El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luís Escrivá, ha perdido en menos de 48 horas a sus dos hombres de confianza. Los secretarios de Estado de Migraciones, primero, y de Seguridad Social, después, han comunicado al ministro que no siguen. Así lo confirman fuentes del Ministerio, que justifican la salida de ambos por motivos personales. El cese de ambos secretarios se produce en pleno acogida de migrantes por la guerra de Ucrania, por un lado, y con varias de las reformas de calado en materia de autónomos y de pensiones por cerrar. Es competencia del Consejo de Ministros aprobar el cese y nombramiento de sus sucesores, aunque desde el equipo de Escrivá apuntan a que el relevo se producirá "en las próximas semanas".

Este pasado lunes el secretario de Estado de Migraciones, Jesús Javier Perea Cortijo, comunicaba su intención de dejar el ministerio, según avanzó 'eldiario.es'. Perea era anteriormente director general en Moncloa y vuelve allí, en este caso a la Unidad de Discurso. Y este martes su homólogo de Seguridad Social, Israel Arroyo Martínez, hacía lo propio, con dirección de vuelta a la Airef. La versión que trasladan desde el equipo de Escrivá es que la alta actividad del Ministerio ha desfondado a ambos responsables. Esas mismas fuentes descartan la dimisión del propio ministro y avanzan que a Arroyo lo sustituirá Borja Suárez Corujo, hasta ahora director general de ordenación de la Seguridad Social. Entre sus negociados, deja pendiente finiquitar la futura reforma del reglamento de extranjería, que ya ha superado la consulta pública.

En el caso de la cartera de la Seguridad Social, a sus espaldas carga el último tramo de la negociación de la reforma laboral, cuando Seguridad Social y Economía se sumaron a las mesas pilotadas desde Trabajo. Aquí Borja Suárez, el futuro secretario de Estado de Seguridad Social, fue uno de los encargados de asistir a las reuniones, en tanto que no podía asistir ningún otro secretario de Estado para que el único fuera Joaquín Pérez Rey, del Ministerio de Trabajo.

Las dos últimas reformas de pensiones también han exigido alta actividad negociadora. La primera para revalorizar las prestaciones según el IPC y desincentivar las jubilaciones anticipadas y la segunda para crear una 'hucha' con una subida de las cotizaciones sociales de los trabajadores durante el plazo de 10 años. Actualmente Arroyo se encontraba desde hacia seis meses negociando la nueva reforma del sistema de cuotas de los autónomos y hacía apenas una semana había salvado por los pelos la ley de fondos públicos de pensiones.

El próximo lunes está prevista otra mesa de negociación para la reforma del RETA, presuntamente la definitiva, donde estaba previsto que fuera Arroyo quien pilotara las conversaciones. En la agenda futura está pendiente el próximo bloque de la reforma de pensiones, que, entre otros, contempla el cambio en el sistema de cómputo de los años cotizados, para ampliar los actuales 25 años.