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Crítica de cine

'Annette': operística genialidad

Leos Carax se alía con el dúo Sparks para componer un desbordante musical protagonizado por Marion Cotillard y Adam Driver que está lleno de hallazgos tanto visuales como sonoros y que alcanza la categoría de obra de arte en estado puro por su osadía, su valentía y su oscura belleza

Una imagen de la película 'Annette'.

'Annette'

Dirección Leos Carax


Intérpretes Marion Cotillard, Adam Driver, Simon Helberg


Año 2021


Estreno 20 de agosto de 2021


Puntuación: ★★★★★

Resulta complicado analizar una obra tan compleja y apabullante como 'Annette'. Es una película para estudiar, para detenerse a desentrañar sus intrincadas claves, pero también simplemente se puede disfrutar dejándose llevar por el poder de inventiva visual, las brillantes composiciones, la arrolladora puesta en escena y su poder onírico, surreal y casi fantasmagórico. 

Es sin duda un misterio cómo han podido encajar todas las piezas en este descomunal trabajo fruto de la colaboración entre la banda Sparks y el cineasta Leos Carax. 'Annette' es un cruce tan bizarro como feliz, una especie de lluvia de ideas geniales que nunca se detiene, que nos lleva, a través de un torbellino de canciones de carácter sinfónico, por un viaje alucinado de la luz a la oscuridad, de la pasión y el amor a los celos, el odio y el ego masculino. 

Desde la primera secuencia, sabemos que Carax se encuentra en el puesto de mando como demiurgo de la función, mientras los hermanos Mael introducen a los personajes en una histórica apertura al ritmo de la energética 'So May We Start'. Los artífices reflexionan alrededor de las trampas del mundo del espectáculo y la forma en la que los espectadores reaccionamos frente a la belleza, la poesía que representa el personaje de Ann (una delicada Marion Cotillard), cantante de ópera que cada noche muere en la función, y a la brusquedad e irreverencia del personaje de Henry (un Adam Driver en constante metamorfosis corporal a través de su composición interpretativa), un cómico que se siente incomprendido.

Ellos representan una unión improbable, un amor imposible. A Carax siempre le ha gustado convertir sus películas en una especie de cuento macabro alrededor del mito de 'La bella y la bestia', también ha tendido en los últimos tiempos a exorcizar sus propios fantasmas a través de las historias, que siempre terminan hablando de sus obsesiones particulares e incluso de su propia vida. Sparks se han acoplado al universo del cineasta porque al fin y al cabo también han sido expertos en mezclar géneros, en experimentar, en jugar, solo que mientras ellos se divierten, Carax, sufre y sigue condenándose al tormento. 

Por eso 'Annette' es un filme bellísimo y poéticopero también brutal y desolador, con uno de los finales más devastadores del cine reciente. Podría decirse que el inicio es 100% Sparks, y esa secuencia de cierre, la única sin música, es 100% Carax. Entre medias, la simbiosis resulta apasionante. Escenarios que se convierten en bosques, bebés con forma de marioneta, 'stand-ups' que congelan la risa, tempestades marítimas, apariciones fantasmales y alusiones directas a Harvey Weinstein. ¿Algo más? El arrebato creativo, la furia artística, la eterna búsqueda de la elevación a través de las imágenes y el sonido. 

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