Estrenos de cine

Crítica de 'Terrifier 3': más carne en el asador

El payaso Art regresa en la tercera entrega de su saga resucitado para exhibir niveles de crueldad y creatividad macabra mayores de los que le creíamos capaz

Un momento de 'Terrifier 3'

Un momento de 'Terrifier 3'

Nando Salvà

Si el payaso Art se está haciendo un hueco entre los villanos más icónicos del cine de terror es en buena medida porque él no solo mata a sus víctimas. Él saborea el acto de matarlas, mutilándolas con esmero y mofándose de ellas mientras las convierte en meros pedazos de carne, mezclando slapstick y brutalidad como lo haría un hijo imposible de Harpo Marx y Leatherface. Y en la tercera entrega de su saga regresa resucitado -murió decapitado al final de la segunda- para exhibir niveles de crueldad y creatividad macabra mayores de los que le creíamos capaz de alcanzar, poniendo así a prueba el aguante de hasta los estómagos más resistentes. Lo vemos aplastando cráneos, pelando caras, desmembrando cuerpos, partiendo nalgas y genitales con una motosierra y lanzando ratas hambrientas dentro del esófago de una mujer, y disfrutando con la carnicería como disfrutaría un niño dejado a su aire en una juguetería.  

Entretanto, el director Damien Leone finge explorar el trauma que sobrevivir a Art causa, y desarrollar la mitología sobrenatural que ya proponía ‘Terrifier 2’ (2022). Pero nada de eso logra que la película sirva para nada más que ser lo más repugnante y asquerosa posible y, por supuesto, preparar el terreno para la inevitable -y ya anunciada- ‘Terrifier 4’. Para quienes consideran que todo cuanto el buen cine de terror necesita es un exceso grotesco de sangre y casquería eso la convierte en un éxito rotundo.

Tracking Pixel Contents