El rearme y la defensa

Europa prepara combatientes de inteligencia artificial para la guerra en el ciberespacio con un programa de la española Indra

El proyecto AIDA edifica la defensa de los ejércitos europeos en el ciberespacio con 32 millones de euros de presupuesto

Soldados españoles manejan material informático en un puesto de mando en Lest (Eslovaquia).

Soldados españoles manejan material informático en un puesto de mando en Lest (Eslovaquia). / JJF

Juan José Fernández

Juan José Fernández

Madrid

Con mucho menos ruido que el movimiento de blindados en maniobras, con menos debate alrededor que la fabricación de munición, en un dominio discreto, desconocido y de importancia vital como el ciberespacio, Europa está llevando a cabo el que quizá sea su reclutamiento más importante. Y no son militares de carne y hueso los que alista, ni drones, ni vehículos, sino soldados de inteligencia artificial.

AIDA es el nombre de este cuerpo especial e invisible. Las siglas responden al proyecto Artificial Intelligence Deployable Agent (Agente Desplegable de Inteligencia Artificial). Un agente de IA es mero software, en este caso programas preparados para la detección y la neutralización de ciberataques a sistemas militares.

La compañía española Indra está desarrollando la herramienta central de AIDA, programa con aportación del Fondo Europeo de Defensa para un presupuesto de 32 millones de euros, y en el que participan 28 empresas, startups y centros de investigación de 15 países europeos.

Según ha desvelado en momentos previos a la celebración en Madrid de la Feindef (Feria Internacional de Defensa y Seguridad), la firma española está liderando la capacidad central de AIDA, aportando la plataforma de inteligencia IndraMind para gestión de operaciones críticas y multidominio que, como contó este diario, tiene aplicaciones militares y civiles.

Guerra informática

La guerra de Ucrania ha demostrado que en un conflicto de alta intensidad la campaña de ciberataques ya no es un prólogo de guerra híbrida, sino directamente la primera fase de un conflicto de alta intensidad. Y que durante esa guerra moderna el combate en el ciberespacio es permanente, con los bandos tratando de colapsar los sistemas del enemigo. Es un flanco crucial para todos los estados mayores: de nada sirve un enorme esfuerzo para tener el armamento más moderno si un ciberataque lo deja fuera de combate.

Actuación en un ataque con misiles o drones por unidades navales en una simulación de IndraMind

Actuación en un ataque con misiles o drones por unidades navales en una simulación de IndraMind / Indra

El desarrollo de AIDA en Europa responde al desarrollo de AICA en la OTAN. En la Alianza Atlántica llaman así al Agente Autónomo Inteligente de Ciberdefensa. Lo impulsa el Centro de Excelencia de Ciberdefensa Cooperativa de la OTAN, CCDCOE, con base en Tallin (Estonia). En una presentación de su arquitectura de referencia, el Centro de Excelencia explica a sus visitantes: “Sistemas complejos e interconectados masivamente, vehículos de defensa aislados, infraestructura y otros sistemas exigen tasas de fallo extremadamente bajas. En caso de ciberataques, los operadores de seguridad humanos no pueden reaccionar con la suficiente rapidez, por lo que necesitamos una ciberdefensa activa, autónoma e inteligente”.

En AIDA, la misión de los agentes inteligentes es “detectar las ciberamenazas, analizarlas y darles respuesta”, explican en Indra. Esa respuesta puede ser autónoma o alertando y ayudando al operador humano en operaciones que en el campo de batalla digital reciben el mismo nombre que en el terrenal: movimiento y maniobra, inteligencia, fuego, mando y control…

Mosaico y enjambre

Pero en la guerra informática es clave no solo fallar lo menos posible, también hacerlo con la máxima velocidad. E, igual de rápido que se levanta la defensa ante un ciberataque, responder. “Hemos evolucionado de una guerra centrada en redes a una guerra centrada en decisiones, en la que la ventaja en el campo de batalla radica en adquirir superioridad cognitiva para decidir más rápido y mejor, mientras se generan dilemas constantes al enemigo para complicar y ralentizar su decisión”, explica Luis José García de la Iglesia, responsable de diberdefensa de Indra.

Los ingenieros de Indra trabajan en la creación de una plataforma que proporcione a los militares consciencia situacional en el ciberespacio, según ha desvelado la compañía. Además, coordinará un campo virtual de demostración de la actuación de agentes de IA en ciberoperaciones militares. En este caso se trata también de explorar cómo pueden esos agentes fortalecer el SCOMCE, el sistema de combate español que maneja el Mando del Ciberespacio de las Fuerzas Armadas.

La plataforma que desarrolla Indra permitirá integrar a los agentes autónomos de IA de los ejércitos europeos en lo que en Indra llaman “cibermosaico”. En esa red de defensa, cada agente podrá tener autonomía de acción, reparto de funciones y posibilidades de actuar en enjambre.

Para finales de este año se esperan las primeras pruebas del cibermosaico, en el marco del EU Guardian, el Fondo Europeo de Defensa.

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