Cita con las urnas

¿Victoria del PSC? ¿Duelo ERC-Junts? ¿Mayoría independentista? Las tendencias que aún pueden cambiar en Cataluña

Todo adelanto electoral responde, pues, al interés del jefe del ejecutivo y, por extensión, del partido al que pertenece, por lo que no suele ser una decisión improvisada

Ilustración multimedia destacado - escenarios electorales en Cataluña

Ilustración multimedia destacado - escenarios electorales en Cataluña / Redacción

Jose Rico

Convocar elecciones anticipadas es un privilegio exclusivo de un presidente. Ni siquiera tiene la obligación de consensuarlo con los miembros de su gobierno. Todo adelanto electoral responde, pues, al interés del jefe del ejecutivo y, por extensión, del partido al que pertenece, por lo que no suele ser una decisión improvisada. Cuando Pedro Sánchez avanzó por sorpresa las generales, creía que le era más conveniente para sus intereses hacer votar en verano a los españoles que esperar a otoño. Y acertó. Pere Aragonès ha llegado a la misma conclusión: es preferible hacer votar a los catalanes dos veces en un mes porque dejar pasar los nueve meses que restaban de legislatura sometería a ERC a un desgaste mucho mayor.

Si se miran las encuestas en estos momentos, la partida electoral estaría bastante decidida. A diferencia de hace tres años, cuando el PSCERC y Junts quedaron en un pañuelo de solo un escaño, tres puntos y 84.227 votos, las distancias ahora serían mucho más amplias. Según el promedio de todos los sondeos publicados durante esta legislatura, Salvador Illa le saca cinco puntos a Aragonès y nueve al partido de Carles Puigdemont, que a su vez está cuatro puntos por detrás de Esquerra. Pese a ello, la gobernabilidad continuaría siendo complicada porque, por primera vez en 12 años, la mayoría independentista en el Parlament se tambalea.

Sin embargo, toda conclusión con estos cálculos es precipitada porque en los 54 días que irán desde la disolución de la Cámara hasta la cita con las urnas pueden pasar muchas cosas.

1.¿Victoria del PSC?

Illa ganó por la mínima en 2021, y solo en votos, pero en estos años se ha beneficiado de dos factores: el cisma entre ERC y Junts, la transición de ambos hacia la vía pragmática y el talismán que acompaña a Sánchez para salvar todas las situaciones límite. Superada la crisis que el 'procés' abrió en sus filas hace una década, los socialistas se impulsaron al recuperar a la mayoría de votantes que habían migrado a Ciutadans. Pero las pocas papeletas que quedan en ese caladero miran más hacia el PP, con quien podrían incluso compartir coalición.

La derecha atacará con fuerza al PSC por la ley de amnistía, cuyos efectos en su electorado todavía no han recogido las últimas encuestas publicadas. Desde que empezó el año, los socialistas han subido siete décimas. El sondeo del GESOP para Prensa Ibérica sobre las elecciones generales elaborado en febrero reflejaba que el PP es la principal fuga de votos que sufre el PSC, y que tres de cada 10 votantes de Illa están en contra de la amnistía, porcentaje que había crecido 5,5 puntos desde noviembre. En la magnitud de esa erosión y en la capacidad de compensarla atrayendo voto descontento de los Comuns estaría la victoria socialista. Cosa distinta, claro, es que después pudiese gobernar.

2.Duelo ERC-Junts?

El electorado independentista castigó más a Junts que a ERC por la ruptura del Gobierno catalán en 2022. Los puigdemontistas cayeron con fuerza y los republicanos, aunque no crecían, aguantaban bien el golpe de gobernar solos con una mayoría muy frágil. Sin embargo, desde enero esa tendencia ha empezado a cambiar. Mientras Aragonès ha perdido medio punto en los últimos dos meses, JxCat solo ha arañado dos décimas, pero al menos ha frenado la caída. Sin presupuestos, con Puigdemont amnistiado y con las impopulares restricciones por la sequía acechando, esta tendencia podría haber resultado irreconducible para ERC en los meses venideros.

Ahora bien, en las encuestas del GESOP y del CIS se ve cómo Junts capitalizaba más que Esquerra los réditos de la amnistía hasta que impuso el veto que retrasó su aprobación en el Congreso. Una maniobra de dilación que puede acabar siendo letal para los posconvergentes si Puigdemont no llega a tiempo para la investidura. Aunque JxCat venda que es posible, hay muchos obstáculos. Puede encabezar la lista como hizo en 2021, pero para concurrir a la investidura tiene que ganar a ERC (y ya quedó tercero hace tres años) y lograr que el futuro presidente o presidenta del Parlament acepte dilatar el proceso hasta que se le aplique la amnistía. Es decir, la ciudadanía primero y las alianzas después tienen que remar a su favor.

3.¿Mayoría independentista?

El magma independentista afronta sus elecciones más complicadas. La paulatina pérdida de votos se acentuó el año pasado en las municipales y las generales, que registraron la suma más baja de papeletas secesionistas desde 2016. Incluso bajaron del millón de apoyos en las generales, los comicios más refractarios para el soberanismo. En las catalanas de 2021, con la participación más baja de la historia, el independentismo cosechó su mejor porcentaje, con un 50,77% contando al extinto PDECat.

En el Parlamento catalán esa mayoría se quedó en el 48,05% y las encuestas vaticinan hoy un retroceso de 3,5 puntos. También en escaños, por primera vez desde 2012, la media demoscópica se queda por debajo de la mayoría absoluta. Todo dependerá de cuánto suba la participación en un contexto tan diferente al del 'procés' y de a quién penalice la posible división electoral en hasta seis marcas: ERC, Junts, CUP, la lista de la ANC, Aliança Catalana y el proyecto de Clara Ponsatí y Jordi Graupera.

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