Los portavoces de los grupos parlamentarios en la Comisión de Trabajo e Inclusión del Congreso comenzaron el día con nervios. El PSOE no tenía nada claro que la ley de los planes de pensiones saliera adelante y maniobró para sumar más apoyos de los que tenía. Llegó a plantear nuevas enmiendas, de las llamadas "in voce", que son las que se pueden presentar de manera sobrevenida siempre y cuando vengan respaldadas por la mayoría. Las llamadas de teléfono y los mensajes no cesaban, tanto entre portavoces como entre los portavoces y sus jefes. Había mucho en juego.

Esto es lo que cuenta una fuente parlamentaria que ha participado en esas frenéticas negociaciones. A las 10.00 horas, cuando comenzó la comparecencia de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ante la Comisión, había mucho tela que cortar aún. Cuando la dirigente terminó la intervención inicial, comenzó el trajín de papeles y mensajes de móvil, y de corrillos en las esquinas de la sala y de reuniones imprevistas de pie, afuera. Resultó especialmente intenso el vaivén entre los diputados del PSOE, entre los del PDeCAT y en el PNV. De EH Bildu no había nadie, quizá presagio de lo que estaba por ocurrir.

Hacer un trámite exprés tiene riesgos. Uno tiene que ver con la falta de tiempo para analizar las enmiendas transaccionales, que es lo que ha denunciado el representante de ERC, Jordi Salvador. El otro tiene que ver con las propias negociaciones de esas enmiendas que mezclan fragmentos de otras registradas previamente, en busca del consenso. Si el tiempo apremia, los diputados se transforman en manojos de nervios y las conversaciones se resienten. El margen de error aumenta. Es lo que le ha sucedido al grupo socialista.

Víctimas del ajetreo incesante de papeles son los letrados de las comisiones, pues son los encargados de ordenar las votaciones. Si a última hora se le presentan X transaccionales, al letrado se le complica su esquema; se embarulla un poco. Los letrados acuden a las comisiones que aprobarán dictámenes con sus hojas a limpio. Obligarle a modificar los papeles aumenta el riesgo de equivocación, obviamente.

Se ha juntado todo este jueves, en la sesión de la Comisión de Trabajo del Congreso. Según informaron fuentes socialistas después de la votación, sus diputados cometieron un error en la de una enmienda de Unidas Podemos por culpa, aunque no sólo, del letrado. La versión es la siguiente:

"Antes de iniciar la votación de las enmiendas, el Grupo Parlamentario Socialista ha pedido el guion de votación al letrado. Cuando ha empezado la votación se han ido formando y cambiando los bloques de votación. Llegados al bloque de las enmiendas de UP, en concreto a la votación de las enmiendas 57, 58, 59 y 60, el Grupo Parlamentario Socialista ha entendido que votaba la enmienda transaccional 59 de UP cuando lo que se estaba votando eran esas enmiendas en bloque".

Los textos de la discordia

De esas cuatro enmiendas, hay que reseñar dos. La primera es la 59 de la lista registrada. Unidas Podemos, con ella, propuso la supresión del listado de situaciones por la que las empresas se libran de dar aportaciones a los planes de empleo. Para los "morados", tal y como explicaron en la justificación, era "una merma directa de ingresos" en el sistema de la Seguridad Social. Este punto es, además, una recomendación del Pacto de Toledo, actualizado en noviembre de 2020. En otras palabras, una propuesta para fortalecer el modelo público y ahuyentar los modelos privados.

La segunda es la 60, también de Unidas Podemos. Se trata de una petición para acabar con los "topes máximos de cotización" la Seguridad Social, y por tanto, para afianzar un mecanismo de redistribución de los recursos de la Seguridad Social que permita a las rentas más altas aportar de forma proporcional al sostenimiento del sistema.

Resulta que la primera, aprobada por error, choca con una acordada con EH Bildu, lo que casi con toda seguridad provocará su exclusión cuando el pleno deba aprobar el dictamen, paso definitivo en el Congreso antes de recalar el texto en el Senado. Y resulta que la segunda colisiona también con lo que hasta la fecha venía defendiendo el Ministerio de José Luis Escrivá.

El grupo socialista, a través de sus fuentes, ha anunciado que registrará un voto particular para subsanar el "error" de haber votado a favor de cuatro enmiendas de Unidas Podemos que, a su juicio, o no deben figurar en el dictamen o deben figurar con otras terminologías y alcance. Fuentes conocedoras de la negociación, preguntadas por esta opción, dudan de que el voto particular pueda expulsar la enmienda 60, la del destope de las bases máximas de las cotizaciones. Sí creen que pueda servir para la enmienda de los casos que exoneran a las empresas de sus aportaciones a los planes, la 59.

La importancia de EH Bildu

Fuentes de Unidas Podemos indican que pase lo que pase con las enmiendas de la discordia apoyarán el dictamen. Para la formación morada, la clave del modelo de pensiones es que su cuantía vaya acompasada con la evolución del IPC. Lo demás, aun siendo relevante, lo ven secundario, indican fuentes del grupo.

Que el bloque del Gobierno en el Congreso vaya unido no era algo 100% garantizado hace una semana. Ahora lo está más o menos, a pesar de la intervención de la diputada de los "morados" Isa Franco en la Comisión, quien nada más comenzar ha afirmado: "No nos gusta esta ley". Pero es más que probable que la respalden porque, por encima de preferencias, tiende a implantar en España el segundo pilar del modelo de pensiones: los planes colectivos, los de las empresas, los acordados por empresarios y trabajadores.

Sobre esa base de 153 escaños, el PSOE ha explorado el camino del PNV, el del PDeCAT y el de Cs. También lo ha intentado con el PP, sin éxito por ahora, y con EH Bildu, exitosamente por ahora. Porque en una enmienda socialista y abertzales han logrado un aumento mensual del 15% de las pensiones contributivas, es decir, las más infradotadas, en algunos casos de "miseria", tal y como ha subrayado el diputado vasco Iñaki Ruiz de Pinedo, del grupo que dirige Mertxe Aizpurua. El parlamentario ha exigido que esta medida vaya en el segundo decreto contra la crisis derivada de la guerra de Ucrania y que dure hasta el 31 de diciembre de este año. Beneficiará a 440.000 personas y el incremento será de entre 60 y 100 euros.

La vía PNV también ha ido bien porque, como ha recalcado su representante en la Comisión, Íñigo Barandiaran, queda a salvo el modelo vasco de Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV), vigente en Euskadi desde hace años. Igualmente, se ha congratulado por la incorporación de una propuesta a favor de que las adquisiciones realizadas por planes de pensiones de empleo y por mutualidades, así como por Entidades de Previsión Social Voluntaria sin ánimo de lucro, estén exentas del impuesto sobre las Transacciones Financieras.

Con quien no han cuajado las negociaciones, hasta el punto de que ni siquiera se han intentado, ha sido con ERC. Su portavoz, Jordi Salvador, ha sido muy duro en contra del procedimiento empleado con la ley y del contenido de la ley. "No he podido ni leer las transaccionales; las tendría en todo caso que leer rápido. Esto no es serio", ha declarado.

Y ha hecho esta reflexión: "Los mismos a los que se ha rescatado, la banca y las aseguradoras, son los mismos que ahora nos han de salvar" gracias a esta ley, que a su juicio "ratifican el mantra de que las pensiones son un lastre para el modelo público".