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CRISIS CON CATALUÑA

Sánchez se abre a una reunión con Aragonès tras el espionaje a los independentistas

En la Moncloa no descartan la vía exigida por el 'president', aunque advierten de que caben otras fórmulas, como una cita de los gabinetes o la mesa de diálogo | Lo prioritario, apuntan, es "intensificar los contactos", "redoblar los esfuerzos" para restaurar la confianza, por lo que es pronto para avanzar "concreciones"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visita el centro de refugiados ucranianos de Málaga. ALEX ZEA / EP

El Gobierno va a hacer “todo lo que esté” en sus manos para “restaurar la confianza” con la Generalitat. Ofrece diálogo, porque defiende que es su “seña de identidad” desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa en 2018, y no descarta cualquier fórmula que permita reconducir las relaciones con el Govern tras haberse incrementado la tensión por el presunto espionaje a líderes independentistas entre 2017 y 2020, a través de los programas de fabricación israelí Pegasus y Candiru. De entrada, el Ejecutivo central no excluye una vía exigida insistentemente en las últimas horas por Pere Aragonès: una reunión bilateral entre los dos presidentes. Es solo una opción, pero no se descartan otras como una cita de los gabinetes de ambos o la reactivación de la mesa de diálogo. 

Para la Moncloa, la clave está en la “actitud” mostrada por el Gobierno, sobre la que no puede haber “duda”. “Queremos seguir trabajando sobre la base del diálogo, un diálogo comprometido y de verdad. Si hay una parte, en este caso la Generalitat, que cree que las relaciones se han resentido, el Gobierno va a redoblar los esfuerzos para restaurar esa confianza que hasta ahora ha dado sus frutos. No nos vamos a desentender, vamos a intensificar los contactos, las vías de comunicación y el diálogo institucional”, explican a este diario fuentes del equipo de Sánchez. 

El Ejecutivo, a través de su portavoz, Isabel Rodríguez, ya subrayó el martes que no ha tenido nada que ver con el seguimiento a más de 60 dirigentes y activistas independentistas, víctimas del espionaje a través de los programas que se colaron en sus móviles. Pero ese mensaje de que no tiene “nada que ocultar” (sin aclarar si el Centro Nacional de Inteligencia pudo utilizar la herramienta israelí porque la ley impide revelarlo) no ha bastado a Aragonès, que insiste en un cara a cara con Sánchez. 

Aragonès en Madrid

De hecho, defiende que sólo con explicaciones en la mano y depurando responsabilidades será posible restañar una confianza “muy dañada” con el Gobierno. Este miércoles, el ‘president’ amenazó con retirar el apoyo parlamentario de ERC, socio indispensable de PSOE y Unidas Podemos, si no se arroja luz sobre lo ocurrido. Para exhibir su enfado y elevar la presión sobre Sánchez, el dirigente republicano viaja este jueves a Madrid para reunirse en el Congreso con los partidos supuestamente espiados (ERC, Junts, PDECAT, Bildu y la CUP). 

¿Qué pasos dará el Gobierno ahora, por tanto? En la Moncloa responden que aún es pronto para adelantar “concreciones”. Pero sí insisten en que “en ningún momento se ha interrumpido la comunicación institucional” y en que los dos ejecutivos están “en contacto”, por lo que “se van a buscar fórmulas para restablecer la confianza” perdida. 

¿Y qué se entiende por “intensificar los contactos”? “Ya veremos. Ya veremos si hay una reunión entre los dos presidentes, entre los gabinetes de ambos, entre ministros y ‘consellers’, la mesa de diálogo, aportando pruebas, otro tipo de negociación… No está agendado. Ya sabemos cómo recomponer relaciones y cómo bajar la crispación con la Generalitat, porque lo hemos hecho hasta ahora en estos años. Es nuestra forma de trabajar. Este es un Gobierno comprometido con la negociación y el diálogo”, subrayan desde la Moncloa, donde no se marcan plazos para recuperar la normalidad. También se advierte de que no tendría sentido una entrevista de los dos presidentes “que no tuviera ningún contenido”. Lo “importante”, destacan, es “seguir hablando y trabajando”, y estudiar todos los caminos posibles, para luego concretar. 

