Las elecciones andaluzas del 19-J no pasaron en balde para el PSOE. En absoluto. Se daba por hecha la derrota, pero la bofetada fue colosal. Dolió, mucho, y más a Pedro Sánchez. Incluso le irritó profundamente. Aquello debía marcar un punto de inflexión. Desde entonces, el presidente ha ido lanzando señales consistentes de que ha tomado nota del aviso de las urnas. Primero, con la confección del segundo decreto anticrisis, mucho más ambicioso que el primero. Después, con el debate del estado de la nación, en el que consumó un claro golpe de timón a la izquierda para reanimar a sus votantes. Y por último, con los cambios en el PSOE. La reconfiguración de la cúpula con pesos pesados para la gran batalla electoral que se abrirá a partir de septiembre. Nueva hoja de ruta y nuevo equipo, a priori más engrasado. Sánchez quiere a su partido ya en modo campaña, consciente de que la derecha ha crecido y de que Alberto Núñez Feijóo es una amenaza real. Y por eso propondrá que no se demore la elección de candidatos para las municipales y autonómicas: todo ha de quedar listo, como tarde, para mediados de diciembre.

El comité federal del PSOE, máximo órgano de dirección, oye este sábado, 23 de julio, y por primera vez, las explicaciones públicas del líder de los ajustes que él mismo ha decidido. Y deberá ratificarlos. No habrá previsiblemente problema, porque el presidente y secretario general controla todos los resortes de poder internos. Además, en las últimas horas, como confirmaban a este diario fuentes de Ferraz y también de los territorios, ha conversado en privado con los barones para darles cuenta de los relevos —el ascenso de María Jesús Montero, Patxi López y Pilar Alegría, más la entrada en el primer círculo de confianza de Miquel Iceta— y anticiparles las líneas generales del discurso que enhebrará ante los miembros del comité.

Pero la reunión de este sábado no servirá solo para ratificar la remodelación del núcleo duro del presidente. También se someterá a votación el calendario de las primarias para la elección de los candidatos autonómicos y locales (para los municipios de más de 20.000 habitantes). Y, como adelantaron fuentes de la cúpula a EL PERIÓDICO, Ferraz abrirá dos ventanas de votación. La ordinaria, a la que se tendrán que acoger todas las federaciones, se celebrará el 9 de octubre (en primera vuelta). De manera "excepcional", se habilitará otra fecha, a mediados de diciembre (el 11) para sacar las urnas. La segunda ronda, entre los dos aspirantes más votados, si ninguno ha llegado al 50%, sería una semana más tarde (16 de octubre y 18 de diciembre, respectivamente).

El precedente de 2019

Pero para poder optar por esta segunda alternativa, las direcciones regionales del PSOE deberán solicitarlo a la cúpula federal y argumentar por qué quieren celebrar sus primarias en noviembre. Pero "no habrá más excepciones", indican en Ferraz. No cabrá que algunos cabezas de cartel se elijan, por ejemplo, en enero, como sucedió en enero de 2019, cuando Sánchez eligió a dedo a su aspirante para Madrid capital, Pepu Hernández, que luego tuvo que ser votado por la militancia en unas primarias en las que los aparatos se tuvieron que fajar para vencer los recelos de las bases.

Es decir, que si el presidente quiere hacer ajustes en su Ejecutivo para lanzarlos de candidatos —como ocurriría con la ministra de Sanidad, Carolina Darias, para Las Palmas—, deberá anunciarlo, como tarde, para noviembre, aunque no tengan que dejar el Gobierno entonces. En definitiva, el mensaje que abrazará el comité federal este sábado es que los cabezas de cartel deben estar claros bastantes meses antes de las urnas de mayo, para que tengan tiempo para darse a conocer y recorrido. Las bases que regularán con precisión el proceso de primarias se aprobarán en septiembre y el comité federal que valide todas las listas (autonómicas y de ayuntamientos de más 50.000 habitantes), el 28 de enero.

En principio, no habrá números uno sorpresa en plazas fetiche, como Madrid, donde la previsión es que se elija a los secretarios generales de la región y de la capital, Juan Lobato y Mercedes González. Hay más dudas en València (la candidata natural, querida por Ximo Puig, es Sandra Gómez) o Zaragoza —"se apostará por aquel que quiera el presidente regional, Javier Lambán"—, y continuidad en Sevilla, donde concurrirá el actual alcalde, Antonio Muñoz. Para las autonomías, repetirán todos los actuales presidentes (incluido el aragonés Lambán y el castellanomanchego Emiliano García-Page) y los barones del partido que están en la oposición.

La elaboración de los programas para autonómicas y municipales ya está en marcha, a cargo de los respectivos secretarios de área: el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y el dirigente andaluz y vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Con ellos, el responsable electoral, Javier Izquierdo, y la titular de Estudios y Programas, la vicelehendakari Idoia Mendia.

