12 de octubre

El desfile del 12-O se celebra en Madrid con abucheos a distancia para Sánchez

El Rey preside la ceremonia con la princesa de Asturias en su primer acto oficial tras jurar bandera

Gritos de "¡Qué te vote Txapote!" a Pedro Sánchez a su llegada al desfile del 12 de Octubre

PI Studio

Juan José Fernández

Bajo presidencia de los reyes, y con la princesa Leonorcelebrando su primer acto público tras haber jurado bandera, más de 4.000 militares han desfilado por el Paseo del Prado de Madrid en la conmemoración del 12 de octubre.

La parada militar de la fiesta de la Hispanidad se ha desarrollado con la acostumbrada secuencia de gestos no oficiales cara a la galería, entre ellos un escrache al presidente del Gobierno, atenuado esta vez el alboroto por estar los silbadores a más de 100 metros de distancia.

El Gobierno en funciones ha acudido prácticamente en pleno, con las ausencias, también por viaje oficial, de la ministra de Igualdad, Irene Montero (en Chile), y la vicepresidenta Nadia Calviño (en Marruecos, para una reunión del FMI).

Estaba entre las autoridades el resto del ala izquierda del ejecutivo de coalición, si bien la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, cumplía también a primera hora de la mañana con su tradición de execrar la fiesta, esta vez con un tuit: “Nuestro país debería plantearse seriamente dejar de conmemorar su día nacional en el aniversario de un genocidio contra los pueblos de América Latina”, ha opinado.

Así ha sido el salto de María del Carmen Gómez la primera mujer en portar la bandera española en paracaídas

PI Studio

Abucheo

En esta ocasión, uno de esos gestos que se venían consolidando en el desfile del 12-0, el abucheo ultra radiotelevisado al presidente Pedro Sánchez al llegar e irse, no ha tenido lugar en las cercanías de la tribuna de autoridades. Y no porque no estuviera convocado por los activistas habituales en todo tipo de redes sociales -esta vez añadiendo insultos al Rey los más extremistas- sino porque la nueva colocación de las gradas de presidencia del acto castrense las han dejado considerablemente lejos del público común. Hasta la zona, no obstante, llegaba el eco de un intenso abucheo a más de 100 metros de distancia.

El desfile ha cambiado de lugar de celebración por las obras que se están llevando a cabo en los alrededores del estadio Santiago Benabéu para la construcción de un carril bici. Así tuvo que explicarlo Defensa 24 horas antes, saliendo al paso de una rumorología, también en redes sociales, según la cual se escogía esta vez la hermosa arboleda entre museos madrileños con el objetivo de reducir la exposición de Sánchez.

El nuevo emplazamiento, desde la plaza de Neptuno hasta la de Colón, ha mantenido alejado al público de las zonas reservadas a autoridades por la sucesión de rotondas y medianas en ese tramo de la principal calle de Madrid.

Los grupos de alborotadores han silbado, pero no a Pedro Sánchez en carne y hueso, sino más bien a la imagen que veían en sus móviles siguiendo las retransmisiones televisivas. Han cantado el “que te vote Txapote”, y han gritado "Puigdemont a prisión", han hecho sonar bocinas, e incluso han lanzado abucheos anticipatorios cuando veían pasar algún coche oficial que sospecharan fuera de Presidencia, pero el efecto de la protesta se ha atenuado considerablemente: fue más ruidoso en televisión que en la plaza de Neptuno.

En los corrillos de la recepción ofrecida por el jefe del Estado en el Palacio Real, Sánchez ha hablado sobre los pitidos y abucheos que ha recibido durante el desfile. A su juicio "estamos viendo a los de siempre apropiarse de los símbolos comunes", informa Pilar Santos. Para Sánchez el problema "lo tienen ellos, no nosotros".

Princesa

Leonor de Borbón ha presenciado el desfile de pie, tras su padre, ataviada con el uniforme y la boina granate de cadete de la Academia General Militar, donde recientemente ha jurado bandera.

La princesa de Asturias celebraba así su primer acto oficial graduada ya en la primera fase de su formación militar. En uno de los gestos simbólicos, estos sí oficiales, de la ceremonia, ha acompañado a Felipe VI en el atril bajo la bandera durante el acto de homenaje fúnebre que precede al desfile.

El gran debut de la princesa Leonor en el desfile de las fuerzas armadas

PI STUDIO | FOTO: DAVID CASTRO

Entre las anécdotas de color de la parada militar, una lesión practicamente invisible de Felipe VI, que se ha roto el escafoides de la mano izquierda jugando al pádel y se ve obligado a llevar muñequera. O una petición de mano de un militar del Aire a su novia civil cuando esperaban el inicio del desfile. O un salto sin precedentes de los paracaidistas: han vuelto a bajar la bandera desde las alturas, pero este jueves, por vez primera, lo ha hecho una mujer, la cabo Camen Gómez, que forma parte de un grupo de comandos de élite.

En el cierre del desfile, el tradicional broche de la Legión y los Regulares. Con la primera iba el chivo Pacoli, un veterano: ya desfiló un 12-0 en 2019, cuando aún estaba por llegar una pandemia, no había estallado una cruenta guerra en Ucrania, ni había horrorizado al mundo la peor ofensiva terrorista en Israel.