos sería imposible».

De hecho, a día de hoy la variedad gastronómica que pueden ofrecer Ibiza y Formentera es increíble. Una propuesta variada que va desde los platos tradicionales del recetario ibicenco hasta las creaciones más exóticas llegadas desde otros extremos del planeta.

Llegada de los grandes

Dani García ha sido el último chef reconocido en aterrizar en la isla, inaugurando su restaurante BiBo en Nobu Ibiza Bay. Su nombre, junto a otros grandes que ya permanecían años atrás como el de Nobu Matsuhisa en ese mismo establecimiento, el de Martín Berasategui en Etxeko, el de Paco Roncero con Sublimotion o el de Sergi Arola en Vi Cool, entre otros, dan relevancia a Ibiza como destino en el que la gastronomía merece la pena.

«La cocina tradicional es muy buena en Ibiza: bullit de peix, arroces, pescados... Pero es cierto que esos grandes cocineros ponen a la isla en el mapa», opina el chef ejecutivo de La Gaia, Óscar Molina. Una vez ahí, es momento de mostrar el gran valor de la gastronomía de Ibiza y Formentera y la calidad de muchos productos de la tierra y el mar. Una meta que muchos persiguen desde hace años y que, poco a poco, se va acercando. A pesar de la complicada situación actual.

Decía Einstein que «en los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento». Aún falta tiempo para recuperar el equilibrio, y ciertamente es pronto para determinar cuál va a ser el camino. Pero lo que sí ha quedado claro es que el compromiso de los equipos, la predisposición de los empresarios y el apoyo de consumidores e instituciones son los pilares para continuar velando por la calidad de la oferta gastronómica de las Pitiusas.

Llegada de los grandes