Existen muchas formas de disfrutar de Ibiza y Formentera, y una de ellas, sin duda, es sentarse a la mesa en Beso Beach, un chiringuito boutique que nació hace diez temporadas en Formentera y llegó a Ibiza en 2018.

Beso Beach Ibiza, en la playa de ses Salines.

En un entorno natural como la playa de Cavall d’en Borràs, en Formentera, Beso Beach se ha convertido casi en lugar de culto para visitantes y residentes de la isla. «Somos una tribu que cada tarde se rinde al sol y al mar», dicen desde el establecimiento, que atribuye la increíble esencia de Beso a sus clientes. El buen ambiente reina siempre en sus magníficas terrazas.

Cocina vasca y mediterránea en Beso Beach.

Aquellos que buscan un espacio en el que relajarse y dedicarse exclusivamente a disfrutar de los sentidos encuentran la respuesta en este restaurante, donde esperan experiencias únicas al hilo de la gastronomía vasca y mediterránea. Una cocina cuidada al detalle en todas sus fases: desde la elección de la materia prima hasta la última elaboración.

Qué mejor lugar para escapar con los amigos o la familia. Un oasis en el que disfrutar de la brisa marina, las espectaculares vistas a las aguas cristalinas de Formentera y una panorámica privilegiada a la puesta de sol.

Ibiza también tiene su Beso

El más puro estilo Beso Beach llegó a Ibiza hace cuatro temporadas. El entorno tampoco podía fallar en este chiringuito, por lo que escogieron la increíble playa de ses Salines, donde se integra en armonía con la naturaleza que le rodea.

El ambiente familiar y desenfadado impera en Beso Beach Ibiza, donde los clientes tienen la sensación de que el tiempo se detiene y el placer ha caído rendido a sus pies.

A lo largo del día, la esencia de Beso Beach va evolucionando. Es más que recomendable comer a mediodía para degustar su cocina de estilo mediterráneo y vasco, pero también disfrutar de la música ambiental con un cóctel en la mano mientras llega el ocaso, o rendirse a las extraordinarias cenas.