La coalición andaluza no tendrá su réplica en la capital. La coalición de izquierdas en Andalucía, que ha derivado en una guerra abierta entre formaciones, ha cargado de argumentos a Más Madrid para rechazar abiertamente cualquier entendimiento con Podemos de cara a las autonómicas de 2023. El partido liderado por Mónica García descarta un acuerdo electoral con los morados y desvincula el proyecto nacional de Yolanda Díaz con la región donde, adelantan, "la suma puede restar".

Hace un año, la Comunidad de Madrid fue escenario del triunfo de la nueva política. Más Madrid logró un consumar el sorpasso al PSOE y tanto ellos como Podemos mejoraron sus resultados, pero la suma no fue suficiente para desalojar a Isabel Díaz Ayuso de la Puerta del Sol. El resultado llegó después de la oferta de Pablo Iglesias a García para integrarse en su lista para ir juntos a las urnas. El rechazo de la dirigente fue tajante.

"No podemos sumar más espectáculo y testosterona (...). Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos históricos nos pidan que nos apartemos", respondió una Mónica García por entonces desconocida, pese a ser diputada de la Asamblea de Madrid desde 2015. Aquella respuesta, están convencidos en su partido, contribuyó a disparar su cuota de popularidad a niveles hasta entonces desconocidos. Finalmente, las elecciones terminaron por confirmar que el proyecto impulsado en 2019 por Manuela Carmena e Iñigo Errejón iba mucho más allá del partido del que se había escindido.

Un año después de aquello y tres después de la fundación de Más Madrid, Podemos trata ahora de reconducir su relación con la formación madrileña, a la que ha propuesto explorar una alianza para los comicios del próximo año. Las encuestas, advierten, otorgan los mismos resultados que hace un año, pero la suma de los votos de ambos se traduciría en un aumento significativo de escaños, advierten los morados.

"Lo llevamos lanzando desde hace tiempo", señalan fuentes de Podemos a este medio, advirtiendo de que "ya Pablo [Iglesias] tendió esos puentes hace un año", algo que no cuajó en Más Madrid porque "se consideró una oferta precipitada". Argumentan que en esta ocasión, a diferencia de aquella, "tenemos tiempo" y "se puede hacer bien, sin prisas de última hora".

"El frente amplio ya existe"

Sin embargo, en Más Madrid no han cambiado las posiciones. Creen que su éxito en las urnas se debió en gran medida a su ruptura con Podemos, y están decididos a seguir en el 'no' a esta alianza, al considerar que la marca morada supone un lastre y puede ahuyentar al votante. Desde el nacimiento del partido, sus dirigentes han trabajado por construir una alternativa apegada al terreno madrileño y a reforzar las siglas; su líder, además, planea pedir una excedencia de su profesión sanitaria para reforzarse como candidata, como adelantó El Periódico de España. Y precisamente por eso, no están dispuestos a renunciar a ninguna de dos cosas: ni a la marca de Más Madrid ni a su cabeza de lista. No habrá cesión alguna en favor de un partido al que consideran marcadamente centralista.

Mónica García e Íñigo Errejón, en un mitin de las elecciones autonómicas de Madrid de mayo. EFE

"El frente amplio ya existe aquí: se llama Más Madrid", argumentan desde la formación, donde se definen como "la alternativa" al Gobierno de Díaz Ayuso. Refieren también la ausencia de pugnas internas -a diferencia de Podemos- y a la integración de otras fuerzas como Equo, cuyos diputados conviven cómodamente en la Asamblea regional con los representantes del partido madrileño.

Los de Mónica García se oponen a cualquier negociación con los morados para una alianza electoral, más aún después de lo sucedido en Andalucía, donde Podemos presionó hasta el final para imponer a su candidato. Tan hasta el final, que llevó a una escena esperpéntica donde dos de las seis fuerzas de la coalición se quedaron fuera de la papeleta por no llegar a tiempo al registro. Una serie de dinámicas que, creen, podrían alejar al electorado de un proyecto que ya ha sentado sus bases y que es independiente de cualquier lógica orgánica o estatal. "Visto lo que ocurrió en Andalucía, vamos a mantener nuestra estrategia. ¿Qué aliciente tenemos?"; se preguntan desde el partido.

"No vamos a supeditar el proyecto madrileño a un interés estatal", subrayan estas fuentes. "Y no nos vamos a mover". Esta negativa a construir alianzas en el espacio de la izquierda contrasta con el proyecto defendido por la vicepresidenta Yolanda Díaz, que ha abogado por aunar distintas sensibilidades políticas bajo el paraguas de su proyecto. Un objetivo en el que Mónica García es precisamente una aliada.

La gallega se ha apoyado en la sanitaria madrileña para sentar las bases de su candidatura: García fue una de las invitadas al acto de Valencia, que fue la semilla de su apuesta nacional, y con ella ha compartido en los últimos meses más espacios que con los dirigentes de Podemos, con quienes existen fuertes tensiones. En la manifestación del 1 de mayo, Díaz exhibió su amistad con la líder de Más Madrid. Los dirigentes morados no aparecieron en la foto.

Si las posturas continúan igual, como parece que ocurrirá, se dará una situación paradógica, y es que Yolanda Díaz tendrá que gestionar la existencia de dos fuerzas progresistas más allá del PSOE. Un contexto donde hacer campaña por cualquiera de estas dos partes supondría un agravio para la otra, y podría afectar a la construcción de su proyecto nacional. Eso siempre que Podemos concurriera a los comicios en solitario y no renunciara a presentarse a los comicios para evitar la fragmentación del voto, algo que ya hizo en las municipales de 2019 en las que se presentó Carmena, donde pese a no concurrir acabaron apoyando al candidato de Izquierda Unida, Carlos Sánchez Mato.