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El PP apuesta

Casado confía en que los triunfos del PP en Castilla y León y Andalucía le sirvan de trampolín a la Moncloa

El líder conservador espera absorber el voto de Ciudadanos y frenar el crecimiento de Vox | La disputa con Ayuso por el partido en Madrid es el principal escollo interno y su resolución no tiene fecha aún

Pablo Casado.

La cuarta mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo, en julio de 2020, le llegó demasiado pronto a Pablo Casado. La mayoría arrolladora de Isabel Díaz Ayuso, en mayo de 2021, incluía una mina trampa y tampoco le sirvió. Por eso, el líder del PP sigue buscando unas elecciones que sean para él lo que fue para Mariano Rajoy la primera mayoría absoluta de Feijóo: el trampolín a la Moncloa. El ahora dirigente de los populares espera replicar ese relato este año gracias a los comicios de Castilla y León, el 13 de febrero, y los de Andalucía, que probablemente se celebrarán en el segundo semestre.

Rajoy contaba que aquel triunfo en Galicia en 2009 marcó un antes y un después en su carrera política. A partir de ahí empezó a hacerse perdonar el fracaso en dos generales (2004 y 2008) y comprobó cómo los españoles volvían a mirar al PP como alternativa de Gobierno, algo en lo que ayudó, inevitablemente, la grave crisis económica y los recortes sociales que José Luis Rodríguez Zapatero aprobó en 2010. Casado también ha perdido dos elecciones al Congreso (ambas en 2019) y tiene al Gobierno de Pedro Sánchez arrinconado por el covid-19 desde el tercer mes de esta legislatura.

El jefe de la oposición aspira a que los triunfos de Alfonso Fernández Mañueco, en Castilla y León, y Juanma Moreno, en Andalucía, marquen un cambio de paradigma que en la dirección del PP ya quieren ver en las encuestas que les dan por encima del PSOE, aunque ese optimismo se esté basando en sondeos que a veces no superan las 1.000 personas.

"El escenario que tiene Casado por delante es muy bueno. Las perspectivas en las dos comunidades son espléndidas. Mañueco ha pillado a Vox en las provincias sin caras reconocibles ni candidatos ni nada que se le parezca. Y Moreno va muy lanzado en Andalucía, hace muy bien con esperar a convocar, a ver si crece tanto que puede hacer como Ayuso en Madrid y no tener que meter a Vox en el próximo Gobierno", analiza un alto cargo del partido.

De hecho, esa radiografía coincide con la que pintan los asesores de Ayuso desde noviembre, cuando las pullas con Casado facilitaban una crónica diaria. En la Puerta del Sol, el panorama se ve tan halagüeño para el líder que no se ha entendido que se haya enfrentado a la presidenta al negarle de forma automática (al contrario que en otras comunidades) que pueda asumir el poder del PP de Madrid.

La figura de Almeida

La dirección nacional no ha querido ceder a la presión y convocar ya el congreso interno en el que los militantes decidirán quién debe presidir el partido. El triunfo de Mañueco en febrero facilitaría a Casado una victoria con la que decirle a Ayuso que ella no arrasó en mayo por ser quien es, sino porque las siglas del PP han renacido de las cenizas de la moción de censura. "La duda es si Casado se cree eso realmente...", lanzan desde Sol sobre la figura de la presidenta. En todo caso, una victoria clara en Castilla y León puede desatascar el dosier madrileño y animar a Génova a convocar ya el congreso en el que, por otro lado, el propio equipo de Casado asume que Ayuso ganará.

Será interesante ver cómo acaba el plan, en el que José Luis Martínez Almeida se prestó a participar, y que consiste en que él también barrunta presentarse a las primarias contra Ayuso. Esa posibilidad ha facilitado a la dirección su estrategia de decir que entonces era mejor apoyar una 'tercera vía'.

Petición de consejerías

En Castilla y León, Casado espera seguir captando el voto de Ciudadanos, que llega a esas elecciones con un estado frágil y el miedo a desaparecer de las Cortes, como ya saltó de la Asamblea madrileña. Por el flanco de la derecha, cree que frenará el crecimiento de Vox, porque no dispone de una estructura sólida en esa comunidad. Aunque tampoco la tenía en Catalunya y logró vapulear el PP 11-3 el pasado febrero.

En ese caso, lo más interesante será ver cómo actúa la ultraderecha el día siguiente. Si el PP cumple sus pronósticos, es probable, según los sondeos, que necesite a Vox para la investidura y los ultras podrán exigirle a cambio algunas consejerías. Esa negociación se verá como un adelanto de la estrategia que Casado aplicará si se impone a Pedro Sánchez en las próximas generales, que tocarían a finales de 2023.

La política del Banco Central Europeo

La economía, pilar tradicional de la oposición del PP, no ha despuntado todavía por los buenos datos de empleo y la llegada de los fondos europeos. Sin embargo, según apuntan fuentes de la dirección, las incertidumbres son múltiples y el PSOE puede verse acorralado por la inflación y las decisiones que tome el Banco Central Europeo para contenerla.

Casado también estará pendiente este 2022 de la evolución en los tribunales de algunos escándalos de su partido. Entre los dosieres destaca el que afecta a Esperanza Aguirre, su madrina política. La lideresa puede acabar en el banquillo. El presidente del PP quiso huir del lastre de la corrupción vendiendo al sede de Génova. Anunció en febrero que se irían del edificio, pagado con dinero negro. Han pasado 323 días y todavía siguen ahí.

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