El Parlamento andaluz ha elegido este jueves a Juan Manuel Moreno presidente de la Junta de Andalucía con los votos de su grupo parlamentario y la abstención de Vox. Por primera vez en la historia de Andalucía una mayoría absoluta del PP permite a este partido un gobierno en solitario, sin necesidad de pactos o aliados, con manos libres frente a Vox pero promesas de diálogo y pactos a derecha e izquierda, bajo la amenaza de una dura crisis económica a la vuelta del verano. "Esta va a ser una legislatura muy compleja", admitió Moreno, que admitió la gravedad de la situación pero pidió no hacer catastrofismo y se negó a hablar de recesión.

Con 58 de 109 diputados de la Cámara, atrás queda el primer Gobierno del “cambio” en Andalucía, del PP en coalición con Cs y con Vox como aliados parlamentarios, presionando y arañando conquistas en cada negociación. El discurso por la regeneración política en Andalucía y contra la herencia socialista quedó atrás en esta nueva etapa, una vez consagrada la alternancia política en la comunidad. La crisis económica, por la inflación desbocada y la amenaza energética por la guerra de Rusia, será protagonista en este nuevo periodo y así quedó patente en el inicio de la legislatura.

Moreno se cuidó de nuevo mucho en prometer diálogo y moderación con todos los grupos. Sin vetos, prejuicios o exclusiones y “sin un diálogo exclusivo con nadie”, advirtió el dirigente popular en su primera réplica a Macarena Olona (Vox). Aseguró que las familias estarán en el centro de su gestión y defendió "una gran alianza" de todos los partidos por Andalucía.

El presidente andaluz tomará posesión este sábado en un acto previsto a pie de calle, a las puertas de San Telmo, sede del Gobierno andaluz, para que se espera el desembarco de gran parte del PP, incluidos Alberto Núñez Feijóo o Isabel Díaz Ayuso. El lunes presentará su Gobierno, el primero monocolor del PP en Andalucía. Tras una primera jornada en la que el presidente se centró en un paquete de rebajas fiscales para combatir “la nueva pandemia de la inflación”, esta segunda sesión del debate de investidura sirvió para medir el tono de la oposición. Las izquierdas (Adelante Andalucía, Por Andalucía y PSOE) no cerraron las puertas a acuerdos y Vox tendió la mano pero con un tono duro en sus reproches al PP y con la exigencia a Moreno de que rompa los puentes con el resto de grupos políticos.

Estreno de Espadas

El líder del PSOE andaluz, Juan Espadas, se estrenó como líder de la oposición con un tono sosegado y una crítica firme a la inacción de Moreno. “Nunca hacer tan poco fue tan rentable políticamente”, señaló en una intervención en la que recordó que el PSOE es “un partido de gobierno” que tratará de hacer “más propuestas que críticas”. El socialista acusó al presidente andaluz de practicar “el escapismo político”: “Si hay buenas noticias son suyas y si hay problemas que los resuelvan otros”.

Confrontación por la PAC

La legislatura andaluza va a estar sin duda marcada por la confrontación de modelos y políticas entre el Gobierno andaluz y el de la nación, con las elecciones municipales y autonómicas de mayo y las generales de finales de 2023. Uno de esos asuntos que levantan a la Junta en armas contra el Ejecutivo de la nación es la Política Agraria Común (PAC), tras aprobarse un modelo de ecoesquemas que rechazan los agricultores andaluces por suponer una pérdida de 500 millones de euros, según denuncian. Otro es el problema del agua. Andalucía, dijo Moreno, se encamina a “una de las sequías más severas en décadas”, reclamando al Gobierno que cumpla con sus inversiones en obras hidráulicas.

“Andalucía no va a estar callada”, advirtió Moreno, frente a “privilegios” a otros territorios de España por la aritmética y la necesidad de Pedro Sánchez de apoyos en el Congreso. “Abramos una vía de diálogo”, señaló Moreno a Espadas, en asuntos pendientes como la reforma de la financiación autonómica. Espadas recogió el guante con otra oferta de cinco pactos al PP. Mano tendida entre los dos principales partidos del Parlamento andaluz.

La jornada arrancó con la advertencia de Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía, de que los diputados tendrán, gracias a las dos representantes de su grupo, “su dosis de andalucismo” aunque “las pongan de cara a la pared”, dijo aludiendo a la ausencia de Adelante de la Mesa de la Cámara.  

Choque por la política fiscal

La representante de Por Andalucía, Inmaculada Nietoaseguró que no va a renunciar a mantener un intenso debate fiscal con el PP y le pidió a Moreno que empiece ya a parecerse a la derecha europea, a la Comisión Europea “o hasta al presidente de los Estados Unidos”, que abogan abiertamente por elevar la presión fiscal sobre los más ricos.

El choque fue intenso con la portavoz de VoxMacarena Olona, que mantuvo dos intervenciones muy diferentes. En la primera empleó el tono suave y tendió la mano al PP, en la segunda volvió a ser la Olona dura y beligerante que ha protagonizado la campaña electoral, con ataques muy directos a Moreno por su defensa del diálogo a todas las bandas y una duro discurso contra el PSOE, que ignoró totalmente a este partido en su intervención.

La portavoz de Vox se erigió en defensora de “miles de andaluces, de los desheredados, los nuevos parias de la tierra” y su mano tendida pasa porque el PP rompa los puentes con la izquierda, avisó. Emplazó a Moreno a elegir entre “poderosos y débiles”, “españoles o inmigrantes”, “agricultores y ecologistas”, “revanchismo y memoria histórica”, “hembrismo sectario y violento o igualdad”, “la cruz cristiana o el islamismo”… El presidente no cambió su tono ni su guion. Apenas se inmutó. Se limitó a defender que él cree que “la democracia es concordia”, que hay que hablar con todo el mundo y así prometió ejercer su mayoría absoluta.