El mayor misterio del congreso extraordinario del PSC que el partido celebra este fin de semana en el Centre de Convencions Internacionals de Barcelona es a quién elegirá Salvador Illa para rodearse durante los próximos años en su estrategia de asalto a la Generalitat. En una formación con una historia reciente tan convulsa como la de los socialistas catalanes, decir eso es lo mismo que decir que las cosas marchan bien.

Illa ganó las elecciones catalanas el pasado 14 de febrero, después de relevar por sorpresa semanas antes como candidato a Miquel Iceta. La victoria electoral le ha regalado un ascenso tranquilo a la primera secretaría del PSC. Su antecesor en el cargo, ahora ministro de Cultura, es su principal aval. En estos días previos al congreso, las federaciones elucubran acerca de qué peso decidirá otorgar el nuevo líder a cada una de ellas 

Pero en ningún caso habrá convulsiones como las de la etapa dura del procés. Por poner un ejemplo: uno de los protagonistas de las guerras internas de aquellos primeros años, Joan Ignasi Elena, es ahora 'conseller' de Interior de la Generalitat por ERC. Él -que había sido alcalde socialista de Vilanova durante seis años- y otros compañeros que abrazaron postulados cercanos al independentismo ya han dejado el PSC. Primero Iceta, y ahora Illa, han logrado una cohesión interna difícil de imaginar hace poco más de un lustro.

Secretario de Organización 'in pectore'

Ninguna de las fuentes consultadas duda de que el cónclave del fin de semana servirá para que Illa afiance su control del día a día del partido. "Iceta lo hizo secretario de Organización porque a él estas cosas no le interesaban mucho. Pero ahora Illa seguirá al mando del área, nombre a quien nombre como nuevo secretario. Eso no tiene mucha importancia porque, en realidad, no la va a dejar en manos de nadie", afirma un miembro de la dirección del partido.

"Illa seguirá al mando de Organización, sea quien sea el nuevo secretario", aseguran fuentes de la dirección

"¿Quién está en la ejecutiva del PSOE? Nadie lo sabe", dice otra voz del partido para dar a entender que, así como en el PSOE el liderazgo de Pedro Sánchez es incontestable, Illa saldrá del congreso del fin de semana con todo el poder en el PSC. "La misión es ahora afianzar a un grupo de gente para conseguir los objetivos marcados", añade. El nuevo líder del socialismo catalán es ambicioso; nadie en su entorno duda de que cree que es posible desbancar al independentismo en los próximos años.

Ascenso fulgurante

De momento, la llegada de Illa a la cúspide de la pirámide del PSC -después de una etapa como ministro de Sanidad en la que, por culpa de la epidemia de covid, adquirió una notoriedad pública que nadie esperaba- ya ha devuelto al partido a un lugar donde hacía muchos años que no estaba: a los cenáculos catalanes donde se toman las decisiones importantes. Baste recordar el papel principal del partido en la negociación, aún en curso, para la renovación de más de un centenar de altos cargos cuyo mandato está caducado en instituciones tan importantes como el Síndic de Greuges, la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals o el Consell de l'Audiovisual de Catalunya.

El nuevo líder del PSC ha procurado que, desde el primer día de su regencia, los catalanes visibilizaran al partido como una opción real para la Generalitat. Ahí está el Govern Alternatiu, que, pese a las críticas que recibió de sus rivales, sigue reuniéndose cada viernes y proponiendo planes sobre áreas concretas; el último, sobre la educación entre 0 y 3 años. Illa califica su oposición de "contundente pero constructiva", y no lo ha sido más por la negativa en redondo del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a negociar con él los presupuestos de la Generalitat. Los republicanos quieren sustituir a los socialistas en el área metropolitana, no darles oxígeno.

El cónclave busca preparar al partido para tratar de alcanzar el poder tras las próximas elecciones catalanas

El papel de Iceta

A las cábalas sobre quién ocupará los lugares de más peso en la nueva dirección se han unido las que se hacer en torno a qué papel se reserva para Iceta en la nueva cúpula. Pese al silencio que mantiene Illa sobre todos estos asuntos, se asume que el ministro de Cultura puede convertirse en el nuevo presidente del partido. "Miquel no dirá que no a algo que le pida Salvador, si es que se lo pide", dice un dirigente que conoce muy bien al todavía primer secretario.

Si eso sucede, y a pesar del peso político de Iceta y de que el reconocimiento de su labor al frente del partido en los últimos años es prácticamente unánime, el nuevo presidente del PSC intentará tener "un papel más institucional que orgánico".

Las fuentes consultadas subrayan que el congreso llega esta vez en un momento en que "el partido está bien", a diferencia de otros cónclaves del pasado reciente. Los socialistas creen que las últimas elecciones catalanas demuestran que han dado la vuelta a la tendencia descendente de los primeros años del 'procés', y que recogerán los frutos de la voluntad de gran parte de la sociedad catalana de pasar página. La cita dejará al partido preparado para afrontar los próximos comicios, sean cuando sean.