Cada despensa refleja el estilo de cocina y los gustos de cada casa. Los ingredientes básicos como la sal y el aceite coinciden en muchos hogares, pero cuando se amplía el abanico de especias y alimentos para las diferentes elaboraciones entran las preferencias de cada uno.

Si esto sucede en la vida cuotidiana, ahora para Nochebuena, Navidad y Nochevieja es todavía más acentuado. Por ejemplo, cada casa tendrá su postre estrella para cada comida navideña, pero nunca faltarán los turrones, los polvorones y mantecados.

Los protagonistas

Más allá de los dulces, hay entrantes como el jamón ibérico, el queso y el foie que son imprescindibles para empezar la Nochebuena por todo lo alto. Eso sí, siempre acompañado de pan, mucho pan para que nadie se quede sin. Hay quienes complementan estos entrantes fríos con salmón ahumado, para el que no podrá faltar la mantequilla, el eneldo y la salsa tártara.

En función de cada región hay más o menos, pero uno de los protagonistas de las comidas navideñas es el marisco. Ya sean almejas a vapor, langostinos cocidos, pastel de cabracho o gambas a la plancha, el abanico es muy amplio y apto para todos los gustos y bolsillos.

El plato principal suele elaborarse en el horno. Ya sea carne tipo pichones, capones o perdices, pato, cordero o cochinillo. Por no hablar de las carnes rellenas: redondos, pavos y pollos con carne picada, frutos secos y las especias favoritas de cada casa.

Con la bebida pasa lo mismo. El marisco necesita su vino blanco, las carnes asadas su vino tinto y, por supuesto, el cava o champán no puede faltar en el momento más dulce de la fiesta para celebrar la Navidad.