Gobierno con la extrema derecha

El PP recula y echa por tierra el plan antiabortista de Vox tras cinco días de confusión

Mañueco corrige al partido ultra y asegura que no se va a cambiar el protocolo para las mujeres que quieran interrumpir el embarazo | Feijóo confía en que cale el mensaje de Moreno en Andalucía y los españoles dejen a los populares las "manos libres" para no necesitar al partido de Abascal

El PP recula y echa por tierra el plan antiabortista de Vox tras cinco días de confusión.

El PP recula y echa por tierra el plan antiabortista de Vox tras cinco días de confusión.

Pilar Santos | Juan Ruiz Sierra

No va a haber cambios en el protocolo para las mujeres embarazadas en Castilla y León. No se va a coaccionar a las que quieran abortar. El PP reculó este lunes y frenó los planes de Vox, su socio en el Gobierno de Castilla y León. “En ningún caso se actualiza el protocolo de las mujeres que se someten a una interrupción del embarazo. No se obligará a los médicos a nada, y no se obligará a las mujeres a nada”, aseguró Alfonso Fernández Mañueco, líder del PP en esa autonomía y presidente de la Junta.

Mañueco salió poco después de la una de la tarde para rectificar a su vicepresidente, Juan García-Gallardo (Vox), que el jueves anunció (y este lunes repitió) que se iba a obligar a los médicos a ofrecer una ecografía 4D y escuchar el latido fetal a las mujeres que quisieran interrumpir su embarazo. El dirigente de los populares ha tardado en corregirle cinco días, en los que la confusión se ha adueñado del debate.

Los populares dicen que Vox es un "chollo" para Sánchez porque desvía la atención de sus problemas

Esta medida coercitiva la están promoviendo países como Hungría, donde el ultranacionalista Viktor Orban ha hecho obligatorio desde septiembre que las mujeres escuchen el latido antes de abortar. La polémica ha llevado al Gobierno central a mandar un requerimiento oficial al Ejecutivo de Castilla y León para que aclare si va a aplicar un nuevo protocolo que resta "libertad de las mujeres" y merma sus "derechos fundamentales".

Según el nuevo portavoz de los populares, Borja Sémper, Vox ha acudido "al rescate mediático de [Pedro] Sánchez" y es un "chollo" para el Gobierno, porque le ayuda, dijo, a tapar sus problemas, como la rebaja de penas a violadores del 'sí es sí'. La dirección del PP quiso que fuera Mañueco en persona el que diera el paso atrás y corrigiera a su vicepresidente antes de que Sémper compareciera ante la prensa en Madrid.

Intentar aislar la polémica con los ultras en Castilla y León es una estrategia difícil de aplicar en este asunto, ya que todas las encuestas señalan que el PP puede necesitar a Vox en decenas de ayuntamientos y algunas comunidades autónomas en las elecciones de mayo si quiere coger la vara de mando. Eludiendo la autocrítica por haber abierto la puerta del poder a Vox (le dio la vicepresidencia y tres consejerías), Sémper dijo que la solución sería que el PSOE se comprometiera a que gobierne la lista más votada, así ninguno de los dos grandes partidos, continuó, quedaría en manos de "extremistas".

Seguir la evolución de Moreno

Fuentes del equipo de Alberto Núñez Feijóo confían en que, en los comicios de mayo y en las generales, el líder del PP pueda replicar la evolución de Juanma Moreno en Andalucía el año pasado, cuando logró instaurar la idea de que él iba a ganar sí o sí en las urnas y empezó a pedir las "manos libres" para no tener que pactar con el partido de Santiago Abascal. "Eso es lo que quiere Feijóo. Que el socialista centrado, que no entiende a Sánchez ni sus acuerdos con los independentistas dé su voto a PP y la mayoría sea tan inmensa que Vox no pueda pedir entrar en el Gobierno", explica un vicesecretario.

A primera hora de la mañana, cuando el plan antiabortista seguía en pie porque Mañueco aún no había reculado, el Gobierno salió en tromba contra la iniciativa. En pleno año electoral, con el PP por delante en la mayoría de las encuestas, la idea apadrinada por Vox y secundada por el partido de Alberto Núñez Feijóo, permitía a los socialistas cuestionar su presunto giro al centro y retratarlo como un simple “rehén” de la ultraderecha. 

Feijóo confía en que cale el mensaje de Moreno y los españoles les dejen las "manos libres" para no necesitar a Abascal

Denuncias en medios

La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ofrecieron cada una tres entrevistas en distintas radios y televisiones para responsabilizar al líder del PP de lo ocurrido y exigir la retirada del plan. Horas más tarde, desde la sede del PSOE, la portavoz del partido y titular de Educación, Pilar Alegría, insistió en la misma idea. “Frente a esa decisión pactada y acordada, mi pregunta es: ¿Cuál es la opinión del señor Feijóo? Lleva días callado. No es el líder del PP. Es el rehén de Vox”, señaló. 

La marcha atrás de Mañueco no frenó el discurso de la Moncloa. El Ejecutivo central exige un compromiso escrito por parte de la Junta de Castilla y León, en respuesta al requerimiento del domingo, dejando claro que no piensa activar el plan anunciado por su vicepresidente. No le basta una simple comparecencia del presidente en la que no admitió preguntas. Así, a última hora de la tarde, Rodríguez, que es también ministra de Política Territorial, advirtió a Mañueco de que el requerimiento era un paso previo a la interpocisión de acciones "en el ámbito de la jurisdicción contencioso administrativa". Para la ministra, el mandatario autonómico solo busca "ganar tiempo" para cumplir con las exigencias de Vox. En cualquier caso, el Ejecutivo dejó claro que no estaba sobre la mesa la posibilidad de aplicar el artículo 155 de la Constitución, como ocurrió en Catalunya tras el referéndum de 2017, para suspender total o parcialmente la autonomía de Castilla y León.

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