8.100 municipios

Feijóo evita romper con Vox como Ayuso ante la posible ola de pactos tras el 28-M

Bendodo mantiene una estudiada ambigüedad con la ultraderecha: "El PP ni rompe ni se casa con nadie"

Ayuso y Feijóo, el pasado mes de febrero en València, donde el PP celebró una reunión con todos sus barones y los principales candidatos municipales.

Ayuso y Feijóo, el pasado mes de febrero en València, donde el PP celebró una reunión con todos sus barones y los principales candidatos municipales. / EFE

Pilar Santos

No son solo estilos distintos de hacer política, ella más impetuosa y él más gallego, con todo lo que eso significa. Es que también parten de casillas muy diferentes en el pulso que el PP lleva cinco años echando con Vox en las urnas. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya frenó a la ultraderecha en las elecciones adelantadas de mayo de 2021. El partido de Santiago Abascal se sentía fuerte después de haber sido necesario en Andalucía y haber torcido el brazo al PP en Catalunya (11 escaños contra tres), pero Ayuso le puso firme. Vox solo sacó un escaño más en la Asamblea madrileña: pasó de 12 a 13. Ella dobló de sobras sus escaños de 2019, de 30 a 65. Alberto Núñez Feijóo, en cambio, parte en desventaja en las elecciones generales (88 diputados frente a 52 de Vox en el Congreso) y tiene que pensar en las otras 11 comunidades y los 8.100 municipios que también celebrarán elecciones el 28 de mayo.

Ayuso, este jueves, lanzó el mensaje más potente de su precampaña: "Definitivamente, es bueno que a partir de hoy cada uno siga su camino", le espetó a Rocío Monasterio, la jefa de Vox en la Asamblea y con quien ha ido tejiendo acuerdos los últimos cuatro años para poder gobernar. El mensaje llegó 24 horas después de que, en el Congreso, los diputados del PP se abstuvieran en la votación de la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez que ha copado la actualidad política esta semana. Una abstención ante la ultraderecha no es bien vista en países como Francia y Alemania, donde durante décadas han vetado cualquier acercamiento a esos partidos radicales para intentar frenarlos.

Vuelta la mirada hacia el equipo de Feijóo para preguntar por la ruptura de Ayuso con Vox, el discurso es mucho más templado y mostrando comprensión a la vez con la decisión de la presidenta madrileña: "Si un partido no te permite aprobar los presupuestos, esa ruptura o ese distanciamiento tiene sentido, aunque insisto: el PP ni rompe ni se casa con nadie", respondió este viernes Elías Bendodo, coordinador general del PP, a los periodistas.

Gobernar "con lo que pueda"

Fuentes de la dirección de Feijóo aseguran que Vox "tiene todavía la marca fuerte", de manera que arrastra más su nombre que cualquier candidato que puedan presentar en las municipales y autonómicas, y eso es un riesgo para el PP. Ya se vio en Castilla y León con un desconocido Juan García-Gallardo, que en la actualidad es vicepresidente del Gobierno autonómico de Alfonso Fernández Mañueco. Esas fuentes de la cúpula conservadora consideran que la "ambigüedad ante Vox" va a durar "meses", porque los candidatos a las alcaldías del PP pueden necesitar los votos tras el 28-M y no se les puede poner ya ese veto de entrada. En España, 7.300 municipios de los 8.100 que hay tienen menos de 10.000 habitantes. Dirigentes del PP admiten sin cámaras que el PP tiene que gobernar "con lo que pueda".

La fotografía final que dará las elecciones en ayuntamientos y comunidades es la que teme Feijóo. Si hay muchos gobiernos a medias entre PP y Vox, como ahora el de Castilla y León, el político gallego sabe que eso puede convertirse en su principal talón de Aquiles para sus elecciones generales, que se celebrarán antes de que acabe el año.

Los populares pactando con la ultraderecha en mayo es música para los oídos de Sánchez, que ya azuzó el miedo a Santiago Abascal en los comicios a la Moncloa de 2019. Este miércoles, en la última jornada de la moción de censura, el jefe del Ejecutivo volvió a poner el acento en esa suma de PP y Vox que reflejan todas las encuestas y que es la única que, por ahora, permitiría que Feijóo llegue a la Moncloa. "Lo que les une es detener los avances sociales y las políticas progresistas de este Gobierno, desandar el camino, volver a las políticas hoy desacreditadas que desgarraron social y territorialmente este país. El único móvil es el retroceso. Esa es la única razón de esta moción destructiva", declaró. 

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