El ministro José Manuel Albares lleva un año al frente de la diplomacia española. En este tiempo ha realizado 59 nombramientos de embajadores y jefes de misión. De estos puestos de alta responsabilidad (voz e imagen de España en el extranjero), el 75 % han sido hombres (el último, este miércoles, Jorge Moragas, el ex jefe de gabinete de Mariano Rajoy, para Tanzania). Ha nombrado en ese tiempo a 14 embajadoras, un 25% del total.

La situación general del total de las jefaturas de misión españolas por el mundo es muy similar, con un ratio de mujeres del 25%: de 127 misiones en el exterior (países u organismos internacionales), 32 están ocupadas por mujeres y 95 por hombres.

“Las cifras por sí solas no reflejan el hecho de que los puestos más relevantes no han sido hasta ahora ocupados nunca por una mujer: ni las jefaturas de las embajadas en Londres, París, Washington o Rabat, ni las de las representaciones permanentes ante las Naciones Unidas en Nueva York o ante la UE o la OTAN en Bruselas”, subraya Cristina Fraile, presidenta de la Asociación de Mujeres Diplomáticas de España (AMDE) a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece al mismo grupo que este medio. 

Fraile, actualmente embajadora en Viena (Austria), dice que su asociación “reconoce que se han producido avances en materia de acceso de las mujeres diplomáticas a puestos de responsabilidad”. Pero considera que “aún quedan techos de cristal por romper”. 

"Se ha nombrado a mujeres para embajadas de la importancia de Lisboa, ONU-Ginebra, Viena, Senegal, Nicaragua, Brasil, Organización de Estados Américanos (OEA) o Dinamarca. Es decir, embajadas muy relevantes para España", aseguran desde el Ministerio de Exteriores a este diario. "No es solo una ratio, es la relevancia de las legaciones. Por primera vez hay embajadoras en OEA, Brasil, Países Bajos o Argentina. Y hay que tener en cuenta que la edad media de presencia de mujeres en la carrera es menor".

Este año, por primera vez, ha habido una promoción paritaria de nuevos miembros de la carrera diplomática: 17 hombres y 17 mujeres han aprobado las durísimas oposiciones al cuerpo.

Apuntan desde AMDE a un sesgo de género en la percepción de la carrera. “No, no, yo quiero ver al señor cónsul”, escuchó una cónsul española, según una campaña de la asociación; “Ah, tu mujer es diplomática, ¿vas a sacrificar tu carrera?”, le dijeron al marido de otra. Una de las quejas son los tipos de puestos que se ofrecen: “Las mujeres tenéis mucha sensibilidad para los temas de Derechos Humanos y Cooperación” es otra de las frases escuchadas por diplomáticas de nuestro país.

La “política exterior feminista”

En abril del año pasado, tres meses antes de ser cesada por Pedro Sánchez, la entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya, presentó un documento en el que definía cómo debía ser la política exterior española durante la legislatura. Se llamó Estrategia de Acción Exterior 2021-2024, e incluía un foco novedoso en la “política exterior feminista”. Muy criticado por parte de la oposición (“¿Qué es eso? La política exterior no es feminista ni masculina", dijo el senador José Manuel Marín, de Vox), ponía el foco en las acciones encaminadas a mejorar la situación de las mujeres en el mundo, especialmente las más pobres o en zonas de conflicto. Tenía también un epígrafe en el que se especificaban los cambios que debían producirse dentro de la propia carrera diplomática para hacerla más similar a la sociedad española. 

En julio del año pasado fue nombrado José Manuel Albares en sustitución de Laya. La Estrategia de Acción Exterior sigue colgada en la página del Ministerio. Exteriores no ha confirmado a este diario si esa Estrategia sigue vigente.

El documento se concretó parcialmente en una “estrategia específica para una política exterior feminista”. Se promovía “seguir avanzando en el nombramiento de mujeres en cargos de responsabilidad” de la diplomacia española. “En el caso de las jefaturas de misión, el objetivo no será exclusivamente cuantitativo, sino cualitativo: se velará por lograr una adecuada representación de mujeres en las áreas geográficas prioritarias para nuestra política exterior”. No se imponían cuotas o cifras concretas. 

“Esto no es un capricho, ni una moda ni el resultado de una ideología concreta, sino la voluntad de que nuestro Servicio Exterior sea más representativo de la sociedad española”, argumenta Cristina Fraile.

Al menos cinco países han adoptado, de manera oficial, una “política exterior feminista”: Suecia en 2014, Canadá en 2017, Francia en 2018, México en 2020 y España en 2021. El país nórdico ha alcanzado la paridad en su cuerpo diplomático. Hace 20 años, el 90% eran hombres.

La evolución en España hacia la paridad está siendo más lenta. Cuando murió el dictador Franco, en 1975, prácticamente no existían mujeres en el cuerpo diplomático (tan sólo un 0,2%). Cuando José María Aznar comenzó su segunda legislatura, en 2000, eran el 13%. Dos décadas después, la cifra se acerca al 29%: algo menos de 300 diplomáticas y algo más de 700 diplomáticos

Uno de los argumentos a los que se apuntan dentro del círculo diplomático es que en esta progresión está precisamente el problema: faltan mujeres con los años de experiencia suficiente. El puesto de embajador se suele obtener cuando se llevan 15 o 20 años o más ejerciendo. Por ello, hay menos mujeres disponibles para ser nombradas como embajadoras. 

En la lista actualizada a 6 de julio, sin embargo, los jefes de misión más jóvenes son dos hombres, uno de la promoción del 2008 (nombrado en agosto de 2021) y otro del 2007 (nombrado en noviembre de 2021), según fuentes diplomáticas. 

Algunos diplomáticos apuntan que, además del sesgo de género, hay otros dos a tener en cuenta: en particular al origen socioeconómico de los diplomáticos (predominantemente clase media-alta) o la abundancia de familiares de otros miembros de la carrera. 

"Sólo dos de los 59 nombramientos de Albares son cargos 'políticos'. Todos los ex altos cargos han sido nombrados embajadores en los destinos que ellos solicitaron", añaden otras fuentes diplomáticas. "Todos los nombramientos de embajadores del PP han sido respetados o enviados a destinos solicitados por ellos (como Jorge Moragas o Alfonso Dastis)".