"Le felicito por su intervención, le ha aplaudido todo el mundo menos [Ramón] Tamames", ha arrancado Gabriel Rufián su discurso en la moción de censura presentada por Vox y abanderada por el exdirigente del PCE dirigiéndose a Santiago Abascal. El líder de ERC ha dedicado casi media hora para arremeter contra el partido de extrema derecha y contra su candidato, pero en el último minuto le ha mandado un mensaje al Gobierno de Pedro Sánchez: "Muchos de nosotros también pensamos que este Gobierno tiene motivos para ser censurado".

Tras horas de debate y con un Tamames desactivado que no ha querido responder a los grupos parlamentarios, Rufián ha avisado de que la ultraderecha se está escondiendo tras la idea de "no somos fascistas, somos patriotas" y ha llegado a decir que en parte es culpa del Ejecutivo, por su "abandono" de la gente. "A ustedes no le va a echar una moción de censura, les va a echar la inflación", les ha espetado, criticando que el Gobierno no esté haciendo nada ante la subida de los precios de los alimentos. "Comiencen a pensar en la gente que están decepcionando y no tanto en los gerentes de los poderes que los están presionando", les ha espetado

"Una democracia no puede sustentarse en la cuenta corriente de la gente, una democracia debe sustentarse en las cosas corrientes que afecta a la gente", ha continuado. Y no ha sido el único. La portavoz de EH BilduMertxe Aizpurúa, ha ido en la misma línea: "No es suficiente con decir que viene la derecha. No es suficiente con ser lo menos malo. No es suficiente con proteger lo que tenemos. No vale con resistir, hay que avanzar. No vale con advertir sobre lo que se puede perder, hay que ilusionar con lo que se puede ganar". Aun así, los dos partidos votarán 'no' a la moción.

Los antecedentes

La reacción de ambas formaciones, socios habituales del Gobierno de coalición, se produce tras dos intensas semanas de choques. El 7 de marzo el Gobierno se fragmentó en el Congreso ante la proposición de ley para reformar la norma del 'solo sí es sí' que no contaba con el respaldo de la ministra de Igualdad, Irene Montero. La tensión en aquel debate alcanzó cotas nunca antes vistas, llegando a acusar los morados a Sánchez de "dar la espalda a las mujeres" y a arengar a las movilizaciones contra el PSOE en el 8-M. ERC y EH Bildu también se posicionaron junto a Podemos.

Lejos de relajarse el clima, esta semana decayó la reforma de la ley mordaza. Tanto los republicanos catalanes como la formación aberzale votaron 'no' a la modificación de la ley que aprobó el PP en 2015 ante la falta de avances en cuatro asuntos clave: prohibir las pelotas de goma, rebajar las infracciones por desobediencia a la autoridad y las faltas de respeto a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y, por último, impedir las devoluciones en caliente de migrantes en la frontera. Podemos endosó la responsabilidad del fracaso al PSOE.