La negociación entre los socios del Gobierno para reformar la ley del 'solo sí es sí' continúa encallada y sin atisbo de acuerdo. "Están siendo días muy difíciles", ha reconocido la ministra de Igualdad, Irene Montero, quien ha denunciado que está existiendo "mucha presión" por volver al modelo anterior de la violencia y la intimidación y ha advertido de que Unidas Podemos no permitirá que se altere el consentimiento.

"El consentimiento no se toca", ha incidido Montero en el acto '¿Consentiste o no? Solo sí es sí', organizado por Unidas Podemos justo en plena negociación en el seno del Gobierno de coalición para modificar la ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual tras los más de 400 casos de rebajas de penas a agresores sexuales.

Avanza el fin de semana y los socios continúan en posiciones bastante alejadas: los socialistas quieren subir las penas y volver a incluir la violencia y la intimidación como elementos definitorios de una agresión sexual más grave. Para UP, esto significaría en la práctica retrotraerse a un sistema de cuestionamiento de las víctimas que socavaría el consentimiento. Además, no hay forma de frenar las rebajas de penas.

Montero ha asegurado que en Unidas Podemos están "dispuestas a reformar la ley" y a "aceptar las condiciones que el socio mayoritario del Gobierno necesita para salir unidas para hacer frente juntas como Gobierno a esta ofensiva contra la ley", que también es, ha dicho, una ofensiva contra el Ejecutivo.

Rodeada de los suyos, Montero ha insistido este domingo en que se aviene a modificar la norma, aunque exclusivamente con el objetivo de contentar al socio mayoritario del Ejecutivo, pues estima que la ley está bien hecha y quienes han fallado han sido una minoría jueces a la hora de interpretarla. Eso sí, el consentimiento es una línea roja.

"Sabemos que la ley está bien hecha y prueba de ello es que no hay nadie capaz de hacer propuestas concretas que no signifiquen volver al modelo anterior", ha reiterado.

Sin menciones directas a los desencuentros con el PSOE, la titular de Igualdad ha criticado a todos aquellos que hablan de que la ley tiene un "agujero" y que sin embargo no son capaces de articular ninguna propuesta para taparlo que no suponga un retroceso.

La ministra ha lamentado que hasta la fecha no se haya puesto encima de la mesa ninguna propuesta de reformulación del Código Penal que no constituya una vuelta al modelo anterior en el que las víctimas tenían que demostrar cuánto se habían resistido ante un tribunal. Y ha dejado caer que lo que subyace a este movimiento de modificación legal no es "resolver esas decisiones judiciales injustas de bajadas de penas", sino "algo mucho más grave" como reabrir el debate sobre el consentimiento.

La titular de Igualdad ha recordado que esta ley es consecuencia de la "rebelión" de millones de mujeres" que salieron a las calles a protestar contra "un sistema patriarcal que para demostrar si habías sufrido agresión sexual preguntaba si habías cerrado bien las piernas o cómo de morado tenías el cuerpo".

Ha insistido en diversas ocasiones que el modelo basado en la violencia y la intimidación "no funcionaba", pues revictimizaba a las mujeres (a las que preguntaba si se resistieron y cuánto se resistieron) y fomentaba la impunidad de los agresores.

El cambio al modelo del consentimiento, ha señalado, ha provocado una reacción y una ofensiva. "Han querido que ese avance tuviera un precio".

"Desgraciadamente, en este país nuestro, por defender los derechos de las mujeres, por defender los derechos humanos, por romper el silencio y por no bailar el agua a los poderosos se paga un precio. Nosotras lo sabemos muy bien y estamos dispuestas a pagarlo. (...) Ya hemos esperado demasiado y no vamos a dar ni un paso atrás", ha sostenido.

"No nos vamos a rendir"

Junto al equipo de Igualdad, la líder de Unidas Podemos, Ione Belarra, ha aprovechado el acto de este domingo para advertir que no van a tirar la toalla.

"No podemos olvidar que el objetivo de estos ataques y de esta operación es que nos rindamos. (...) Lo más fácil es rendirse, claudicar, que nos cansemos. Este acto es para decirles que no nos vamos a rendir, que vamos a seguir peleando para defender todos los avances feministas y sociales de este Gobierno. De la mano, juntas, demostrando que sí se puede", ha incidido.

"Sólo podemos vencer porque esta lucha es por la vida, por la nuestra y también por la de nuestras hijas y por eso estamos aquí y vamos a seguir aquí", ha añadido.

Belarra, que no ha mencionado al PSOE ni en una ocasión durante su discurso, ha hablado de una "ofensiva" para volver al anterior modelo del Código Penal, basado en la violencia y la intimidación, ofensiva que ha atribuido al Partido Popular en exclusiva, a pesar de que los socialistas pretenden recuperar estas cuestiones como definitorias de un delito agravado de agresión sexual.

La líder de la formación morada ha asegurado que su partido no consentirá "ni media lección" de los populares porque, ha dicho, "no tienen ninguna credibilidad" tras haber abierto las puertas de la "gobernabilidad" a la extrema derecha: "En realidad estas rebajas de penas les dan exactamente igual, lo que querían era volver al modelo anterior, que las mujeres tengamos que demostrar que nos resistimos lo suficiente, que cerramos bien las piernas, a ver si somos unas frescas que nos vamos con cualquiera y después nos arrepentimos: eso es lo que quieren que demostremos en un juicio. No lo vamos a permitir, les vamos a parar los pies", ha denunciado.

A su juicio, los ataques contra la ley del 'sólo sí es sí' tienen su "origen en que las derechas de este país tienen un ADN antidemocrático por el cual no respetan las reglas del juego democrático" y "no soportan haber perdido las elecciones". "Defender el sólo sí es sí (...) es respetar lo que se votó en las urnas", ha subrayado.

Belarra también ha querido dedicar un mensaje a la judicatura, a quien ha recordado "que en un sistema democrático en el Congreso la mayoría democrática hace las leyes y los jueces las aplican, no las retuercen".