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Artimañas

Las nuevas trampas para opositar

El intento de fraude cometido en el examen de unas oposiciones a Policía Local en un pueblo de Tenerife obligará a adoptar más medidas contra el uso de nuevas tecnologías para copiar

Imagen de un detenido por usar una cámara y un pinganillo para copiar en un examen de tráfico en Alicante en 2020.

La suspensión el pasado 26 de abril del examen de la oposición para nuevas plazas de Policía Local en el municipio tinerfeño de Tacoronte, tras detectarse el uso de tecnología inalámbrica y microcámaras para copiar, ha sembrado un alud de dudas sobre la limpieza de las oposiciones a las administraciones públicas y obliga a incrementar las medidas que eviten el uso fraudulento de nuevas tecnologías para obtener una plaza como funcionario público sin respetar los principios de igualdad, mérito y capacidad. Una somera búsqueda a través de internet permite descubrir que, desde hace años, existe todo un arsenal tecnológico que está al servicio de los copiones. Son las ya no tan nuevas trampas para opositar que ahora vuelven a preocupar a los tribunales que deben velar por la limpieza de los procesos que permiten acceder a un ansiado trabajo para toda la vida.

El sistema empleado en Tacoronte, cuyo fallo de conexión permitió que fuera detectado, estaba compuesto por un micropinganillo, insertado en el conducto auditivo del opositor tramposo, conectado a su teléfono móvil, que tenía una llamada activa. Al otro lado, alguien podía ver el examen a través de una microcámara, probablemente oculta en unas gafas o en un botón de la camisa (también hay cámaras que se ocultan en bolígrafos o que van adosadas a la muñeca, bajo la manga), y dictaba respuestas correctas. La desconexión del móvil y el pinganillo transmitió la llamada al teléfono y eso permitió que un miembro del tribunal escuchara un sospechoso murmullo entre las pertenencias de los opositores.

Este sistema no se hubiera detectado de no producirse ese fallo, ya que el micropinganillo, de tamaño similar a un grano de arroz, se introduce bastante en el conducto auditivo y no es visible. Para extraerlo se utiliza una varilla imantada. Estos micropinganillos pueden usarse para comunicaciones en directo pero también pueden tener contenidos grabados previamente. Se venden a precios que oscilan entre los 39 y los 960 euros en decenas de tiendas 'onlin'e. Un pinganillo con gafas 'bluetooth' se puede comprar por apenas 110 euros, pero hay equipos más sofisticados de hasta 1.560 euros. Incluso hay empresas españolas dedicadas en exclusiva a ayudar a copiar en los exámenes, como 'Monorean', que se publicita con un explícito "¡Copia en los exámenes con absoluta discreción! El mejor pinganillo para exámenes del mundo: comunícate sin cables y con claridad sin ser detectado".

Las plataformas de venta Amazon y Aliexpress están llenas de anuncios de estos dispositivos y en Youtube pueden consultarse decenas de vídeos que muestran cómo utilizar estas tecnologías para copiar con títulos como "El mejor pinganillo invisible de 2020"; "Pinganillo para examen indetectable", "Once formas de copiar en un examen", o "Pinganillos para aprobar tus exámenes sin estudiar". Existen incluso tutoriales para colocarse bien el pinganillo y ofertas para alquilarlos "cinco días por 25 euros".

El uso de inhibidores de frecuencia permitiría evitar la mayoría de las comunicaciones con el exterior, pero para acabar con las grabaciones y con tecnologías contra inhibidores, que ya se anuncian, puede que en el futuro no quede otra alternativa que empezar a usar otoscopios para revisar los conductos auditivos de todos los opositores. Ya no basta con pedir a los aspirantes que se recojan el pelo.

Los minipinganillos que se venden para aprobar sin estudiar son indetectables a simple vista

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Incluso hay sistemas que no requieren conexión con el teléfono móvil. Hay miniaudífonos que se conecta a la red a través de una tarjeta 'sim' adosada al cuerpo y que permite realizar los controles con el movimiento de los pies. Sirve para llamar o para escuchar contenidos grabados. La parte más importante de este sistema se oculta bajo la ropa. A través de internet se venden equipos completos con audífonos, conexión móvil, antenas y cámaras ocultas bajo las mangas. La manga corta ayudaría a evitar algunos fraudes.

En la mayoría de las oposiciones exigen a los participantes desprenderse de sus relojes y guardarlos aparte. Y no sólo por la existencia de 'smartwatch' con capacidad para recibir textos, imágenes y mensajes desde el exterior. También hay relojes que a simple vista no muestran nada pero que, con unas gafas especiales, permiten al infractor leer texto introducido anteriormente. Cuestan 50 euros. En esa misma línea, se venden por unos 180 euros calculadoras científicas con las que es posible conectarse a internet, recibir mensajes o guardar gran cantidad de textos y que cuentan, incluso, con un botón del pánico para volver a los números antes de ser detectados. Sirven para buscar en Google e incluso para chatear con el exterior. Algunas universidades españolas han prohibido ya determinadas calculadoras y hasta las pulseras y collares para evitar que se usen para copiar.

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