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Festes de la Terra - Noche de Humor Patricia Sornosa Cómica

Patricia Sornosa, en Ibiza: «Si fuéramos tan feministas no existirían los prostíbulos ni la esclavitud doméstica»

La popular monologuista Patricia Sornosa actuará el próximo martes, 2 de agosto, a las 23.30 horas en el parque Reina Sofía, en Vila, en la Noche de Humor programada por el Ayuntamiento de Ibiza en el marco de las Festes de la Terra

La cómica Patricia Sornosa presentará en Ibiza su monólogo ‘Desaparezca aquí’. José Miguel Ortiz

Patricia Sornosa (Manises, 1977) regresa el próximo martes, 2 de agosto, a Ibiza, donde ya actuó en 2017 y 2018, para presentar ‘Desaparezca aquí’, un monólogo en el que la cómica, con su humor cañero y mordaz, toca temas como el feminismo e invita al público a reír a carcajadas, pero también a reflexionar.

Haciendo referencia al título del monólogo que va a presentar en Eivissa, ¿a quién quiere hacer desaparecer con su actuación del próximo martes?

A los comportamientos egoístas de los seres humanos, que yo también tengo un montón, pero es mucho más fácil ver los de los demás y, sobre todo, los que te afectan a ti como parte oprimida. La risa es un lugar maravilloso para que desaparezcan todos nuestros pensamientos, incluidos los egoístas. Si tienes un poco de suerte y lo que te está diciendo el cómico o la cómica te sorprende y consigue abrir un poco tu mente y hay un componente emocional también, se produce una especie de transformación o liberación de energías pesadas que están depositadas en nuestro interior, en el fondo del estómago. Con la carcajada salen cosas muy antiguas y se renueva nuestra energía. De hecho, lo puedes sentir físicamente cuando has estado una hora y pico riéndote. Sales ligera y renovada.

Entiendo que si va a hablar de comportamientos egoístas, el machismo tendrá su protagonismo...

Claro. Los comportamientos egoístas tienen un componente muy evidente cuando quien los está ejerciendo tiene una posición de poder. Para mí el machismo es el egoísmo de alguien que teniendo una posición dominante, por su estatus económico y social y por su posición de fuerza, incluso física, en lugar de usarla para comportarse de una manera que sirviera a los demás, está haciendo justo al contrario, se está sirviendo de ello para extraer aún más de quienes están por debajo. Así que sí, hablo muchísimo del machismo, casi todo todo el rato, la verdad.

Se declara «feminista a nivel puta loca», tanto que le fastidia no ser lesbiana. Veo que no tiene mucha fe en el género masculino...

Conozco hombres en los que tengo fe, mi hermano es de las mejores personas que conozco, pero como a todas y a todos me han pasado cosas y me he quemado con esa plancha varias veces. De hecho, no soy lesbiana, pero soy heterosexual no practicante. Llevo un periodo largo de abstinencia.

¿Cómo se suelen tomar su humor los hombres?

La mayor parte de las reacciones son muy positivas. Quien viene a verme y ya me conoce de antes llega con buena disposición. Muchas veces lo que me sucede es que quien tengo enfrente no espera que le vaya a hablar de feminismo y ni le apetece ni le interesa. En ese caso, la mayor parte de los hombres se lo toman muy bien, pueden entender que mi intención es que los pasemos bien y que son bromas, y que no es algo agresivo, al contrario, porque lo que estoy intentando es que el público se sienta bien, pero también quiero hablar de algunas cosas. Me emociona especialmente cuando señores mayores se acercan a hablar conmigo después de una actuación para decirme que les ha encantado, que tengo razón, que a veces hacen cosas y no se dan cuenta... También me emociona cuando me pasa con mujeres mayores, porque entiendo que me están escuchando desde un esquema mental muy diferente al mío y saber que he podido comunicarme y entenderme con ellos me satisface. De vez en cuando hay alguna mala reacción, son las menos, pero las más llamativas.

¿De qué tipo?

Desde ponerse agresivo físicamente hasta hablar en mitad del monólogo o no dejarme hablar. Me han pasado ya varias cosas y no solo con hombres sino también con mujeres, por ejemplo, con temas como el aborto o la prostitución. Hay muchas mujeres que se consideran, como yo, feministas que piensan que la prostitución es un trabajo. Cuando me escuchan hablar de la prostitución como violencia, entienden que sus ideas están siendo cuestionadas y sienten que necesitan defenderse.

