“En estos días voy a tomar una de las decisiones más importantes de mi vida y voy a hacerlo con carácter inmediato, lo digo aquí, en Sevilla, pronto os voy a dar la noticia”, anticipó Yolanda Díaz este domingo en Sevilla, en referencia a su anuncio de que será candidata en las generales con el proyecto Sumar. Es el anuncio del anuncio pero es un aviso en un momento de empujones desde Podemos y cuando muchos de sus afines empiezan a perder la paciencia por su indecisión.

“Por fin llegué a Andalucía, por fin”. Díaz debutó este domingo con Sumar en Andalucía en un momento de inflexión y en una tierra clave para su proyecto político. La presentación en la comunidad andaluza es importante, confirman fuentes de la plataforma, antes de que la ministra de Trabajo formalice su salto como candidata en las generales, lo que ocurrirá próximamente en un acto en Madrid. Con lleno, en un espacio para 1.100 personas, y mucha gente que quedó fuera, Díaz salió a saludar y fue clara: “Sumar no se puede construir sin Andalucía”, “sois uno de los corazones de nuestro país”. Volverá, dijo, pronto.

Hubo llamada a la unidad. “No nos quieren ver pensando igual, lo que quieren es vernos caminar juntas. Sé bien que es difícil sumar personas que vienen de tradiciones políticas diferentes, pero si aspiramos a cambiar nuestro país, cuando coincidimos en el 90% del programa político, nuestra obligación es caminar juntas, vengamos de donde vengamos”. Lo del parecido en el programa político con otras formaciones lo hizo parafraseando un discurso de Pablo Iglesias, según apuntan fuentes de Sumar, pues la vicepresidenta defiende ir juntos pese a las diferencias. Con todo, en su entorno más cercano dejan claro que se acabó la paciencia, que tirará hacia delante y formalizará su candidatura muy pronto.

Contra el PP

Díaz vistió camiseta blanca, pantalón verde y mensaje contra el Gobierno andaluz de Juan Manuel Moreno: “No es decente que la Junta de Andalucía deje la mitad de los fondos para generar empleo sin invertir, es una indecencia que se devuelva ese dinero a las arcas del Estado”, señaló. “El PP no necesita a Vox para privatizar la sanidad andaluza, no os confundáis”, advirtió tras reunirse con la Marea Blanca andaluza previamente al acto. Entre gritos de “presidenta, presidenta”, loas a su gestión como ministra de Trabajo y aplausos, muchos aplausos, la vicepresidenta trufó su discurso de una defensa de su gestión en el Ministerio y el ‘anuncio del anuncio’ de su salto para las generales.

Andalucía, que aporta 61 escaños al Congreso, es columna vertebral del cuerpo electoral. Díaz llega en pleno desafío de Podemos, cuando desde la formación morada tensan la cuerda en un momento decisivo para definir el futuro de la izquierda. Ningún dirigente de este partido en Andalucía acompañó a la vicepresidenta del Gobierno en el acto de este domingo en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (FIBES). Todo lo contrario que ocurrió con Izquierda Unida o el Partido Comunista, con despliegue total de cargos en el acto. Toni Valero, Inma Nieto o Ernesto Alba, la plana mayor, acudió a arropar a Díaz, y también el exdirigente de IU en Andalucía, Antonio Maíllo, que se ha convertido en una especie de 'padre espiritual' del proyecto y para quien Díaz tuvo una cariñosa mención, que se llevó una ovación del público en pie. También estuvo la líder de Más País Andalucía, Esperanza Gómez.

Sevilla como ejemplo

Sí estuvo por Podemos Susana Hornillo, la candidata a la alcaldía de Sevilla, que lidera una suma que ha logrado reunir a todos los partidos de la izquierda. Completaron la representación de los morados, una concejal de Podemos en el pueblo de Tomares, María Ángeles García, y otra edil del pueblo de San Juan de Aznalfarache, Blanca Montero. Hubo dirigentes de Equo, de Iniciativa del Pueblo Andaluz y de CCOO, nadie de UGT.

