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Mostra de Venecia

Hugh Jackman interpreta al padre de un adolescente con trastornos mentales en Venecia

Florian Zeller retrata a un joven deprimido y a los padres que tratan, en vano, de entenderle en 'El hijo'

Hugh Jackman y Laura Dern, antes de la presentación de ’The son’ en Venecia. EP

Florian Zeller escribió su primera novela a los 22 años, y con la tercera se convirtió en uno de los escritores más importantes de Francia. Luego se centró en el teatro, y no tardó en consagrarse a nivel internacional. En 2020 estrenó su primera película como director, ‘El padre’, que acabó proporcionándole un Oscar a él por su trabajo como guionista y otro al actor Anthony Hopkins. A través de esa larga sucesión de triunfos, ha dado la sensación de ser un artista infalible. La nueva ficción que narra desde detrás de la cámara, y que hoy ha presentado a concurso en la Mostra, demuestra que no lo es.

Retrato de un adolescente aquejado de un trastorno mental y de los padres que tratan en vano de entenderle -Hugh Jackman y Laura Dern son los encargados de dar vida a la pareja-, ‘El hijo’ funciona a modo de secuela espiritual de aquella premiada ópera prima, tanto por el parentesco temático que los títulos de ambas películas sugieren como porque las dos están basadas en sendas obras teatrales escritas por el propio Zeller, como parte de una trilogía dramatúrgica que completa ‘La madre’. La diferencia es que ‘El padre’ no necesitaba esconder o disimular sus orígenes para funcionar plenamente como cine, gracias a un trabajo de cámara y un uso del espacio que evocaban la subjetividad de un enfermo de demencia senil, y en cambio ‘El hijo’ funciona como una mera sucesión de conversaciones durante las que no se aporta una sola idea de puesta en escena. Y el principal problema es que, mientras las mantienen, los los protagonistas del relato casi nunca se expresan o se comportan como lo hace la gente real; una y otra vez, Zeller les hace tomar decisiones obviamente insensata o estúpida para generar momentos de melodrama exacerbado, o los maneja usando trampas melodramáticas flagrantes con la intención de ponernos el corazón en un puño. Quizá cuando adapte ‘La madre’ se le dé mejor.

Si ‘El hijo’ se excede sin reparos en busca de nuestra emotividad, la otra aspirante al León de Oro presentada hoy la evita deliberadamente. Dirigida por la francesa de origen senegalés Alice Diop, ‘Saint Omer’ en su mayoría escenifica de forma extraordinariamente exhaustiva y realista el juicio contra una inmigrante subsahariana en Francia acusada de matar a su bebé de 15 meses. No hay gestos dramáticos ni violines climáticos; todo transcurre no a la manera de Hollywood, sino como lo hace en un verdadero juzgado de provincias. Y la película se muestra tan rigurosa a la hora de materializar su arriesgado planteamiento, y de usarlo para meditar sobre varios asuntos -la maternidad, los problemas de invisibilidad y adaptación que muchas mujeres sufren, la sororidad como única herramienta para solucionarlos-, que su desdén por las convenciones dramáticas acaba siendo su instrumento más efectivo para lograr nuestra implicación emocional.

El dúo que pudo reinar

Los hermanos Donnie y Joey Emerson eran solo unos adolescentes cuando grabaron ‘Dreamin’ Wild’, una estupenda colección de canciones que transitaban por el pop, el rock, el blues y el soul y a las que, por desgracia, nadie prestó atención; inmediatamente pasó a contarse entre los grandes discos olvidados de la historia. Protagonizado por Casey Affleck, el biopic ‘Dreamin’ Wild’ -presentado hoy en Venecia fuera de concurso, recuerda qué sucedió tres décadas después cuando el álbum fue redescubierto casi por accidente, y de ese modo propone una conmovedora reflexión sobre la lealtad fraternal, las segundas oportunidades y la posibilidad de que los sueños se hagan realidad. 

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