Patricia Sornosa actuará el 2 de agosto en Vila. José Miguel Ortiz

Eso me recuerda otra frase suya: «La diferencia entre mujeres y negros es que ellos no fueron cómplices de su propia esclavitud»...

Realmente el machismo es un esquema mental que tenemos todos los seres humanos dentro. Lo que nos han enseñando siempre es que el que puede más tiene todo el derecho de vivir de los demás. Deshacerse de ello y entender que hay otra manera de vivir más beneficiosa forma parte del camino del feminismo. Lo que pasa es que cuesta mucho entenderlo porque nuestro egoísmo no nos deja ver que, quizás, si renunciáramos a esa parte todos viviríamos mejor. Siempre nos da miedo eso de perder privilegios y quien señala este sistema es, obviamente, quien está jodida. No va venir casi ningún hombre a decirte que las cosas se podrían hacer de otra manera, es la gente que peor está la que se pone de pie y dice: ‘Yo no puedo seguir con este esquema porque entonces ¿qué hago yo? ¿abuso de los niños?’

Por un lado parece que el feminismo está en auge desde hace unos años y que se hacen avances, por otro, hay estudios que alertan de que aumenta la violencia machista entre los adolescentes y que los jóvenes no consideran los celos y el control como algo negativo. ¿Qué estamos haciendo mal?

Las palabras tienen su importancia, pero escucho los hechos. Yo creo que si todos y todas fuéramos tan feministas como decimos que somos, el mundo sería de otra manera. Creo que como están las cosas es lo que nos muestra de verdad cómo somos nosotras y nosotros. Si fuéramos feministas no existirían prostíbulos, ni la esclavitud doméstica, o, como se llama coloquialmente, ama de casa. No existirían los vientres de alquiler ni tampoco la pornografía. La pornografía es algo paradigmático de lo que sucede. En nuestra casa, cuando nadie nos ve, hacemos cosas y pensamos que eso no tiene ninguna importancia, que eso no afecta al mundo real y no, fíjate lo que está pasando en el mundo y verás cómo somos, no somos feministas.

Si fuéramos feministas tampoco existirían las revistas de moda y belleza...

Exacto, no existirían unas directrices acerca de cómo las mujeres se supone que debemos ser, cómo nos debemos mostrar. Yo esto lo noto con mucha virulencia dentro de mí. Me pregunto por qué me siento tan incorrecta todo el rato y no sabes de dónde viene, parece que sea algo tuyo, pero no lo es, para nada. Lo ves en cada serie que está mostrando cómo las mujeres deberíamos ser, en cada revista y en la publicidad de forma constante, en internet... Las redes sociales están hackeando la mente de los seres humanos. Con todo eso se va creando un molde, una idea de cómo tú deberías ser y si no es así, te sientes fatal y gastas dinero, energía y atención en hacerte adecuada con unos baremos que no sabemos de quién son, míos no, pero siento como si lo fueran.

«No me parecen buenas noticias que nos ofendamos tan rápidamente o con tanta virulencia porque creo que es un reflejo de hasta qué punto el pensamiento egoísta está arraigado en nuestra mente»

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Su humor escuece porque toca temas dolorosos y sensibles. ¿Se pone límites a la hora de sacar punta a algo?

Mi límite es uno muy claro, que la gente no se ría. Los textos, antes de incorporarlos a mi rutina habitual, los pruebo en micros abiertos y les doy bastantes vueltas y si hay una broma con la que la gente no se ríe acaba desapareciendo. La gente no se ríe cuando algo es demasiado ofensivo, si la broma no es buena o no tienen el mismo esquema mental que tú. Los chistes machistas funcionan muy bien porque hay un esquema machista en casi todas las mentes, pero con el feminismo es un poco más complicado. Tengo que cambiar el suelo que hay debajo antes de hacer el chiste. Por eso ahora me resulta más fácil hacer mi comedia, que al principio cuando empezaba. Ahora hay más gente que comparte mi esquema mental, es decir, ya partimos de una visión que es la misma. Así es más fácil.

¿El feminismo estaba ya tan presente en sus inicios?

No tanto. Siempre he tenido esta perspectiva, pero he ido avanzando en cuanto a temas que a mí me ocupan y me preocupan. Pensaba que no iba a poder hacer comedia sobre ellos porque, primero, sentía que mi preocupación no era la mayoritaria y, segundo, porque eran temas que escuecen y se esconden. Nadie quiere que hablemos de pornografía o de prostitución, por eso los prostíbulos están normalmente fuera de las poblaciones. Son actividades que queremos hacer como que no suceden. Que las traigas a la luz es incómodo porque te interpela como ser humano, a mí también. Yo como mujer, cada vez que paso por delante de un prostíbulo, hago como que no lo veo.