La vicepresidenta Díaz sacó pecho por el Salario Mínimo, los ERTE o los contratos indefinidos para las temporeras de la fresa de Huelva. Defendió la reforma de las pensiones, asegurando que la propuesta del PP “se coloca al margen de la Constitución Española” y habló de la moción de censura esta semana en el Congreso: “No es ninguna broma, no juguemos con las palabras o las personas, lo que va a ocurrir tiene mucha importancia, acuden al mecanismo constitucional para tratar de derribar un Gobierno y estamos deteriorando la democracia”.

También defendió los derechos laborales de las amas de casa y una nueva jornada laboral “sin perder salarios”, al tiempo que pidió a los asistentes que hagan de “embajadores del Gobierno de España” hablando sobre la gestión de la coalición. Además, denunció el recurso de inconstitucionalidad al impuesto a los ricos elevado por el Gobierno de Moreno en Andalucía y advirtió que “ellos sí suman” cuando les conviene.

Iglesias aprieta

Pablo Iglesias, desde la retaguardia, se dedica a hacer análisis de texto con recaditos para Díaz de cada información periodística que apunta a la necesidad que tiene el PSOE y el Gobierno de Pedro Sánchez de que el proyecto de unidad de la izquierda ‘Sumar’ se consolide y prospere. Es vital para poder volver a sumar en el bloque de la izquierda frente a PP y Vox tras las próximas generales de final de año. Será también vital tras las municipales. El Ayuntamiento de Sevilla, que para el PSOE es todo un símbolo y que marcará muchas lecturas posteriores, necesita también de esa unidad de la izquierda. Aquí sí se ha conseguido agrupar a todos los partidos.

Iglesias marca el paso de Podemos y toca los tambores de guerra, cada vez con más fuerza. La amenaza es que Podemos vaya por su cuenta y dé al traste con esa unidad vital para que se pueda reeditar un Gobierno progresista. Ya lo advirtieron tras la frustrada experiencia de junio en las autonómicas andaluzas, los morados no piensan ser “los Pagafantas” de ninguna coalición. Entre las exigencias, primarias para elegir la candidatura como la gran batalla. Díaz ha dejado claro ya que ignorará esa exigencia.

En la cuenta atrás

Mientras que el partido de Ione Belarra pone condiciones para tener una posición dominante en Sumar, Yolanda Díaz sigue avanzando hacia el momento en que dará el salto definitivo. En cada acto de Sumar despliega una especie de cuaderno enorme y toma notas en sus páginas blancas. Ha tenido ya actos en todas las comunidades salvo Canarias. Las negociaciones están abiertas, ignorando esos envites de Podemos. Sí que indican desde los partidos que se integrarán en Sumar que hay que esperar a que pasen las municipales y autonómicas de mayo para demostrar dicen, cuál es la verdadera fuerza de Podemos en los territorios. Hasta entonces no se hablará, avisan, de cómo se reparte la tarta de la confluencia los puestos de las listas electorales. En Andalucía, por ejemplo, IU tiene todo el arraigo municipal y territorial.

Algo que sin embargo no pudo hacer valer del todo en la coalición Por Andalucía sellada con muchos tirones, enfrentamientos y sobresaltos para las autonómicas. Un experimento, que fue avalado por Díaz, que salió mal. La escisión de Teresa Rodríguez y la guerra abierta por Podemos con IU y Más País, hizo que Por Andalucía, que agrupó a esos partidos más otros como Equo o Iniciativa del Puedo Andaluz, naciera marcada por el enfrentamiento. Por Andalucía bajó el pasado junio a cinco diputados en el Parlamento andaluz de los 17 que obtuvo la coalición de izquierdas Adelante Andalucía en los comicios anteriores.

En el acto participó Isabel Serrano, socióloga y politóloga; Pilar Távora, cineasta y miembro de Iniciativa por el Pueblo Andaluz; Ana Galdámez, jurista; Juan Romero, maestro jubilado y ecologista que puso sobre la mesa asuntos como el vertedero de Nerva o Doñana, Miriam Lázaro, psicóloga y diseñadora que puso sobre el escenario el drama de los ‘milennials’ por la precariedad laboral o la salud mental; Esther Roca, médico de atención primaria, que fue de las más aplaudidas, en un momento crítico para la sanidad pública en Andalucía con protestas de los sindicatos y acusaciones de la izquierda al Gobierno andaluz por “privatizar” la sanidad y reforzar los conciertos sanitarios con la privada.