CIUTADELLA
CIUDAD SEÑORIAL
La antigua capital de la isla, cuenta con edificios que reflejan la tradición medieval, las historias de nobles feudales y la huella de las múltiples culturas que han pasado por Menorca. Un paseo sosegado permite adentrarse en sus callejuelas adoquinadas descubrirlas fachadas señoriales de sus palacios. Junto a esta parte más histórica Ciutadella ofrece una amplia oferta gastronómica en los restaurantes cercanos al puerto.
MAÓ
LA CAPITAL DE LA ISLA
La capital de la isla de Menorca se encuentra en el puerto natural más grande del Mediterráneo. Alrededor de la bahía se desarrolla la vida de esta ciudad en la que se pueden contemplar las pintorescas casas mahonesas levantadas sobre el acantilado junto a los edificios más característicos como el mercado del Claustre del Carme y la plaza del pescado. Además, Maó concentra una amplia oferta cultural.
SANT LLUÍS
El TOQUE FRANCÉS
El pueblo blanco de Menorca es una clara muestra de la denominación francesa denominado Sant Lluís, en honor al monarca Luis XV. Uno de los mayores atractivos de esta pintoresca población son sus pueblos de costa y sus playas de fina arena blanca. Al emblemático molino que da la bienvenida al visitante a la entrada del pueblo le siguen unas casitas bajas de estampa mediterránea.
FORNELLS
EL SUEÑO DEL MARINERO
En el norte de la isla se encuentra Fornells, un pequeño pueblo de pescadores situado en una bahía de más de 3 kilómetros de longitud, ubicación perfecta para que los navegantes se refugien del viento de tramuntana. El pueblo respira mediterraneidad entre sus callejuelas encaladas y su agradable paseo marítimo repleto de restaurantes. Uno de sus grandes atractivos es, sin duda algún, la posibilidad que ofrece de degustar una de las exquisiteces gastronómicas más conocidas de la isla: la tradicional caldereta de langosta. La bahía de Fornells forma parte de la reserva marina de Menorca y en sus aguas es posible disfrutar de un sinfín de actividades deportivas, como el submarinismo, la vela o las rutas en kayak.
ES MERCADAL
EL CORAZÓN DE MENORCA
Ubicado en el mismísimo corazón de la isla, es Mercadal es el pueblo mejor comunicado gracias a su cercanía con cualquier punto de la isla. Situado al pie del punto más alto de toda Menorca, el Toro, cuenta con una variada y destacada oferta gastronómica. En sus restaurantes se pueden encontrar los sabores más antiguos del lugar, con platos tradicionales elaborados desde hace siglos en el interior de la isla, así como otras tendencias mucho más innovadoras en las modernas cocinas de la localidad.
ES MIGJORN
EN EL NÚCLEO DE LA CULTURA POPULAR
Cuna de la cultura popular gracias a su hijo ilustre, el folclorista Francesc d’Albranca, es Migjorn puede presumir de contar en su biblioteca municipal con una destacada colección centrada en el folclore menorquín. Se dice que, entre sus calles estrechas y el ritmo pausado de sus habitantes, podría encontrarse el secreto de la longevidad. Dicho mito queda reforzado no solo porque entre sus vecinos figure más de un centenario, sino también por tratarse del lugar en el que nació y vivió el conocido como el ‘abuelo del mundo’, Joan Riudavets, fallecido en 2004 a los 114 años. Es Migjorn también destaca por contar con tres pequeñas joyas en su zona de costa: las playas de Sant Adeodat, Sant Tomàs y Binigaus.
ES CASTELL
EL PASADO BRITÁNICO
Los vestigios del paso del pueblo británico por la isla se reflejan con gran intensidad en este pueblo costero, que nació originariamente bajo el nombre de George Town. Muchas de las fachadas están cubiertas de un rojo intenso en una imitación del color del típico ladrillo mediterráneo. La entrada en la costa norte del puerto de Maó está dominada por las vistas privilegiadas de la fortaleza de la Mola.
ALAIOR
TRADICIÓN DULCE
La tradición pastelera de Alaior está presente en la maestría de los pasteleros alaiorenses para la fabricación de unos dulces que son su mayor atractivo al igual que su industria quesera y lechera. Sus impresionantes iglesias, la de Sant Dídac y Santa Eulàlia, restaurada recientemente, conservan el legado de la historia de una ciudad que dejará un recuerdo dulce entre sus visitantes.
FERRERIES
NÚCLEO INDUSTRIAL
El pueblo de Ferreries, situado en el centro de la isla, se caracteriza por mantener viva la industria artesanal tradicional destacando sobre todo la bisutería y el calzado, este último teniendo como especial protagonista las abarcas menorquinas. Este pueblo de interior fue creciendo poco a poco en el centro de un pequeño valle con el ruido de las máquinas de coser de los artesanos del cuero. Hoy en día, ese trabajo se ha trasladado a las fábricas de prestigiosas firmas de calzado de diseño que exportan al resto del mundo desde la isla.
ES MIGJORN GRAN
LA JUVENTUD DEL PUEBLO MÁS PEQUEÑO
Es Migjorn Gran destaca por su juventud. Puede considerarse la población más joven, en términos históricos, de Menorca. Su fundación como municipio independiente de Es Mercadal data de 1989, unos escasos 30 y pocos años en los que la población ha crecido en cuanto a importancia turística gracias a los arenales que alberga su costa, orientada completamente hacia el sur. “Migjorn” significa media jornada, marcaba el tiempo en que un carruaje tardaba en cruzar media isla hasta llegar al otro extremo. Por lo que Es Migjorn Gran era el descanso necesario para proseguir el camino hacia Ciutadella o Maó. Tradición y juventud convergen.
LLUCMAÇANES
ESENCIA RURAL MENORQUINA
En esta pequeña localidad lo que importa es el campo y se respira la esencia rural menorquina. Las fachadas con reminiscencias inglesas, francesas o árabes desaparecen entre las “paredes secas” que delimitan las casas de Llucmaçanes. Considerada, igual que Sant Climent, una pedanía de Maó, Llucmaçanes es un conjunto de caminos estrechos que llevan de finca a finca. De casa rural a casa rural. Todas ellas con una estética inspirada en la parte más agrícola del carácter menorquín. La conservación del entorno natural prevalece sobre la configuración del pueblo, que tiene su centro en la capilla dedicada a Sant Gaietà, patrón de la localidad.
SANT CLIMENT
UNA LOCALIDAD CON MUCHA DEVOCIÓN
Mirando hacia el sur de la isla se encuentra la pedanía de Sant Climent. Entre la urbe de Maó y los terrenos escarpados del municipio de Alaior resalta esta pequeña localidad surgida de la devoción. La capilla erigida en honor a Sant Climent es la que da nombre a esta población, donde la vida vecinal determina el calendario de actos festivos, así como su carácter cercano y amigable. La forma jurídica de esta población, a medio camino entre uno de los pueblos más pequeños de la isla y una urbanización dormitorio para los habitantes de Maó, la decidió en 1817 el entonces obispo de Menorca. La religiosidad y la tranquilidad determinan su idiosincrasia.
