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El PSOE negocia con el PP enmiendas menores para atar su voto en la reforma del 'sí es sí'

Se mantienen conversaciones para asegurar su apoyo aunque en Ferraz hay pocas dudas del respaldo de los 'populares'

Cristina Narbona, Pedro Sánchez y María Jesús Montero.

Cristina Narbona, Pedro Sánchez y María Jesús Montero. / EP

Marisol Hernández

El PSOE quiere garantizarse el apoyo inequívoco del PP en la votación de la reforma de la ley del 'solo sí es sí' esta próxima semana y, aunque daba por seguro su respaldo, está abierto a aceptar algunas enmiendas menores para atar su apoyo.

Fuentes de ambos partidos confirman que existen conversaciones en cuestiones no nucleares. El PP ya salvó la tramitación de esta modificación legislativa, impulsada en solitari por los socialistas tras el profundo desencuentro con Podemos, que votó en contra de la toma en consideración.

PSOE y PP coinciden en que la única manera de revertir la bajada de penas a los delincuentes sexuales que se ha producido por la entrada en vigor de la ley estrella del Ministerio de Igualdad -casi un millar de reducciones de condenas e incluso excarcelaciones- es con la creación de un subtipo que agrava la penas en los casos de que haya violencia, intimidación o anulación de la voluntad de la víctima.

De este modo se busca evitar que en los delitos que se produzcan a partir de ahora las penas no sean menores que con el Código Penal anterior a la ley del 'sí es sí'. De hecho, la propuesta del PSOE es muy parecida a una que habían registrado previamente los populares, algo que ha generado algunas interpretaciones de supuesto plagio en el seno del Gobierno.

En cualquier caso hay voluntad política de incorporar algunas de las correcciones "técnicas" que han registrado los populares, después de que el Ministerio de Justicia las haya revisado y haya dictaminado que son "asumibles". Por ese motivo se están produciendo contactos pero aún no hay nada "cerrado". Hay tiempo aún a lo largo de la semana ya que a la Comisión de Justicia formará la ponencia este lunes, aprobará el dictamen el martes y el pleno avalará la reforma el jueves.

Estas conversaciones son un ligero avance en el agujero de hielo que media entre Ferraz y Moncloa y Génova. En las últimas semanas se han observado leves signos de descongelación. Se informó al PP del plan sobre la formación militar de la princesa Leonor, antes incluso de que al socio minoritario de Gobierno, Unidas Podemos, y se les dio entrada en la renovación del Consejo de Estado.

Siempre se confió en el PP

Desde el principio, cuando Pedro Sánchez dio la orden de que el PSOE presentara su propio texto sin esperar más a un acuerdo con Irene Montero que no se conseguía alcanzar, los socialistas dejaron claro que no les importaba sacarlo adelante con los populares. Cuando esta semana se conocieron las enmiendas de Podemos, ERC y EH Bildu, el PSOE subrayó que no cambiaba nada. Aunque por primera vez la formación morada ponía por escrito su propuesta para cambiar su propia ley, el PSOE insistía en que "no corrigen" en el futuro las rebajas de penas que se han producido en aplicación de ley del sí es sí. De hecho, la postura del PSOE es que la alternativa que proponen beneficia a los reincidentes y a los casos más violentos. En lugar de un subtipo plantean que la violencia o la intimidación sean agravantes, lo que limita acudir a esta circunstancias -limitadas a la hora de encarecer la condena-. para ajustar la pena a los hechos.

Este inevitable portazo -lo extraño habría sido que tras meses de una cruenta batalla pública llegaran a un acuerdo- dejaba la aprobación definitiva de la ley en manos del PP. Pero ni en Ferraz ni en Moncloa han temido nunca por su reforma porque consideraban que, su apoyo previo a la tramitación, les obliga al voto afirmativo. "Si no lo hicieran, tendrían difícil explicarlo", aseguran en el ala socialista del Ejecutivo.

Pese a que el PSOE todavía no acaban de explicarse cómo se pudo permitir que el Ministerio de Igualdad sacará adelante esta ley con esas deficiencias al actuar sobre las penas y cómo después se tardó cuatro meses en reaccionar, lo cierto es que el clamor de los barones para que Moncloa diera una respuesta política o la propia cercanía de las elecciones autonómicas y municipales, llevó a Sánchez a rectificar. Ferraz cree que así se minimizan los efectos electorales de este desastre legislativo porque la mayoría social del país está a favor de que se rectifique, algo de lo que también es consciente el PP.