La imágenes que se van difundiendo sobre lo que sucedió el pasado viernes en el asalto masivo a la valla de Melilla abonan las sospechas sobre la mano dura con la que actuaron los gendarmes marroquíes contra los migrantes. Las cifras oficiales ofrecidas las fuerzas de seguridad de Marruecos reconocen 23 muertos y 76 heridos, pero las ONG elevan el número de fallecidos hasta los 37.

Aunque la mayor parte de las muertes se produjeron en el torno metálico de la puerta del paso fronterizo del Barrio Chino, un vídeo muestra también otro lugar en el que un número no cerrado de migrantes perdió la vida. En las imágenes, apócrifas, un grupo de migrantes escala la valla antes de llegar al acceso de la frontera y, ante los disparos de botes de humo de la policía marroquí, la mayoría de ellos se acabaron precipitando sobre los que estaban debajo.

Hasta el momento, la versión de los hechos que conoce el Gobierno de España es la de que, durante una oleada de unas 2.000 personas hacia la valla fronteriza, cerca de 500 de esas personas se apelotonaron intentando pasar a territorio español por una puerta del centro fronterizo del Barrio Chino, que había conseguido abrir uno de los migrantes, con una avalancha que mató a una veintena de ellos por asfixia o aplastamiento cuando las filas de atrás empujaban a las de delante en un estrecho pasillo de la instalación.