El presidente del PP, Pablo Casado, cedió este martes a la presión interna y se abrió a convocar un congreso extraordinario para elegir a un nuevo líder del PP. Una junta directiva nacional que se celebrará el próximo martes, 1 de marzo, será la encargada de debatir y votar esa propuesta. El cónclave se podrá organizar a partir del 1 de abril. Alberto Núñez Feijóo, ahora presidente de la Xunta de Galicia, será probablemente el que recoja el testigo.

Casado vivió este martes su jornada más dolorosa como jefe de los populares, con una presión total para que dimitiera. Cada hora que pasaba se iba quedando más solo. A media tarde, tuvo que encajar también la renuncia de su secretario general, de su escudero, Teodoro García Egea. "Dejo el cargo, para que se le pueda dar la voz a los afiliados (...) Dejo el cargo para facilitar esta transición", declaró a la Sexta.

Casi todos los barones, incluidos el incondicional Fernando López-Miras (Murcia), la mayoría de los vicesecretarios de su comité de dirección y buena parte de los diputados fueron abandonando a su líder con declaraciones ante los medios o mensajes en las redes sociales. La demanda casi unánime era la urgente celebración del congreso para iniciar una nueva etapa.

A todos los presidentes regionales del partido, menos a Isabel Díaz Ayuso (que no lo es), los ha convocado a una reunión este miércoles a las ocho de la tarde en Génova. Por la mañana, Casado habrá ido a la sesión de control, donde tiene un turno de pregunta a Pedro Sánchez, como es habitual. Su equipo dijo el martes por la noche que la realizará. Tiene por delante otra jornada desgarradora.

"Dejo el cargo para facilitar esta transición", declaró García Egea tras presentar su renuncia como secretario general

La gestión del choque con Isabel Díaz Ayuso, que acusó a la dirección nacional de espionaje y de intentar chantajearla, ha debilitado totalmente, en menos de una semana, el liderazgo del político palentino. El líder del PP puso fin a su enroque tras ver el goteo de deserciones y escuchar, otra vez, a Feijóo pidiéndole que reaccionara. "Lo que está claro es que así no podemos seguir", sentenció Feijóo en un acto en Pontevedra. El presidente de la Xunta calificó de "inédita" la situación que atraviesa la formación popular y apuntó que es responsabilidad de los dirigentes, no de "las bases" o del regular resultado que obtuvieron en Castilla y León. A su estilo gallego, pero dando un pasito más cada día, Feijóo abrió la puerta a presentarse al congreso extraordinario. El clamor para que, esta vez sí, se decida le llegan desde dentro de la formación y también de los empresarios, según pudo saber El Periódico, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este medio.

Este proceso interno puede ser un paseo triunfal para él después de que, el domingo, Ayuso le asegurara que ella no dará esa batalla. "Todos somos responsables de esta situación. Tenemos que estar a la altura y tomar decisiones, yo entre ellos", aseguró.

El entendimiento entre Feijóo y Ayuso ha sido fatal para Casado. Después de conocerse esa alianza, avanzada por El Periódico de Catalunya el lunes al mediodía, el desmoronamiento del partido se aceleró. Los diputados más madrugadores (Ana Belén Vázquez, Celso Delgado, Marta González y Javier Bas) pusieron mensajes en Twitter para manifestar su deseo de que Casado facilitara el relevo.

Al mediodía, José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, anunció que había presentado su dimisión como portavoz nacional del partido porque se quería centrar en el ayuntamiento. Almeida ha sido una víctima colateral del cuerpo a cuerpo entre Ayuso y Casado ya que, según algunas informaciones periodísticas, una empresa municipal contactó con unos detectives para que investigaran los trapos sucios de la presidenta por encargo de la dirección nacional.

La portavocía nacional es un cargo del comité de dirección y esa no fue la única renuncia en ese núcleo duro. Además de que varios (Ana Pastor, Elvira Rodríguez y Jaime de Olano) ya le habían dicho la víspera al máximo dirigente de los conservadores que tenía que dar un paso atrás, hubo quien, como Almeida, dejó sus cargos. Lo hicieron Andrea Levy, presidenta del comité de derechos y garantías, y Belén Hoyo, presidenta del comité electoral. Esta última dimisión fue especialmente dolorosa para Casado. Hoyo, amiga personal, fue una de las personas que acompañó al dirigente a presentar sus avales, en junio de 2018, para poderse presentar a aquellas primarias.

Su exjefe de gabinete

Ya por la tarde, las peticiones de congreso urgente alcanzaron a la dirección del grupo parlamentario, de la que forma parte Guillermo Mariscal. Este diputado junto con seis más (Mario Garcés, Carlos Rojas, José Ignacio Echániz, Sandra Moneo, Adolfo Suárez Illana y Pablo Hispán) firmaron una carta en la que también exigieron la destitución inmediata de García Egea. Hispán fue jefe de gabinete de Casado durante dos años.

Sobre las cinco de la tarde llegó el reproche en Twitter de los portavoces nombrados parlamentarios por el presidente: Cuca Gamarra (Congreso), Javier Maroto (Senado) y Dolors Montserrat (grupo de eurodiputados). Los tres recordaron en sus mensajes que ya le habían dicho cara a cara que tenía que poner fecha a un congreso extraordinario.

Al verse acorralado, Casado desistió y su equipo envió un breve comunicado anunciando que incluirá en el orden del día de la junta directiva nacional la celebración de ese cónclave urgente. Su etapa como líder del PP ha terminado tras una cascada de malas decisiones que tuvieron como origen sus dudas sobre la opción de darle más poder a Ayuso, que llevaba cuatro meses pidiéndole una fecha para el congreso autonómico del PP.

Según explicó García Egea en la Sexta, al enterarse Casado y él de que su hermano, Tomás Díaz Ayuso, había disfrutado de contratos a dedo con la Comunidad de Madrid y había llegado a ganar "280.000 euros" en comisiones, algo que Génova no ha podido probar, tenían la obligación de denunciar la posible corrupción. Según fuentes de la Puerta del Sol, sin embargo, ha sido "una campaña de difamación" que responde a "celos políticos" de Casado a Ayuso. Los contratos ya están en manos de la fiscalía y este asunto tendrá su propio recorrido dentro de unos meses. El de Casado al frente del PP, sin embargo, parece que ha llegado a su fin.