Carles Puigdemont revalidará este sábado la presidencia del Consell per la República, el aparto parainstitucional que ideó para comandar el 'procés' desde el exterior, con contundentes dardos al 'president' Pere Aragonès por no tener una hoja de ruta "creíble" para la independencia y animando a su séquito a "emanciparse" de los partidos y a plantear una estrategia en solitario.

El que fuera jefe del Govern en 2017, afeó a su sucesor la "inexistencia" de un plan para la desconexión y sostuvo que sólo el artefacto político que él dirige desde Bruselas tiene "la posibilidad de generar una propuesta compartida en tanto que poseedor de la legitimidad" del referéndum y de la declaración de independencia que resultó fallida. "Hay que reducir la dependencia de los partidos. Tenemos que ser mucho más exigentes y tomar la iniciativa sin esperar al consenso previo entre partidos", remachó en su discurso. 

Puigdemont será reelegido por la llamada asamblea de representantes del Consell, formada por 121 miembros, que se en Canet-en-Roussillon (Francia), imponiéndose previsiblemente frente a la candidatura de su contrincante, el doctor en ingeniería industrial y uno de los promotores de la Wikipedia en catalán, Joan Ramon Gomà.

Su nuevo estatus no le impedirá seguir al frente de Junts. En febrero, este órgano rechazó una propuesta que pedía desvincular los cargos orgánicos del Consell después de que Puigdemont defendiera que su puesto en la posconvergencia es más bien simbólico y que era un debate "extemporáneo".

Sin ansias de unidad

La unidad estratégica sigue siendo un anhelo en el independentismo, pero Puigdemont quiere pasar página después de que, tras pedir un coliderazgo del 'procés', Aragonès replicara desde el hemiciclo que es él quién gobierna en Catalunya y quien tiene el encargo de lidiar con una futura hoja de ruta.

De hecho, el recorrido del Consell per la República está por ver, ya que no reúne las simpatías de Esquerra ni de la CUP -de hecho, su reformulación encalló la negociación del Govern-, los republicanos apuestan por presionar desde la mesa de diálogo y los anticapitalistas se enconan en la celebración de un nuevo referéndum.

Una vez elegido, Puigdemont nombrará a los miembros de su "Govern", que deben estar inscritos en el registro de la entidad.