Las campanas de la catedral de La Almudena resonaban con fuerza en la mañana de este martes mientras la explanada se iba llenando de devotos y curiosos. La expectación por el encuentro público en la misa en honor a la Virgen, patrona de la capital, entre Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida no podía ser mayor. Sobre todo, tras semanas convulsas por el control del PP regional y una guerra sin cuartel entre Génova y la Puerta del Sol.

Presidenta y alcalde coincidieron públicamente por primera vez tras su comida de hace días en la Real Casa de Correos y la reunión de la junta directiva regional que puso negro sobre blanco la división en la formación.

Llegaron por separado y entre aplausos y gritos de apoyo de los asistentes. El alcalde insistió en que esta misma mañana “se mensajearon”, poniendo el acento en “el buen rollo que ambos tienen”. “Tanto que no nos tenemos bloqueados”, bromeó Almeida en referencia al bloqueo en WhatsApp que la presidenta regional mantiene a varios cargos del partido, incluido Teodoro García Egea. Evitó posicionarse, eso sí, sobre la futura presidencia del PP madrileño y no se salió de su mensaje habitual: “Quiero que el congreso se celebre cuando toque”.

Ayuso: "El alcalde y yo estamos trabajando y dando estabilidad"

Ayuso: "El alcalde y yo estamos trabajando y dando estabilidad" Agencia ATLAS / EFE

Ayuso llegaba poco después y se produjo el saludo, los besos y el posado conjunto. Aguantaron unos minutos para lanzar un mensaje de unidad al partido en mitad de tanto ruido y escenificar, al menos por un día de fiesta en Madrid, una cierta estabilidad que internamente lleva tiempo tambaleándose. El alcalde fue en su busca y al cruzarse miraron a las decenas de cámaras agolpadas.

La presidenta atendió a los medios de comunicación justo después mientras avanzaba el paso con la Virgen de La Almudena y ante la atenta mirada del cardenal Carlos Osoro, arzobispo de la Archidiócesis de Madrid, que si tenía dudas de la relevancia mediática sobre la situación del PP de Madrid, las disipó rápidamente. Las campanas seguían su curso mientras Ayuso recogía el guante del alcalde y aseguraba que “como siempre, la relación con Almeida es muy buena”. Otro mensaje para Génova.

La dirigente madrileña sí fue más explícita con sus querencias: “Siempre he defendido que quiero que el congreso sea pronto porque creo que es lo mejor para todos. Quiero unir mi casa, que es el partido, y lograr ampliad mayorías”, dijo. Unión y consenso, pero sin injerencias. “Yo sólo he ducho que quiero que se celebre pronto sin imponer y sin decir nada más. Tengo ilusión por dar este paso. Y lo que tengo claro es que lo que no sea unirnos va en detrimento de los ciudadanos. Estamos mostrando una verdadera alternativa al Gobierno de España y es lo que tenemos que hacer”, zanjó la presidenta para tomar asiento en la fila de sillas principal junto a algunos de sus consejeros. Los concejales de Almeida también escoltaban a su alcalde. Reencuentro pacífico, pero con mucho recorrido bélico aún.