Cuevas

La desprotección arruina dos cuevas prehispánicas en Las Palmas

Las oquedades, ubicadas en el municipio de Santa María de Guía, se están llenando de basuras tras la destrucción de las puertas

Imagen del interior de una de las dos cuevas con un viejo vehículo abandonado.

Imagen del interior de una de las dos cuevas con un viejo vehículo abandonado. / La Provincia

Juanjo Jiménez

En el camino hacia el barrio de San Juan, en las medianías de Santa María de Guía, en Las Palmas, se encuentran dos grandes cuevas de propiedad privada que, según los expertos, probablemente tuvieran un uso prehispánico y que se están deteriorando por la entrada de miles de palomas durante décadas, y tras la reciente pérdida de sus puertas, por la acumulación de basuras.

Se trata de dos oquedades de considerable tamaño que se está comunicadas, si bien para acceder de una a la otra hay que utilizar una vieja escalera de madera, dado la gran desnivel del interior.

La que se encuentra a ras de entrada es la que presenta la acumulación de cartones, restos de enseres domésticos, material de obras incluso lo que queda de las puertas que hasta hace poco protegía su interior, todo presidido por lo que queda de un vehículo de los años 30 o 40 del siglo pasado, con partes de la carrocería de latón y madera.

Situada en el lugar conocido como El Naranjo, entre fincas agrícolas, y en una vía principalmente utilizada por los residentes de la zona a modo de atajo, presenta características que para los expertos apuntan a la posibilidad de su uso prehispánico como granero, pero con todas las cautelas ya que de momento ninguna administración ha emprendido una inspección a fondo que determine esas condición.

Sin investigar

Esto a pesar de que desde al menos el año 2008 asociaciones como Depaca, dedicadas a la protección del patrimonio de Canarias, ya reclamaran entonces «una investigación para desvelar nuestros secretos de la vida aborigen en la isla», tras constatar que no existiera ninguna documentación sobre ambas oquedades.

En aquél entonces, su presidente, Jesús Cantero, consideraba que se trata de un granero, y que su localización «en un lugar más próximo a Gáldar -entonces sede del Guanartemato y metrópolis de la Isla- plantea nuevas hipótesis sobre el Cenobio de Valerón».

Deterioro

Ahora bien. Determinar si se trata de un granero, o un gran silo que de alguna manera formara parte de una red de almacenaje en la que se integraría el citado Cenobio de Valerón se antoja, dado su estado, de difícil determinar, ya que a lo largo del tiempo ha seguido siendo ampliado en su interior para guardar animales, según se desprende de los elementos que aún conserva. Desde que se abandonó esa utilización se ha ido acumulando el estiércol de paloma con miles de ejemplares entrando allí durante décadas, lo que supone otro factor de deterioro, y de esos posibles silos apenas quedan unos pequeños huecos que quizá podrían ser colmenas.

Hasta hace poco la entrada se encontraba protegida por esas puertas de madera que ahora están tiradas en un interior con una profundidad de entre quince y veinte metros y cuya mayor peculiaridad se encuentra en la forma que ha ido adoptando su interior durante siglos de uso, en el que se han dispuesto distintas cámaras distribuidas entre diferentes arcos.

Rehabilitación del Cenobio

El aspecto de la parte alta recuerda efectivamente al del vecino Cenobio de Valerón, un yacimiento emblemático de Gran Canaria, y de todo el archipiélago, que precisamente está recibiendo en los últimos meses una rehabilitación en profundidad por parte del Cabildo de Gran Canaria, a través de la empresa Arqueocanaria, con una inversión de 300.000 euros.

Como recordaba el presidente del Cabildo, Antonio Morales el pasado mes de enero, el recinto sufrió durante los años del boom turístico una fuerte intervención para facilitar el acceso, lo que supuso una agresión en parte de sus graneros.

Se da la circunstancia que el Cenobio, como granero fortificado, era de difícil acceso, y para dotarlo de esa pasarela se llegó a utilizar el propio material arqueológico circundante, algo que se quiere paliar con esta obra para devolverlo lo mejor posible a su estado original.