Los votos de ERC, claves

De las reflexiones y las palabras del Gobierno, del núcleo duro de Sánchez, se desprende claramente la preocupación por el malestar mostrado por el Govern y la voluntad de reconstrucción de los puentes. No en vano, ERC es un socio clave para el bipartito: sus 13 votos en el Congreso resultan capitales para la convalidación de decretos leyes y la aprobación de los proyectos del Ejecutivo, para conferir estabilidad a la coalición y darle gasolina hasta 2023. Una ruptura de relaciones complicaría la existencia del mismo Gabinete y daría más bazas a la derecha. 

"Colaborar con la Justicia"

Por esa razón, desde Ferraz se remarca que hay que “gestionar los tiempos”. “No hay que ponerse nerviosos y debemos ofrecer diálogo, como siempre hacemos, olvidarnos de las cortinas de humo que algunos sacan y en las que otros entran para que no se hable de la corrupción del PP”, indican desde la cúpula socialista. En la dirección del partido, de hecho, no descartan la reunión de Sánchez y Aragonès, conscientes de que a ERC “le viene bien para sacar la cabeza”, aunque la voluntad de los socialistas no es “poner el foco” en el caso Pegasus. 

Los inequívocos intentos del Gobierno por restablecer la comunicación con la Generalitat se extenderán a todos los espacios. Fuentes de la Moncloa destacan que su intención es aclarar este presunto espionaje en todos los ámbitos: “Vamos a colaborar con la Justicia en todo lo que se pueda y se deba”. Pero el punto ciego de este asunto es que, según la investigación de la organización Citizen Lab —un laboratorio interdisciplinar vinculado a la Universidad de Toronto, que lo ha hecho público—, el teléfono de Aragonès está infectado por el ‘software’ de Pegasus cuando era vicepresidente y ‘conseller’ de Economía. Y ese dato es el que compromete al Ejecutivo socialista. 

Comisión de secretos oficiales

No es posible escudarse en que atañe a la legislatura anterior, cuando se produjo el referéndum del 1-O, se aplicó el 155 y la huida de Carles Puigdemont, cuando el CNI, controlado entonces por Soraya Sáez de Santamaría, dedicó grandes esfuerzos a frenar el desafío independentista. Sin embargo en Moncloa no se mueven ni un ápice de la postura de que no tienen “nada que ver con esta historia”. 

La ministra de Defensa, Margarita Robles, responsable del CNI, dará explicaciones en el Congreso. Y aunque la información que pueda aportar en la Comisión de Defensa será limitada porque se trata de materia reservada, desde el Ejecutivo se propone también dar detalles en la comisión de secretos oficiales, pese a que a estas alturas de la legislatura no está constituida por los vetos cruzados de los partidos.  Robles defendió este miércoles que se forme ya la comisión para que “sin ninguna reserva” se pueda hablar con toda claridad. “Hay proactividad por parte del Gobierno”, señalan en la Moncloa. 

Mesa de diálogo

Toda esta exigencia de aclaraciones, la desconfianza que ha instalado la Generalitat en la relación institucional, la apertura incluso en Barcelona de una investigación judicial, apunta a que el proceso para recuperar la normalidad y volver a la fluidez de estos años puede ser algo. Pero ambas partes se han cuidado de preservar en todo este conflicto la mesa de diálogo. El ‘president’ de la Generalitat dejó muy claro que "nunca" renunciará al proceso de diálogo pese a las sospechas de espionaje. En ese sentido, la reunión prevista entre los dos gobiernos no corre peligro. 

Igual cuesta más pactar su celebración porque Moncloa y el Govern deben resolver primero el asunto de Pegasus, pero ambas instituciones se mantienen ancladas al compromiso de buscar una solución política al conflicto catalán. La idea inicial del Gobierno era encajar el encuentro tras las elecciones del 13 de febrero en Castilla y León. La invasión rusa de Ucrania trastocó todos los planes y sigue haciéndolo. Con el horizonte, además, de unas elecciones seguras en Andalucía en junio, y la cumbre de la OTAN ese mismo mes. Y ahora pendiente también de que las explicaciones del Gobierno resulten convincentes para la Generalitat.  

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