Literatura

La autora de Ibiza Neus Riera Balanzat: «La Mola es una isla dentro de otra isla»

Presenta su primer libro, ‘Evocacions. Dies feliços a la Mola’, en Eivissa, en Sa Nostra Sala

Neus Riera Balanzat, con su primer libro, en las instalaciones de Diario de Ibiza.

Neus Riera Balanzat, con su primer libro, en las instalaciones de Diario de Ibiza. / J.A. Riera

Maite Alvite

Maite Alvite

Ibiza

Neus Riera Balanzat dedica su primer libro, ‘Evocacions. Dies feliços a la Mola’ (Balàfia Postals), a sus seis nietos: Marina, Ariadna, Lucía, Sandro, María y Marco. Es en ellos en quién pensó cuando se decidió a plasmar sobre papel todos los recuerdos que acumulaba de los veranos que ella, su pareja, Gilbert Herreyns, y sus hijas, pasaron en la Mola entre la década de los 70 y principios de los 90. «Quería que mis nietos descubrieran cómo habían vivido sus madres durante esa época y la libertad de la que disfrutaron», comenta la autora, que hoy a las 20 horas presentará estas memorias en Sa Nostra Sala, en Vila. Le acompañarán la editora de Balàfia Postals, Neus Escandell, y Joana Tur Planells, que conducirá el evento.

La semilla de esta obra, recuerda, se plantó en una de tantas charlas con sus amigos de la Mola, en el bar restaurante La Pequeña Isla, en una época en que este pequeño pueblo de Formentera «estaba cambiando mucho». «¿Y si escribo un libro sobre todo lo que hemos vivido», dijo en voz alta. A todos les pareció una excelente idea. El 8 de julio de 1999, justo un año después de ser abuela por primera vez, escribió las primeras páginas de una obra que, por circunstancias de la vida, «ha quedado en reposo» muchos años. En 2021 le mostró su trabajo a Neus Escandell. «Lo tenía listo desde hacía tiempo, pero no me había atrevido a publicarlo porque pensaba que me desnudaba bastante», explica Riera. La editora de Balàfia Postals enseguida mostró interés: «Me atrajo porque eran las vivencias de una ibicenca en la Mola, un mundo muy distinto al nuestro».

Tras hacer algunos retoques, el libro vio la luz el mes pasado. La obra se presentó por primera vez, como no podía ser de otra manera, en el Pilar de la Mola, en la Casa del Poble, con motivo de las fiestas de la localidad. Eso fue el pasado 7 de octubre. La de hoy en Vila es la primera presentación que se hace en Ibiza, en la ciudad que la vio nacer.

La primera vez que Riera pisó Formentera fue en la primavera de 1956, con tan solo ocho años. En aquellos tiempo el trayecto en barco entre Ibiza y Formentera tardaba «algo más de tres horas». La autora recuerda con nostalgia en el primer capítulo cómo era la isla en aquella época: «Había muy poca gente, los núcleos urbanos eran muy pequeños, la población vivía diseminada, no había electricidad, las carreteras no estaban asfaltadas y no había ni hoteles ni quioscos».

Aunque visitaba la isla con frecuencia con familia y amigos, cuando Riera comenzó a conocer realmente Formentera y, en concreto, la Mola, fue en 1978, cuando empezó a vivir con Gilbert Herreyns, que había llegado antes, en 1969, y se había instalado en una casa en la Mola. Allí comenzaron a pasar los veranos, desde que Riera, que ha ejercido de profesora la mayor parte de su vida, terminaba las clases hasta el inicio del nuevo curso.

Neus Riera y Neus Escandell, ayer, en la sede de Diario de Ibiza.

Neus Riera y la editora Neus Escandell, ayer, en el Diario de Ibiza. / J.A. Riera

La escritora dedica varias páginas a contar como conoció al artista belga, con el que lleva conviviendo 44 años. Fue un encuentro que le cambió la vida. Nacida en plena postguerra «en el seno de una familia próspera de Vila», «educada dentro de la más estricta moral católica y franquista» y casada a las 20 años con su primera pareja, con la que tuvo tres hijas y de la que luego se separó, la ibicenca quedó deslumbrada por aquel «pelut belga» con una visión de la vida tan diferente a la suya. Al mismo tiempo se enamoró de la Mola, un «pueblecito pequeño, en el que se podía vivir con las puertas abiertas y en el que convivían en armonía extranjeros, peninsulares y los pagesos», que es el nombre que se daban a sí mismos los autóctonos de la Mola. Riera se relacionaba sobre todo con la comunidad de hippies extranjeros y si hay algo que echa de menos de aquel periodo son los amigos que hizo entonces y la forma en la que vivían, con tiempo para todo y sin estar pendiente del reloj. «Teníamos menos dinero, pero también necesitábamos menos», asegura después de explicar que, en cualquier caso, «Formentera nunca ha sido económica». Sin embargo, en aquellos tiempos, asegura, se podían permitir ir casi cada día a un restaurante y cenar pescado, algo ahora impensable.

Riera recuerda muchas de las fiestas de las que disfrutaron en aquellos años y las veladas en el Bar Can Toni, que era su segunda «casa». También explica el nacimiento de la Fira de la Mola, de la que Herreyns fue uno de los impulsores, y cuenta que fue ella la que propuso organizar en la Mola la festa de Sant Joan, que hasta entonces no se celebraba en Formentera. Tanto la feria de artesanía como este festejo han perdido ya toda su esencia, en su opinión.

Narra la escritora que fue a principios de los 90 cuando Formentera comenzó a cambiar y fue encareciéndose cada vez más. Los turistas empezaron a alquilar viviendas en verano y los formenterenses que tenían alquiladas casas payesas a los hippies en la Mola decidieron echarlos viendo la oportunidad económica que se les presentaba. Sin casa, muchos decidieron irse y otros empezaron a montar negocios más rentables para ganar dinero. Es esa la etapa en la que Riera finaliza el libro, que contiene fotografías de aquel período, además de entrevistas a algunas de las personas que Riera conoció en todos esos años, Miquel Tur, del Bar Can Toni; Dolors Ballester y Enric Majoral o Xavier Álvarez. A través de sus testimonios se retrata también a otros personajes como el ceramista Antoni Tur Gabrielet.

Neus Riera Balanzat sigue pasando largas temporadas en Formentera, pero tiene claro que no iría allí «si no estuviera la Mola», a la que define «como una isla dentro de otra isla». «Todavía conserva un poco de autenticidad y se sigue trabajando a otro ritmo más tranquilo», comenta.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents