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Giro histórico de la Moncloa

Sáhara Occidental: las 'traiciones' españolas en las encuestas de ayer y hoy

Desde 1974, la opinión ciudadana en los sondeos del CIS no siempre se ha correspondido con las decisiones de los gobiernos en el conflicto saharaui

Sáhara Occidental: las 'traiciones' españolas en las encuestas de ayer y hoy.

El 2 de noviembre de 1975, con Franco agonizando en el Palacio de El Pardo, el príncipe Juan Carlos viajó al Sáhara Occidental, 'español' entonces, para intentar levantar la moral de las tropas ante la inminente invasión de Marruecos. Solo tres días después, la víspera del comienzo de la bautizada como Marcha Verde, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) difundió una encuesta en la que el Gobierno franquista preguntaba a los españoles por esa visita del futuro rey.

El 85% de los españoles se habían enterado del viaje de Juan Carlos y al 46% le parecía bien; al 30%, muy bien; al 20% le era indiferente; y solo al 1% no le parecía bien. Además, con aquella visita, el 61% consideraba que el entonces príncipe había "ganado importancia como jefe del Estado ante la mayoría de los españoles"; el 11%, "ante la población militar"; y el 8%, "ante la clase política del país". Un 15% quedó englobado bajo la ambigua etiqueta de "otros" en la que se desconoce si existía la opción de responder que Juan Carlos no había "ganado importancia".

CIS en 1975.

CIS en 1975.

La cuestión saharaui, las relaciones con Marruecos y la españolidad de Ceuta y Melilla han aparecido esporádicamente en los estudios del CIS ya desde los estertores de la dictadura. Han ido pasando las décadas, pero la opinión de los españoles, antes y ahora, ha chocado con los desaires de los gobiernos españoles al Sáhara. En septiembre de 1974, un año antes de la Marcha Verde y de la muerte de Franco, el 37% de los españoles creían que la obligación de España era "convocar un referéndum para que la población indígena decida libremente su futuro"; el 15% defendía "mantener a toda costa los derechos de España a explotar las riquezas del territorio"; el 9% propugnaba "entregar el territorio a Marruecos"; y un 39% no sabía o no contestaba.

CIS de 1974.

CIS de 1974.

La opción menos apoyada se hizo realidad con el pacto que la España franquista firmó con Marruecos y Mauritania el 14 de noviembre de 1975, y se plasmó sobre el terreno con el abandono de las tropas españolas del Sáhara el 26 de febrero de 1976. El sondeo de 1974 ya especulaba con un posible escenario de conflicto y preguntaba cómo se debería responder ante un "peligro de guerra". El 55% defendía en ese caso "abandonar el territorio"; el 15% quería que "las tropas entrasen en guerra"; y el 30% evitaba responder.

Distanciamiento social

En efecto, el Sáhara se abandonó y el referéndum se convirtió en una quimera, lo que provocó un distanciamiento social respecto a la cuestión saharaui. En 1980, el 46% de los ciudadanos opinaban que España debía mantenerse al margen del conflicto entre MarruecosArgelia y el Frente Polisario sobre la soberanía del Sáhara. Y entre quienes defendían implicarse en el conflicto, el 51% pedía que España actuase como mediador; el 30%, apoyar al Frente Polisario y a Argelia, y apenas un 7%, apoyar a Marruecos. En cualquier caso, el 38% creía que España hizo bien retirándose del territorio, frente a un 23% que pensaba lo contrario.

CIS de 1980.

CIS de 1980.

El viraje del Gobierno respecto al Sáhara, apoyando ahora el plan de autonomía (limitada) de Marruecos, se da de bruces con una encuesta de finales de 2021 del portal Electomanía, que reflejaba que siete de cada 10 españoles eran partidarios de reconocer la plena independencia saharaui, y que uno de cada cuatro optaba por que fuera un territorio autónomo bajo soberanía española. A excepción de Vox, la mayoría de votantes de todos los partidos, incluidos ocho de cada 10 del PSOE y el 54% del PP, respaldaban la independencia del Sáhara. En caso de conflicto armado, el 54% de los españoles serían partidarios de apoyar al Frente Polisario, mientras que el 44% defendían la neutralidad española.

Electopanel de diciembre de 2021.

Electopanel de diciembre de 2021.

Más allá del Sáhara, las escaramuzas diplomáticas entre España y Marruecos se han sucedido, con Ceuta y Melilla en el punto de mira alauí. Varios barómetros del CIS se han interesado por la percepción ciudadana sobre la españolidad de las dos ciudades autónomas, y aunque la mayoría nunca la ha cuestionado, sí ha puesto límites a la defensa de ambos enclaves. En sendas encuestas de 1985 y 1987, algo más de la mitad de los españoles daban por hecho que Marruecos intentaría anexionarse por la fuerza Ceuta y Melilla antes de cinco o seis años.

CIS de 1985 y 1987.

CIS de 1985 y 1987.

Pero, en tal hipótesis, que nunca se cumplió, una mayoría que pasó del 50% al 66% de un sondeo al otro apostaba por que España mantuviese una "posición enérgica pero sin enfrentamiento armado". Solo alrededor de un 15% sí era partidario de que actuase el Ejército para frenar a Marruecos. Pero tanto en aquella década como en un barómetro de 2021 del propio CIS, más de la mitad de los encuestados tenían la seguridad de que ceutíes y melillenses seguirían siendo españoles dentro de 20 o 25 años.

Evolución del CIS.

Ceuta y Melilla no, pero el islote de Perejil sí fue ocupado por Marruecos en la canícula del año 2002. El Gobierno de José María Aznar se apresuró a clavar de nuevo la bandera española en el peñasco, episodio que fue ensalzado por la ciudadanía en un sondeo 'ad hoc' del CIS. No obstante, los españoles no temían demasiado que se repitiera el órdago, pues el 58% creían poco o nada probable una nueva acción militar marroquí. Uno de cada cuatro encuestados opinaban lo contrario. Por ello la mitad de los españoles veían muy o bastante importante para ambos países fraguar unas buenas relaciones diplomáticas.

CIS de 2002.

CIS de 2002.

Y es que las relaciones con el vecino marroquí siempre se han oteado con muchos recelos por parte de los españoles. En 1998, también bajo gobierno del PP, uno de cada tres encuestados por el CIS aseguraban que la prioridad de la relación debían serían los intereses económicos, por encima de cuestiones políticas y culturales. Unas relaciones que el 44% consideraba aquel año que eran regulares y el 22%, buenas o muy buenas.

CIS de 1998.

CIS de 1998.

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