El fichaje de Borja Sémper como portavoz de la campaña electoral del PP se cerró en una comida a solas con Alberto Núñez Feijóo en un restaurante de Madrid en diciembre. La incorporación la conocía desde ese momento un reducido número de personas, incluido el núcleo duro del presidente nacional (algunos miembros del comité de dirección se enteraron directamente cuando él apareció en Génova este lunes) y la orden era no desvelarla bajo ningún concepto hasta el arranque oficial del año electoral. La vuelta del exministro Íñigo de la Serna, que coordinará el programa electoral para la cita de mayo, encendió algunas alarmas. Había algún otro retorno inminente. 

Y a pesar de que el nombre del exportavoz en el Parlamento Vasco volvió a las conversaciones internas de dirigentes populares a lo largo de todo el domingo e incluso días atrás, nada parecía poder confirmarse. Otro secreto guardado bajo siete llaves de la dirección gallega que solo se reveló cuando apareció en la sala de prensa de la sede del partido. La imagen hablaba por sí sola. Feijóo le acompañó y presentó personalmente antes de abandonar el espacio.

Antes de la comida definitiva de diciembre se habían producido otros encuentros con el líder. También en la sede de Génova con todas las cautelas posibles. En realidad, la “vuelta a casa de Borja”, como dicen en la cúpula conservadora, se llevaba cocinando a fuego lento en los últimos meses. Los contactos con el gabinete de Feijóo fueron también constantes y lo que hacía falta era encontrar la “ventana de oportunidad”. Que Sémper tuviera un encaje que a los dos lados convenciera. 

Ahora, con el anuncio oficial, algunos dirigentes aseguran que el 30 de noviembre en la presentación de la última novela de Esteban González Pons (en la que el actual vicesecretario reunió a todo el PP de Mariano Rajoy, incluido Sémper) solo quedaban por cerrar algunos flecos. Pero ya estaba hecho.

"Una prioridad desde que llegó Feijóo"

En el entorno de Feijóo aseguran que el regreso del exdirigente vasco era una prioridad del nuevo líder. “Siempre tuvo claro que quería que volviera. Desde el primer día”, zanjan. La realidad es que Sémper, que tenía un puesto de relevancia como director de Relaciones Institucionales en la consultora Ernst & Young también pensó en volver a la política en cuanto Feijóo salió elegido presidente del PP

Su marcha en 2020 no tenía otro motivo que fuertes discrepancias con la línea dura seguida por Pablo Casado y también por Teodoro García Egea. No tenía afinidad con ninguno de los dos y dejó de sentirse representado en su propio partido. 

En el PP se vive su llegada (también la del exministro de la Serna y la posible incorporación de otros activos en distintos planos, como a través de la fundación Concordia y Libertad) como un revulsivo para el arranque del año electoral. Un curso en el que el PP siente que se lo juega todo porque aspira a que las autonómicas y municipales sean un trampolín directo a la Moncloa. Es el objetivo del paso al frente de Feijóo y si no se produce todo volverá a un punto de partida. De ahí que su intención sea poner toda la carne en el asador, hasta el punto de que su equipo trabaja desde el pasado mes de mayo activamente por recuperar a exdirigentes que se fueron del PP y “que no debieron irse”, zanjan.

Lo de Sémper, insisten, “es un símbolo”. “No se trata de un fichaje más. Su vuelta es un mensaje en sí mismo por todo lo que él representa”, repiten en la sede del PP. Los tiempos para su incorporación eran decisivos y, de hecho, el vasco ya comunicó hace tiempo a su compañía que la idea le rondaba la cabeza. Y que podía volver a la política no en mucho tiempo.

En Génova necesitaban un portavoz

Aunque se valoraron distintas opciones, en el entorno de Feijóo reconocen que una portavocía era el plan A. Entendían que su principal valor es el comunicativo y que le pusiera voz y rostro al partido encajaba con lo que se le da bien él y lo que necesitaba la formación. Como adelantó este diario, entre los distintos cambios que se producirán en las próximas semanas en Génova (como la ampliación del comité de dirección) también está el reforzamiento de las portavocías.

La sensación en Génova es que faltaba alguna voz potente en las ruedas de prensa de los lunes, con independencia de que la portavocía seguirá siendo rotatoria. Los asuntos económicos los comunicará Juan Bravo, si hay cuestiones institucionales de primer orden podría comparecer González Pons como otras veces. Igual que lo hace Cuca Gamarra en el Congreso cada semana o Elías Bendodo lo puede hacer como director de campaña. Quien fuera mano derecha de Juanma Moreno en Andalucía estaba ejerciendo de alguna manera como portavoz nacional, dentro de que esa figura no existe en la actual dirección.

Pero tampoco su perfil respondía a los objetivos del partido y en la dirección coincidían en la necesidad de un revulsivo. Con la puesta en marcha del comité de campaña y el PP entero volcado en las elecciones de mayo se abría la puerta a esta figura: un portavoz de la campaña que tendrá muchas ocasiones para comparecer. Y no solo.

En el partido insisten en que habrá otras voces ligadas al PP, aunque no tengan una silla en la sede de Génova. Todas las miradas se dirigen por eso también a la fundación Concordia y Libertad que Feijóo quiere reflotar tras la marcha de Adolfo Suárez Illana y en la que aspira a incorporar a otras personas que pasaron por el partido.