¿Qué temas tocó en el monólogo con el que se estrenó como cómica?

Mi primer monólogo se llamaba ‘Una mujer enamorada’ y hablaba de cómo una mujer en ese estado se vuelve tonta, de cómo por amor hacemos cosas de esclava. Tocaba más lugares comunes, era menos específico, pero era lo que me preocupaba en ese momento. Pero luego mi pensamiento se ha ido formando con el tiempo, las lecturas, las charlas, las conferencias, otras compañeras que he escuchado... eso te va cambiando.

¿A qué cotas está en estos momentos el machismo en el sector del humor?

Yo creo que hemos avanzado en una cosa que parece que es una chorrada, pero en mi opinión es muy importante, y es que antes las mujeres que hacían comedia eran solo eso y ahora ya hay una percepción de que cada una tiene una personalidad y que la comedia que hace Patricia Sornosa no tiene que ver con la que hace Virginia Riezu. Eso es un paso muy importante, pero sigue siendo un mundo muy masculinizado, en el que los mejores puestos están copados por hombres, que siguen siendo los que mayoritariamente programan salas, y aún hay mucha gente que tiene en la cabeza esa idea tan estúpida de que las mujeres son menos graciosas.

Hoy en día hay mucho ‘ofendidito’ suelto, solo hace falta echar un vistazo a Twitter. ¿La sociedad ha perdido el sentido del humor, la capacidad de reírse de uno mismo?

Según lo veo yo, no me parecen buenas noticias eso de que nos ofendamos tan rápidamente o con tanta virulencia porque creo que es un reflejo de hasta qué punto el pensamiento egoísta está arraigado en nuestra mente. Quien se ofende tanto es el ego. Estamos soportando estoicamente daños reales que se nos infligen una y otra vez a diario, pero no podemos soportar la ofensa, ¿por qué? porque el daño sucede en el mundo material y la ofensa sucede en tu imaginación egocéntrica, y quien se indigna tanto es porque siente que le han quitado la razón. Es un comportamiento bastante infantil. Yo siento la ofensa también en algunos momentos, pero sé darle su importancia, nadie me está haciendo daño, no me han quitado la comida, ni me van a desahuciar de la casa ni me están expoliando de ninguna manera, es solo que me gustaría tener razón todo el rato. Creo que tiene mucho que ver la ofensa y esta deriva hacia el egocentrismo el hecho de que nos estamos alejando de la idea de lo común. Cada vez cada uno y cada una va más a lo suyo, nuestro mundo es muy pequeño y personal, nos relacionamos mucho con un móvil o con redes sociales, que al final es relacionarte contigo mismo todo el rato.

«Los chistes machistas funcionan bien porque hay un esquema machista en casi todas las mentes»

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¿Qué políticos le dan más juego de la escena actual?

Los de derechas, pero porque veo que tienen algunos comportamientos que son muy llamativos para mí. El caso de Ayuso me parece digno de estudio, algunos de sus comentarios sobre las mujeres, sobre todo criticando al feminismo como dando a entender que no hace falta, o las fotos que se hizo con el covid llorando como una virgen...Tiene momentos estelares.

En sus monólogos hace comedia consigo misma y los problemas que tiene con el alcohol. ¿Es una buena terapia lo de reírse de uno mismo?

Sí. Supe que iba por el buen camino cuando pude hacer comedia sobre eso. Aquí ya hemos andado mucho trecho para poder reírnos de esto y fue liberador poder compartirlo con la gente y ver que no estoy sola en esto.

Lleva desde los 25 años haciendo comedia. ¿Llega a quemar lo de hacer reír?

No, a mí me quema cuando no hago reír, que a veces pasa, y eso sí me destroza. Lo siento como si hubiera tenido un accidente gordo, salgo derruida. Hay trabajos más duros, claro, pero es muy patético ir a un sitio con intención de hacer reír y que eso no suceda, te vas sintiendo cada vez peor y más pequeña. Esto nos pasa a todos los cómicos, que tenemos bolos en los que pinchamos. A mí hacer reír me encanta, no solo en el escenario, también con mis amistades y con mi familia. No pierdo ocasión de hacer un chiste.

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