Apuntes políticos de la semana

Baile de sillas en el Parlament por la sentencia a Laura Borràs

Si la presidenta suspendida es condenada, Junts deberá arremangarse para mantener la batuta de la Cámara ante las alianzas posibles que desempatan entre ERC y el PSC

Baile de sillas en el Parlament por la sentencia a Laura Borràs.

Baile de sillas en el Parlament por la sentencia a Laura Borràs.

Júlia Regué

El 'president' Pere Aragonès allana esta próxima semana el camino para agotar la legislatura según lo previsto, en 2025, pese al plante de Junts, la minoría de ERC en el Govern y el futuro incierto de su alianza con el PSC y los Comuns. El próximo viernes los presupuestos para 2023 quedarán definitivamente aprobados, en un pleno en el que se certificará la disolución de los bloques en el hemiciclo y la ruptura del independentismo. Con el 2023 presupuestado y ante un 2024 entre urnas -tras las municipales y las generales, se abren paso las catalanas- se puede activar una prórroga de las cuentas para alcanzar ya 2025. Así que mientras el jefe del Govern se acomoda a la estabilidad, el Parlament encara el fin de su interinidad. Ya son siete los meses con la dinámica de sillas vacías en vigor –además de la presidencia, está vacante el puesto de la secretaria general-, una etapa que deberá quedar finiquitada cuando la presidenta suspendida, Laura Borràs, sea sentenciada. 

El fallo

La fiscalía no ha alterado la petición de pena a Borràs, pero sí a los coacusados que la incriminaron, así que se enfrenta a seis años de prisión, 21 de inhabilitación y una multa de 146.000 euros por los delitos de prevaricación y falsedad documental. El tribunal dictaminará si Borràs resulta absuelta o condenada y marcará así su futuro político.

La absolución implicaría que la líder de Junts recupere su escaño en la Cámara, con la presidencia aparejada, ya que no abandonó el puesto y sigue vacante - la vicepresidenta primera, Alba Vergés, asume las funciones sin ostentar el cargo-. Su regreso incomodaría a los que la vetaron temporalmente, más todavía teniendo en cuenta que está dispuesta a tomar represalias al paso de su restitución y a acudir a la justicia para denunciar al Parlament en busca de reparación.

Los sustitutos

Pero si Borràs acaba siendo inhabilitada, Junts se queda sin la garantía de poder seguir gobernando la institución parlamentaria. La salida del Govern deja el pacto con ERC en papel mojado, así que el reparto de poderes que forjaron en 2021 queda sin efecto. Ahora bien, los republicanos jugarán a buscar un pacto con la posconvergencia -siempre que JxCat presente perfiles de talante moderado, como Anna Erra Marta Madrenas, aunque los afines a Borràs aúpen a Aurora Madaula- para evitar una cascada de críticas del flanco independentista. 

Dejar a Borràs definitivamente fuera de la Cámara propicia un acercamiento entre Junts y ERC. Ahora bien, la CUP no tiene ningún interés en apoyar a un candidato posconvergente -de hecho, no avalaron a la presidenta suspendida en marzo de 2021-, y el veto de los Comuns es sobradamente conocido.

Si Esquerra aboga por votar a un postulante 'independentista', los morados apuestan por avalar a uno de 'progresista', en busca del pacto a tres que alumbrará los presupuestos. La otra alianza a tres bandas -PSC, ERC y Junts-, se augura ya del todo improbable, aunque sirviera para renovar cargos caducados. Si no hay acuerdo, y tanto republicanos como socialistas presentan un candidato propio, ya que el PSC no está por regalar otra institución a Esquerra, toda la presión pasará a la CUP y los Comuns.

El desempate

El reglamento deja claro que cada diputado tiene que escribir un solo nombre en la papeleta y sale elegido aquel que obtenga mayoría absoluta. Si nadie la obtiene, hay que repetir la votación entre los dos diputados con más votos. “Si la paridad persiste después de cuatro votaciones, se considera elegido el candidato del grupo parlamentario con más diputados”. En el caso de ERC y el PSC, supondría un empate a 33 si no logran el apoyo de otros grupos

Pero hay un as en la manga a disposición de los socialistas: el empate a escaños en la designación del jefe de la oposición se resuelve a favor del grupo “que haya obtenido más votos en las elecciones”, según el reglamento. Así que el PSC podría usar esta carta tirando de las 49.185 papeletas que les aventajan respecto a ERC. El objetivo es pactar una salida y evitar tal embrollo, pero, llegado el caso, se abriría una guerra de interpretaciones, como ya suele habitual en el Parlament. 

El relevo de Borràs en la Mesa sería el quinto en dos años, y previsiblemente no el único en los próximos meses. Vergés es la candidata de ERC al Ayuntamiento de Igualada, así que los republicanos ya cuentan con sustituirla aunque la previsión es que mantenga el cargo hasta mayo.

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