El congreso del PP de Castilla y León, bautizado internamente como el de la unidad tras meses convulsos dentro del partido, terminó con un cierre de filas sin fisuras hacia Alfonso Fernández Mañueco. Los presidentes autonómicos se alinearon en el mensaje de que las elecciones del 13 de febrero se juegan en clave nacional y afectarán a todos. Mañueco será quien abra el nuevo ciclo electoral (después irá Andalucía) y sobre él recaen las esperanzas de toda la organización para visualizar una gran victoria que dé continuidad a la de Madrid. El presidente castellanoleonés y Génova comparten objetivos, pero el candidato también sale reforzado de este cónclave en términos orgánicos.

En su nueva ejecutiva incluyó como miembro nato por designación directa a Pedro Viñarás, el gerente que Génova destituyó el verano de 2020 y que desató un pulso importante con la dirección nacional. El tesorero llevaba las cuentas del partido en esta comunidad desde 1989. Mañueco le recuperó en aquel momento contratándole como asesor del grupo parlamentario en las Cortes y causó un enorme malestar en la cúpula popular. Los tiras y aflojas fueron constantes durante algunos meses con el secretario general, Teodoro García Egea

Pero la crisis abierta por el control del PP de Madrid desplazó otras tiranteces como esta y, de forma paralela, Mañueco y Génova empezaron a compartir intereses que rebajaron la tensión. Así lo reconocen distintos dirigentes con peso en Castilla y León, donde aseguran que la interlocución es muy estable desde hace tiempo y que ese pulso ya pasó. Sin embargo, otros ex pesos pesados del partido también aseguran que la presencia de Viñarás en el nuevo comité ejecutivo es una demostración de fuerza de Mañueco.

El presidente autonómico salió reelegido como líder del PP en su comunidad con más del 98% de los compromisarios. Y con él, una nueva ejecutiva que tiene varios miembros natos (el portavoz de las Cortes, él presidente y secretario de NNGG, los presidentes provinciales y expresidentes de la Junta, entre otros, y como “miembro por designación directa del presidente” figura Viñarás). También su mano derecha y portavoz en las Cortes, Raúl de la Hoz, que está expedientado por Génova precisamente por el contrato del exgerente.

El caso de Viñarás estuvo precedido por otros movimientos desde la dirección nacional que no gustaron nada en el entorno de Mañueco. El cese de la gerente de León, Yolanda Gutiérrez; o incluso el hecho de que Javier Maroto se empadronara repentinamente por Segovia para poder ser designado senador tras las elecciones autonómicas. Todo ello tras el batacazo de las generales de abril en las que no consiguió revalidar su escaño por Ávila. 

Los congresos provinciales también estaban llamados a ser fuente de conflicto. Hubo momentos en los que el apoyo de Génova al presidente autonómico para seguir al frente del partido brillaba por su ausencia. Pero, finalmente y con la excepción del PP de Salamanca (un caso único donde, al menos por ahora, no es posible un acuerdo y el partido ha preferido aplazar su celebración), las grietas se cerraron.

“Es otro ejemplo más de que lo de Madrid puede solucionarse. Las cosas cambian de un mes para otro y lo importante es que el PP gane todas las elecciones”, siguen defendiendo distintos dirigentes señalando la fortaleza de Mañueco como líder del partido en su comunidad, coronado de nuevo y que ahora tratará de rozar la mayoría absoluta. El PP sólo ha perdido las elecciones autonómicas en 2019, cuando el PSOE se hizo con la victoria. 

Golpe a Sánchez y freno a Vox

Más allá de la cuestión orgánica, Mañueco recibió un espaldarazo absoluto de los principales dirigentes en el congreso de este fin de semana. Por primera vez, las elecciones autonómicas castellanoleonesas irán en solitario, sin coincidir tampoco con las municipales. El gran reto es la movilización en una comunidad donde la votación de los alcaldes suele tener mucho protagonismo.

Mañueco contará con la presencia de todos los barones durante la campaña, y también con Casado. Isabel Díaz Ayuso, convertida también en un reclamo electoral, compartirá un mitin clave con el presidente. Es previsiblemente que la dirigente madrileña visite la comunidad alguna otra jornada. Pero, en todo caso, Mañueco decidió exportar el modelo del 4-M en una campaña con mirada nacional y ataques directos a Sánchez.

Para el PP son unas elecciones cruciales por distintos motivos. El adelanto electoral obliga a una victoria consistente. Además, Casado está convencido de que el camino para ganar las generales pasa por cosechar éxitos en todas las citas autonómicas. Este año en Castilla y León y Andalucía. Se consolidaría un nuevo golpe para el PSOE, igual que ocurrió en Madrid. 

El freno a Vox es la otra cuestión de máxima importancia. Los populares cuentan con una irrupción importante del partido de Santiago Abascal, pero hay dirigentes que discrepan de la fuerza que podrían llegar a obtener. Que Vox se plantara en los diez procuradores sería un problema para el PP. Tanto en la dirección nacional como en el partido regional consideran probable rozar la mayoría absoluta y en eso concentrarán a toda la organización en las próximas semanas.