El exgerente de Imelsa y yonqui del dineroMarcos Benavent, hizo grabaciones "desde que era concejal de Xàtiva y cuando estaba en Imelsa hasta que Alfonso Rus y otros le advierten a finales de 2014, según declara el propio Benavent, de que hay una investigación contra él y tiene que marcharse del país", según ha explicado ante el tribunal que juzga la pieza de los zombis del caso Taula uno de los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que ha participado en la investigación.

Los agentes son los primeros testigos de la Fiscalía Anticorrupción en declarar. Sus interrogatorios, además de ceñirse a las contrataciones presuntamente zombis (cobrar sin trabajar o trabajar en un sitio distinto a donde se cobra) también se centra en cómo arrancó la causa a partir de los lápices de memoria aportados por la entonces diputada provincial de EU, Rosa Pérez Garijo, y por el exsuegro del yonqui del dinero.

El agente, el segundo en declarar, ha explicado a la sala que tomó declaración a Benavent cinco veces, aunque alguna ·se alargó más de un día, todas con asistencia letrada". Benavent, que entonces colaboraba con los investigadores del caso Taula, "aportaba información de contexto" sobre las conversaciones que grabó en las que se hablaba de comisiones y contrataciones de personal tanto en Ciegsa como en Imelsa. El agente de la Guardia Civil ha señalado que Benavent "hizo grabaciones desde que era concejal de Xàtiva, cuando ya estaba en Imelsa, hasta que Rus y otras personas le advierten a finales de 2014, según declara el propio Benavent, de que hay una investigación contra él y que tiene que marcharse del país".

Entre las confesiones de Benavent ante los agentes, que después ratificó ante el Juzgado de Instrucción 18 y la Fiscalía Anticorrupción, el yonqui del dinero admitió que "de las cosas que hacía como gerente de Imelsa era contratar personal que realmente no desempeñaba ninguna función en la empresa". A partir de ahí los investigadores recabaron más datos, información de la agencia tributaria. Algunos de los que menciona estaban contratados como asesores. Comprobamos si trabajaban o no, las indemnizaciones por despido que se les pagaron, identificamos a todos los contratados como asesores y determinamos quiénes eran y cuál había sido el trabajo realizado, todo ello mediante declaraciones testificales, consultas a recursos humanos e información recabada de la empresa".

Unas contrataciones que, "según Benavent eran avaladas por él, pero dijo que los nombres o los decidía él o un empresario que se lo pidió como un favor, además de Alfonso Rus o Emilio Llopis".