Análisis

María Luisa Segoviano 'acaba' con Pedro González-Trevijano

El pacto secreto de Nochebuena de los progresistas coge al vuelo la propuesta del sector conservador y se le informa al magistrado Bandrés que la solución del bloqueo con una candidata propia prevalecerá sobre su nombre

El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Rafael Mozo (c).

El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Rafael Mozo (c). / EFE

Ernesto Ekaizer

El tiro por la culata. José María Macías, el pequeño Maquiavelo que lidera a los 10 vocales del sector conservador elegido en diciembre de 2013 -se dice pronto ¡van a entrar en su décimo año cuando fueron elegidos por cinco!-, abandonó la tarde de este martes 27 la sede del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con rostro demudado, según confiaron varias fuentes consultadas por este diario. El sector conservador había solicitado un pleno extraordinario con la certeza de que el grupo progresista rechazaría el nombramiento de los magistrados César Tolosa y María Luisa Segoviano para el Tribunal Constitucional (TC) y los progresistas, uno tras otro, sin avisar lo apoyaron. Ambos magistrados salieron elegidos por unanimidad. Ahora toca a Pedro González-Trevijano, presidente saliente del TC, cumplir su promesa: con los dos nombramientos convocaría -dijo- esta misma semana -el jueves 29- el pleno extraordinario del TC para dar el plácet a los dos designados por el CGPJ y a Juan Carlos Campo y Laura Díez, por el Gobierno.

Macías llevó la partida de mus con Rafael Mozo, presidente del CGPJ, y Álvaro Cuesta, el portavoz del grupo progresista, en contacto, según fuentes consultadas con magistrados del TC. Macías llegó a plantear que eligieran a cualquiera menos a José Manuel Bandrés, magistrado de la Sala Tercera, de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.

Pero fue el vocal Juan Martínez Moya, magistrado de lo Social, quien sugirió a sus pares conservadores por qué no incorporar a María Luisa Segoviano, magistrada laboralista como él, que formaba parte de la primera lista de cinco magistrados del sector progresista presentada en la negociación con los conservadores, en septiembre pasado. Macías la aceptó y dijo a sus interlocutores progresistas que ella era una "anécdota".

En Nochebuena

Mozo y Cuesta empezaron a masticar la idea en Nochebuena, al día siguiente de que el sector conservador solicitara al presidente el nuevo pleno extraordinario y elevara la dupla Tolosa-Segoviano, lo que suponía sustituir al magistrado Pablo Lucas propuesto en la anterior iniciativa, que no logró los 11 votos (3/5 sobre 18 miembros) requeridos. Pero no terminaron de creerse que Macías y sus colegas votarían por Segoviano. Entonces decidieron que lo mejor era llevar esta partida de mus en secreto.

Segoviano fue arropada para ser presidenta de la Sala Cuarta de lo Social del Supremo, entre otros, por vocales del CGPJ como Clara Martínez de Careaga, a quien han recusado Macías y otros cuatro conservadores. Es muy respetada como magistrada laboralista y ha sido afiliada de Jueces para la Democracia.

"Nuestra primera reacción cuando propusieron el pleno extraordinario y a Segoviano en lugar de Lucas fue reafirmarnos en Bandrés y eso hicimos formalizando nuestra propuesta para ir viendo lo que iban a hacer, ver si era una mera liebre, pero al tiempo supimos que González-Trevijano iba a bloquear la nueva proposición de ley que ya se había anunciado. Nunca tuvimos la garantía de que el sector conservador quería llegar a un acuerdo. Sabíamos de personas individuales tenían reticencias a seguir bloqueando pero también que estaban temerosos. Uno de ellos nos dijo: 'No queremos que nos tomen la matrícula'. En el último Pleno hubo un conato de gente conservadora que quería llegar a un acuerdo incluso votando a Bandrés, pero Macías inmediatamente le dio la vuelta, después de reunirse con ellos", narró Álvaro Cuesta a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, del grupo Prensa Ibérica.

Fue en la reunión de grupo de este martes a las 15.30 cuando Mozo y Cuesta plantearon que era necesario anteponer la superación del bloqueo después del golpe del TC contra el Congreso y el Senado al nombre de las personas. Anticiparon, unos días antes, a Bandrés que, si en efecto, María Luisa Segoviano no era un señuelo votarían por la dupla Segoviano-Tolosa. Fuentes solventes informaron que, sin ocultar su lógica frustración frente a la campaña de la derecha contra él, Bandrés coincidió en que lo fundamental era acabar con el bloqueo enquistado.

Por videoconferencia

La votación se hizo, como es norma, por orden de edad, de menor a mayor. Los primeros tres que votaron fueron vocales conservadores: Maru Carmona, José María Macías y Nuria Díaz Abad. Los tres por Tolosa-Segoviano. Macías tomaba notas en un cuaderno que ponía los nombres.

En cuarto lugar, Roser Bach, tenía que votar por videoconferencia desde Barcelona. Y aquí se ponía boca arriba la primera carta del sector progresista. Bach dijo: Segoviano- Tolosa. Macías no daba crédito, pero podía tratarse de una excepción. A continuación vendría el turno decisivo: Clara Martínez de Careaga, a quien Macías y su grupito de cuatro habían recusado sin éxito por ser esposa de Cándido Conde-Pumpido, dijo que aunque no renunciaba a Bandrés por necesidad de superar la situación de bloqueo votaba a Segoviano-Tolosa.

Ya no cabía, pues, duda. Luego votaron Mar Cabrejas, Juan Martínez Moya, y siguió con varios vocales que votaron telemáticamente por la dupla.

Durante la rueda de prensa de fin de año, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, omitió en la presentación de los acontecimientos del año la crisis del TC y CGPJ. Esa fue una primera pista de que esperaba una noticia, aunque todavía, como los propios vocales conservadores, no las tenía todas consigo. Pero estaba al loro. Por eso dijo que la urgencia de una nueva proposición de ley para impedir los bloqueos dependía de lo que se decidiera en el CGPJ y que los grupos parlamentarios deberían debatir sobre ello.

González-Trevijano, pues, tendrá que cumplir su promesa. Ya hay cuatro magistrados sobre la mesa.

Hora de marcharse. Más pronto que tarde, como decíamos ayer.

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