Si algo quedó claro en la visita de los presidentes de Castilla y León, Galicia y Andalucía (los tres del PP) tras sus reuniones con Pedro Sánchez en Moncloa es la urgencia que todos expresaron de abordar un nuevo sistema de financiación autonómica y la certeza de que no llegará esta legislatura. Pero no solo eso. A pesar de que Alberto Núñez Feijóo apuesta por un discurso autonomista y evita injerencias en las posturas de los barones de su partido, también quedaron en evidencia las diferencias que existen entre ellos sobre cómo debe ser ese modelo. Y todo ello en Moncloa ante el presidente del Gobierno.

No es algo nuevo porque en función de la comunidad autónoma, los dirigentes piden tener más en cuenta un criterio u otro. Mientras que Alfonso Fernández Mañueco y Alfonso Rueda (que debutó con Sánchez al frente de la Xunta) siguen mirando al envejecimiento y la dispersión, Juanma Moreno insiste en tener en cuenta la población ajustada de cada comunidad para hacer el reparto. El líder andaluz cifra en 11.000 millones de euros el agravio que sufriría su región desde el año 2009, cuando entró en vigor el actual sistema pactado entre el Gobierno de Zapatero y ERC.

De ahí, su propuesta para crear “un fondo de compensación transitorio y prorrogable” que alivie el menoscabo que sufren las comunidades infrafinanciadas. El primero sería de 1.700 millones y lo ha pactado con Ximo Puig, presidente de la Generalitat, antes de presentárselo a Sánchez.

Las posturas de las comunidades del PP siempre han tenido discrepancias, también la gallega cuando la lideraba Feijóo. De hecho fue él quien encabezó una estrategia común de las comunidades del norte (Galicia, Asturias, Cantabria, La Rioja, Castilla y León, Aragón; además de Extremadura y Castilla La-Mancha) para hacer valer los criterios de despoblación y dispersión.

Recientemente, ya como líder nacional y en una visita de la Comunidad Valenciana (muy sensible al asunto de la financiación y que va de la mano de Andalucía) Feijóo aprovechó para recoger sus anhelos y defender también un modelo para el arco mediterráneo. Un punto de inflexión que le situó por primera vez lejos de los intereses concretos de Galicia. Con el fondo de Moreno, la alianza andaluza-valenciana queda más patente que nunca.

El nuevo presidente de la Xunta, por su parte, reconoció tras verse con Sánchez que es “consciente" de que "será dificilísimo ponernos todos de acuerdo”. Avanzó que “todos tendremos que ceder en algo” porque si no “nunca nos sentaremos” y, eso sí, dejó claro que para él es “irrenunciable” financiar los servicios públicos en su comunidad, que por las características propias (población muy envejecida o una enorme extensión de territorio) hacen que la dispersión sea un criterio básico. “Va a ser complejo porque va a generar muchos criterios diferentes, pero habrá que hacerlo”, dijo con total sinceridad.

También Mañueco trasladó a Sánchez el “perjuicio” que su comunidad afronta por un sistema de financiación “malo y antiguo” que, a su juicio, no tiene en cuenta la realidad actual de los territorios. Castilla y León se inclina por indicadores de despoblación, cerca de la postura de Galicia. Y muy alejada, claro está, de Andalucía y Murcia.

Temor al privilegio de Cataluña

Si en algo coincidieron los dirigentes, más allá de las diferencias que puedan tener sobre los indicadores por los que deba regirse el nuevo modelo, es por el temor a que otras comunidades como Cataluña tengan “privilegios” o negociaciones propias. El presidente de Castilla y León lo dijo sin paños calientes: “Nos preocupa y mucho que pueda haber privilegios para otras comunidades. Vamos a estar pendientes de que se cumple el mandato constitucional de igualdad entre todas las personas”, aseveró, después dejar claro que “lo que afecta a todos, como la financiación, entre todos tiene que pactarse”. Rueda, precisamente, animó a sentarse cuanto antes todas las comunidades para “evitar negociaciones bilaterales que acaban con el sistema porque cercenan la confianza”.

El dirigente gallego no escondió que sus temores están fundados “porque ya hemos visto que el Gobierno ha practicado acuerdos bilaterales en asuntos que debían ser en conjunto”. Y en el caso del andaluz, también cargó duramente contra el sistema actual "pactado con ERC en su día por Zapatero", igual que fuentes cercanas a Moreno no esconden el "malestar" por haber visto condensada su reunión con otros presidentes autonómicos a pesar de ser del PP. En la Junta consideran que la comunidad merece "un trato diferencial" y no vieron con buenos ojos que Sánchez "utilizara" la jornada de ayer para "compensar" la imagen de la reunión con la Generalitat del día anterior.