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Segunda jornada de la feria

Ibiza Medieval: Bufonadas para los mayores

Cien usuarios de cinco residencias de Ibiza, acompañados de técnicos de los centros, voluntarios y familiares, visitan la feria medieval de Vila y disfrutan de la música de Treefolk y las ocurrencias, juegos y travesuras de los bufones de Human no Limits

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Así ha sido la tercera jornada de la Feria Ibiza Medieval

En la plaza del Martillo, en el puerto, todo está preparado para recibir al centenar de usuarios de las residencias de Cas Serres, Reina Sofía, Can Raspalls, Sa Serra, Can Blai y Sa Residència que van a visitar Eivissa Medieval. Debido al coronavirus, esta actividad, promovida por el Ayuntamiento de Vila, no se pudo celebrar ni en 2020 ni en 2021, y hay muchos mayores que la echaban de menos, también los organizadores y los voluntarios, que se han volcado en la iniciativa. «Es un acto muy bonito», comentan Joan Sillero, presidente de la Associació de Voluntaris d’Eivissa ,y José Manuel Sánchez, vicepresidente de esta entidad y uno de los coordinadores del evento. La participación de voluntarios ha superado las expectativas, reconocen.

La concejala de Bienestar Social de Vila, Carmen Boned, que supervisa que todo esté en orden, afirma que, además de los catorce técnicos de las residencias que han acompañado a los mayores a la feria, se han sumado a la actividad algunos familiares y «154 voluntarios», que van pertrechados con camisetas del programa ‘Feim voluntariat’.

A cada mayor se le equipa con un sombrero, para protegerle del sol, que pega fuerte, y con una bolsa de desayuno. «Al terminar se les hará un pequeño obsequio, un set de jabones de ‘Campos de Ibiza’ con la imagen del Medieval», señala la concejala de Bienestar Social.

La actividad comienza con una pequeña ruta por Eivissa Medieval que se reduce a la zona del barrio de la Marina, a los puestos de artesanía y productos locales instalados entre la Plaça de sa Font y el Mercat Vell.

Acompañado por Soledad, una voluntaria, Vicente Ramis se da un paseo por la calle Antoni Palau, rememorando viejos tiempos, cuando trabajaba de cocinero y vivía en Vara de Rey. «El mercado está de maravilla. Veo más puestos que otras veces», comenta este ibicenco de 90 años. Es usuario de Sa Residència, como Dalia Guerrero, que va de la mano de una joven voluntaria, Paula. Esta ponferradina que en agosto cumplirá 91 años explica que nunca antes había estado en Eivissa Medieval y que le han llamado la atención muchos puestos, como el de las artesanas ibicencas que hilaban lana.

Público congregado en la plaza del Martillo, en el puerto de Ibiza. Vicent Marí

Tras el recorrido por la Marina, la diversión se traslada a la plaza del Martillo, donde van a actuar dos de los grupos de animación de la feria. La música corre a cargo de Treefolk, que ya estuvo en Eivissa Medieval en 2015. La formación sevillana, que componen Alejandro Casasola, Antonio Manuel Suárez e Ignacio Gil, va a interpretar «temas propios con percusión y gaita».

De la diversión se ocupan los bufones de la corte Trasto y Picias, de Human no Limits, un grupo con sede en Segovia que participa por primera vez en la feria de Vila. La experiencia está siendo «muy buena», comentan los artistas, a pesar de que pasearse por Dalt Vila con zancos, como hace Trasto, no debe ser nada fácil. «Tampoco es para tanto», replica restando importancia a sus dotes equilibristas.

Cumpleaños con sorpresa

Antes de las once y media, hora programada para el evento, los bufones comienzan a caldear el ambiente con algunas de sus travesuras y Treefolk se suma enseguida a la fiesta con su música.

Miquel Tur Costa se queda con la boca abierta cuando frente a él se sitúan los dos grupos de animación e interpretan el ‘Cumpleaños feliz’. «Ha sido precioso, no me lo esperaba», dice emocionado minutos después este usuario de la residencia Can Blai que celebra sus 80 primaveras.

La sorpresa se la ha preparado Aurora, la voluntaria que le acompaña en esta actividad. Antes de regresar a su asiento, Miquel Tur baila con Picias, mientras Trasto saca a la pista a Aurea Gilmartín, que se mueve con mucho garbo a sus 86 años. Se nota que disfruta con la música, y es que, como ella misma explica, en sus tiempos era directora de un coro. Esta segoviana de 86 años usuaria de la residencia Reina Sofía visita por primera vez Ibiza Medieval y asegura que se lo está «pasando bomba».

Algunos de los asistentes se arrancan a bailar. Vicent Marí

Treefolk anima a los asistentes a que sigan con las palmas la música y, a continuación, invitan a salir a escena, para tocar, a Víctor Gabriel Olivera, que protagoniza otro de los momentos estelares del evento.

Este artista uruguayo usuario de la residencia Cas Serres demuestra que mantiene intactas sus habilidades como músico y su ritmo candombe.

La bufona Picias revela al público otro detalle de la biografía de Olivera: durante «más de 20 años dio vida al rey Baltasar» en la cabalgata de Vila.

El jolgorio llega a su cenit cuando los bufones y los músicos animan a los voluntarios a salir a la pista para bailar y participar en sus juegos. Es una forma de rendirles homenaje porque sin ellos, como reconoce Carmen Boned, eventos como éste no serían posibles.

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