El partido, "como ejército", "no existía"

El presidente, según fuentes de Ferraz, explicará este sábado los cambios en su equipo e hilará un discurso que enlaza con el del debate de la nación, insistiendo en que el partido va "a por todas". Y arengará a los suyos para que todo el partido, a la vuelta de vacaciones, esté "enchufadísimo" porque el combate de mayo (y después de las generales) será muy "duro", como todos reconocen. Las andaluzas demostraron que el partido languidecía, que "no existía", según opina un buen conocedor de las entrañas del PSOE. Y de ahí la fuerte terapia de choque a la que le ha sometido.

El presidente ha logrado serenar a los territorios, sin lugar a dudas, pero también se percibe un cierto malestar entre algunos sanchistas de primera hornada y algunos críticos por las formas, por lo que llaman "monarquía absoluta" del líder, que se dispone a cambiar el chasis de su dirección sin debate previo.

En Ferraz defienden, sin embargo, que los relevos en la ejecutiva deben pasar por el comité, y no por un congreso, como dicen los estatutos, "y eso es lo que se hace", y los ajustes en el grupo (como el reemplazo de Héctor Gómez por Patxi López en la Cámara baja) no han de pasar por el máximo órgano, "y van a pasar". Un veterano del aparato comparte la óptica de la cúpula: "Si los cambios no afectan a más del 50%, son competencia del comité, y además yerran quienes ven el partido con los ojos de antes, porque ha cambiado la forma de elección del secretario general: ahora es elegido por primarias entre la militancia, y por tanto componer la ejecutiva es potestad suya". Lo que subyace en las críticas es una acusación que siempre ha perseguido a Sánchez: el haber construido un partido cesarista, vertical, que se escapa de la cultura del PSOE.

Este sábado, con carácter previo al comité, se reúne la ejecutiva, en la que constarán las dimisiones —las renuncias de Adriana Lastra y de los compañeros que salen de la cúpula son eso, dimisiones, no ceses— y se aprobarán los nombramientos, que luego valida el máximo órgano. Fuentes próximas al líder subrayan que no habrá más ajustes en la dirección. No habrá más sorpresas. El peso está puesto en el discurso del líder, ya no en los nombres.

Los coletazos de la pugna Lastra-Cerdán

Como mar de fondo siguen coleando las heridas que ha dejado esta semana de pasión para el PSOE. Los próximos a Lastra se duelen de la forma en la que ha salido la vicesecretaria general ("no se lo merece"), aunque admiten que los nuevos nombres (Montero, López, Alegría, Iceta...) son "indiscutibles". Su círculo más próximo sí señala también que Santos Cerdán, el secretario de Organización a quien ha ratificado Sánchez, "pierde poder y queda en un sándwich entre Óscar López [director de Gabinete del presidente] y al que han puesto de adjunto suyo, Juanfran Serrano". También remarca que tanto la ministra de Hacienda como el nuevo portavoz en el Congreso son "amigos personales" de la ex número dos.

Fuentes próximas a Cerdán insisten en que no quieren entrar en la dialéctica de "vencedores y vencidos" y que ahora toca "trabajar". El jefe del aparato se enteró de la dimisión de Lastra el mismo lunes cuando oyó la SER, que adelantó la noticia. No lo supo con antelación. Es más, Sánchez tenía programados los cambios, y el lanzamiento del calendario de primarias, para un comité federal a primeros de septiembre. La marcha de la vicesecretaria precipitó los tiempos.

Distintas fuentes, también de los territorios, apuntan que Lastra decidió irse ante la posibilidad de que les fueran mermadas sus competencias. Porque Sánchez, añaden, supo que ella se había "movido" por las federaciones, "para afianzarse ella misma y su equipo", y hay quienes le reprochan que buscara preparar "el post-sanchismo". En el entorno de la asturiana han negado siempre esta posibilidad, porque "todo número dos sabe que su carrera política concluye cuando acaba la del uno". Lastra estará varios meses de baja por su embarazo de riesgo pero, a su vuelta, tendrá reservada su plaza en el comité federal: ocupará la que deja libre su compañero del Principado Iván Fernández, que salta a la ejecutiva por el pacto entre el presidente y el barón autonómico, Adrián Barbón.

De cualquier modo, este sábado arranca una nueva etapa. Sánchez, en realidad, ya gasta quizá su última bala. Materializa una revolución en su partido con la esperanza de poder remontar y frenar el ascenso de Feijóo en las encuestas y después en las urnas. Su mensaje, en el último mes, es que no va a entregar la plaza tan fácilmente. Que ya ha editado una nueva versión de su manual de resistencia.