BATALLA POST 8-M

El PP aprovecha la tensión del Gobierno por el feminismo para aupar a sus candidatas del 28-M

Los populares superan la semana del 8-M sin problemas ni foco excesivo, gracias a la división dentro de la coalición

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, clausura un acto en defensa de la igualdad junto a la presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola.

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, clausura un acto en defensa de la igualdad junto a la presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola. / EFE

Paloma Esteban

Frente a una dirección nacional con escasa presencia de mujeres —como reconocen todos los dirigentes de peso en Génova— en el partido dan por hecho que el poder femenino aumentará dentro de las filas conservadoras a partir del 28 de mayo. Muchas de las candidaturas que tienen opciones de gobernar (en algunos ayuntamientos grandes está prácticamente garantizado) están ocupadas por mujeres. Y será de uno de los reclamos electorales que el PP repetirá, consciente de que la batalla del feminismo seguirá viva y provocando desvelos dentro del Gobierno de coalición.

Más allá de las dirigentes más conocidas (Isabel Díaz Ayuso en Madrid), las debutantes como candidatas autonómicas de Baleares y ExtremaduraMarga Prohens y María Guardiola, aumentan sus posibilidades de llegar a sendos gobiernos autonómicos según las encuestas recientes internas. En el caso de las islas, el desgaste de la socialista Francina Armengol y la mala situación en la que se encuentran sus socios de la izquierda, está empezando a dar como un escenario muy probable la suma de PP y Vox. 

En Extremadura, Guillermo Fernández Vara está más consolidado, pero los estudios que maneja Génova a día de hoy dan posible el vuelco. Feijóo, de hecho, estuvo en la víspera del 8-M en Cáceres explotando esa ola de cambio.

En Cantabria, María José Sáenz de Buruaga afronta un panorama más complicado por la probable suma de Miguel Ángel Revilla y el PSOE, pero la alcaldesa de SantanderGema Igual, revalidará la alcaldía y ya se acerca a la mayoría absoluta. En Aragón, las tres capitales de provincia tienen a mujeres como cabeza de cartel. Natalia Chueca le dará el relevo a Jorge Azcón en Zaragoza, Emma Buj repetiría en Teruel y el PP también confía en que Lorena Orduna se hará con la alcaldía de Huesca.

Otra de las grandes batallas municipales se jugará en la ciudad de Valencia, donde los conservadores tienen todas las esperanzas puestas en María José Catalá, que podría recuperar esa plaza tan icónica para el PP. Y en Andalucía, donde Juanma Moreno se juega mucho para mantener el nivel de apoyo que logró en las elecciones históricas del año pasado, también hay algunas cartas importantes. En la ciudad de Almería, María del Mar Vázquez también roza en este momento la absoluta. Accedió al cargo el pasado septiembre con la marcha del primer edil, Ramón Fernández, como consejero autonómico y se convirtió en la primera mujer que llegaba a la alcaldía almeriense. En Granada, la apuesta es la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, para arrebatarle el bastón de mando al PSOE. 

“Pioneras frente a las pancartas”

Frente al “feminismo de la pancarta” dicen fuentes conservadoras, el PP pone en valor a las mujeres de su formación que fueron pioneras alcanzado puestos de máxima relevancia política. Ya lo hicieron tres dirigentes históricas en la Intermunicipal de Valencia donde José María Aznar y Mariano Rajoy se reconciliaron públicamente. Luisa Fernanda Rudi, Celia Villalobos y Teófila Martínez (en un homenaje constante a Rita Barberá) cargaron duramente contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la actitud de “salvadoras” que encuentran en Unidas Podemos, poniendo en valor a las políticas del PP “que empezaron a romper techos de cristal”.

Esta será la línea que mantendrán después de haber superado sin mucho problema una semana, la del Día Internacional de la Mujer, que normalmente implica más quebraderos de cabeza para los conservadores. Estuvieron en la manifestación crítica con Igualdad algunas diputadas del PP. 

Cuca Gamarra, la secretaria general del partido, ni asistió ni tuvo que justificarlo con especial ahínco. Todo el foco estaba centrado en la división institucional del feminismo dentro de la izquierda. Y ahí el PP encontró un hueco que aprovechar, como dejó claro la propia Gamarra durante su intervención en el debate de la reforma de la ley del ‘sólo sí es sí’.

La toma en consideración de esa proposición de ley del PSOE (ahora deberá continuar su tramitación parlamentaria) salió gracias a los votos del PP y la abstención de Vox, los dos partidos de la derecha que también evidenciaron sus diferencias en el discurso feminista. Diputados de la bancada socialista pusieron en valor las tesis de Gamarra, según ha podido saber este diario, reconociendo que la hoja de ruta de Alberto Núñez Feijóo, entrando en banderas sociales (la del feminismo, la ley trans o el giro en la posición del aborto) hace daño al electorado del centro izquierda, que no se siente incómodo con este PP.

Los conservadores están dando pasos que hasta hace poco eran inimaginables. Desde asumir con rotundidad la ley de plazos de Zapatero, a anunciar una ‘ley trans’ edulcorada, a cuestiones estéticas no menos sorprendentes como lucir el logo del PP en morado con motivo del 8-M.