El bloque de oposición a Pablo Casado, organizado en los últimas días en toda España, ha comenzado los primeros movimientos. Afiliados del partido de distintos territorios están divulgando una carta a través de las redes sociales en la que piden que convoque "de forma urgente" a los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional para "designar una dirección provisional que se haga cargo de las cuestiones ordinarias del partido hasta la celebración de un congreso".

Consideran que "somos un partido con vocación de Gobierno, con un legado de servicio a España" y "en los últimos días no hemos estado a la altura de nuestra propia historia". La reciente imagen que el PP ha proyectado, aseguran, en referencia al cruce de acusaciones públicas entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, tampoco es "acorde" con los militantes y afiliados que "respaldan nuestras siglas". "Ver manifestarse a una parte de la militancia ante la sede nacional es la más triste ilustración de que se ha fallado". "El partido tiene que disculparse por ello".

"Soluciones extraordinarias y dolorosas"

El texto 'En defensa de un PP a la altura de un gran país' lo está replicado militantes de varias comunidades. Defienden que una "situación extraordinaria requiere soluciones extraordinarias y dolorosas, en alusión a que se vaya Casado y su equipo. "Somos un partido democrático que debe trazar su camino de mano de la militancia". Y eso es lo que se consigue con un congreso, que ni siquiera dicen si debe ser ordinario (toca en julio) o extraordinario.

Sí que el periodo de transición hasta su realización "debe ser lo más corto posible" porque España "no merece estar pendiente de nuestra vida orgánica" y "debemos volver a centrarnos cuanto antes en lo que verdaderamente importa a los ciudadanos". "Estas decisiones que planteamos tiene la única motivación de poner a disposición de los españoles un proyecto competitivo, pensado para obtener su confianza mayoritaria y poder aplicar nuestros principios y nuestros valores desde el Gobierno de España".

Detrás de este manifiesto está el sector del PP que cree que Casado ya no puede seguir ni un minuto más al frente del PP. La nueva manera de presionar es a través de las bases. Todo este grupo mira a Alberto Núñez Feijóo como referente, a la espera de que dé el paso, y están totalmente alejados de la influencia de Ayuso o del PP de Madrid, aunque probablemente también mantengan contactos con ellos.

El liderazgo de Feijóo

A lo largo del fin de semana, según las fuentes consultadas, se esperaba que el aún presidente del PP tomara alguna decisión. Se le había pedido que sacrificara a García Egea, en aras de la pacificación interna y para que él pudiera mantenerse al frente. En este punto diferían los que creían que Casado está totalmente "liquidado" y lo que piensan que igual "con una nueva dirección y cambios en el proyecto", aún podría ser el candidato. Esto último lo defienden personas que hasta hace muy poco eran próximas a él. Pero lo que era "innegociable" y una exigencia de la mayoría de los territorios era la salida del secretario general.

A Egea se le atribuye haber sido un "kamikaze" en la dirección del PP para hacerse con el control del partido. "Ha dado más poder a los presidentes provinciales para debilitar a los presidentes autonómicos". Su petición de cese era un clamor este fin de semana en el PP. Porque el cuestionamiento de Casado y su equipo ha superado con creces las críticas al enfrentamiento de ambos con Ayuso y está ya en otro plano: un sector muy relevante de la organización creen que su mandato no da más de sí y que con ellos al frente nunca se llegará a Moncloa.

Feijóo ha sido el único que en los últimos días, de manera bastante contenida, marcó a Casado el jueves y el viernes el camino a seguir apuntando al sacrificio de Egea. Pero el tiempo para que eso sucediera acabó el domingo por la noche. Ahora se ha entrado en una segunda fase, donde el objetivo es el presidente del PP, como ha puesto de manifiesto la carta que pide su dimisión divulgada este lunes.

El aparato de Génova

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Tanto Casado como Egea han decidido atrincherarse y el único movimiento ayer fue convocar un comité de dirección como cada lunes. Creen que tienen el control de una parte de la organización, en referencia los presidentes provinciales. Según fuentes conocedoras sus cálculos es que contando Ceuta y Melilla dominan a "48 o 50". Y además, explican, hay un "coordinador en cada región" pendiente de todos los movimientos orgánicos. Sobre esta estructura basan sus posibilidades sus posibilidades de continuar como si nada e incluso de que Casado se presente de nuevo a un congreso.

Otras fuentes del partido opinan que este escenario que plantea Génova no es real porque en estos momentos hay una rebelión de las bases contra Casado y los presidentes provinciales, aunque los haya puesto Egea, no pueden ir en contra de la opinión de sus propios afiliados. "La militancia no quiere a Casado". Añaden, además, que muchos de los presidentes provinciales de Egea tampoco son una verdadera autoridad en su territorio porque, relatan, suelen escoger a gente manejable, que no son una referencia en la provincia, para pasar a cuchillo a quienes no les respaldaron en el congreso. En todo caso el PP, reventado en dos mitades, se adentra en una guerra feroz para deponer a Casado de Génova.