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La artista húngara Eva Beresin expone este verano en La Nave Ibiza

Beresin se incorpora a la lista de artistas internacionales que han expuesto en este espacio con una muestra en la que pretende «extraer la belleza del dolor». La exposición se inaugura el 16 de julio y estará hasta finales de octubre

La artista de Budapest Eva Beresin pintando en su estudio. | FLN

La artista húngara Eva Beresin (Budapest, 1955) será este verano la invitada para la gran exposición del verano en la Fundación La Nave Salinas de Ibiza, después de las protagonizadas en los años anteriores por KAWS (2015), Marco Brambilla (2016), Keith Haring (2017), Bill Viola (2018), Kenny Scharf (2019) y Rafa Macarrón (2021), «con el objetivo de conectar Ibiza con el circuito del arte internacional y convertir la isla, cada verano, en una cita con la creación actual», destacan desde la fundación.

Beresin es una artista que apuesta por lo arriesgado y radical. En esta muestra, que se inaugura el 16 de julio y estará en La Nave hasta finales de octubre, expondrá obras que se centran «en la idea de la naturaleza cómica de la tragedia propia del comportamiento humano». «Representan la banalidad de lo grotesco en escenas llenas de testigos. En ocasiones, estos testigos se manifiestan como animales y criaturas que interactúan siguiendo patrones de comportamiento humano o que miran directamente al espectador con sorpresa o desesperación», señalan desde La Nave.

«Trabajo extraordinario»

Las obras para esta exposición están creadas a propósito para este espacio de ses Salines, con piezas de dimensiones monumentales con otras de formato más doméstico. «La Fundación La Nave Salinas quiere dar luz a una artista con un trabajo extraordinario, que merece que se conozca», explica Lio Malca, el coleccionista de arte neoyorkino que impulsa la Fundación La Nave Salinas. «Nos llamó la atención su forma de pintar, sus trazos. Pero también cómo se aproxima a situaciones delicadas con imágenes arriesgadas», afirma Malca.

La artista Eva Beresin La Nave Ibiza

En ocasiones, Beresin inserta autorretratos que parecen divertidos, principalmente a través de manos, pies y rasgos faciales distorsionados de forma caricaturesca –una constante en su trabajo–. La artista se usa a sí misma como personaje, porque considera que es la única persona de la que tiene autorización para representar en determinadas situaciones. Ella es la única con la que puede ‘jugar’, algo que refleja la posesión de su identidad en todas sus iteraciones.

«Nunca he buscado la belleza, así que no puedo definir lo que significa para mí»

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«Uso mi cara y mi cuerpo, los pongo en el centro en situaciones que son relevantes para mí, combinándolos con mis criaturas, esas que me han acompañado desde la infancia», relata. «Nunca he buscado la belleza, así que no puedo definir lo que significa para mí», confiesa, y añade que siempre encuentra «una fascinación por las personas y las cosas interesantes, extraordinarias y emocionantes».

Eva Beresin se formó como pintora en la Escuela de Artes Visuales de Budapest. Hija de un coleccionista de arte, siempre estuvo expuesta al mundo del arte desde pequeña, y desde los nueve años ha sabido que la pintura es su gran pasión. Asentada en Viena, Beresin es la primera mujer artista en exponer en la fundación. En 2015, llevó a cabo un proyecto expositivo profundamente personal para la galería Charim de Viena y que la situó en el foco de atención del arte internacional. Esta aclamada exposición se basó en un diario escrito por su madre tras ser liberada de Auschwitz.

Una de las obras de la exposición La Nave Ibiza

Con un manejo audaz del simbolismo, su trabajo recoge historias inspiradas en situaciones trágicas, pero envueltas en una atmósfera positiva, siendo capaz de extraer belleza del dolor. «Hay que tener sentido del humor para sobrellevar el horror», explica Beresin. «Mi coraje para mostrar todo esto, de alguna manera, me hace reír y me anima porque, a pesar de todas las penalidades, todavía estamos aquí». «Mi trabajo, en general, me representa a mí», dice.

Además de estar presente en importantes colecciones internacionales, el trabajo de Beresin ha entrado en la colección permanente del Museo Albertina de Viena.

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