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Violencia machista

La defensa de un acusado de degollar a su expareja en Dénia alega un trastorno por un misil

La Audiencia reinicia el juicio por un crimen machista que se suspendió por el covid y las acusaciones piden 27 años para el procesado

El acusado del crimen en Dénia al llegar ayer a la Audiencia de Alicante.

La Audiencia de Alicante inició este martes de nuevo un juicio con jurado por un crimen machista en Dénia que se suspendió el pasado verano por un brote de covid en la cárcel de Fontcalent. El tribunal popular, que tuvo que formarse con nuevos miembros, decidirá esta semana si el asesino confeso de una mujer rusa de 44 años en octubre de 2019 sufrió algún trastorno mental o era plenamente consciente y fue un asesinato con alevosía, como reclama la Fiscalía y la Generalitat, que ejerce la acusación popular. Mientras que las acusaciones piden penas que suman 27 años de prisión por asesinato con alevosía, allanamiento de morada y quebrantamiento de una orden de alejamiento, la defensa considera que se le debe aplicar la eximente por las circunstancias atenuantes de alteración psíquica y miedo insuperable.

"Es un enfermo mental", sostiene el letrado Juan Francisco Arques, quien asumió la defensa tras la suspensión del juicio el pasado verano y precisó ante el jurado popular que el procesado sufre "crisis disociativas" derivadas de un estrés postraumático por un episodio sufrido hace más de 30 años con su país en la guerra de Afganistán, donde un misil impactó junto a un camión y murieron dos compañeros de las tropas rusas.

El abogado defensor, que también rechaza que sea un crimen machista porque no eran pareja y el acusado es homosexual, aportó asimismo al inicio de la vista oral una copia de un testamento realizo por el acusado meses antes del crimen y cuando se tramitaba una denuncia por violencia de género que le interpuso la víctima. En dicho testamento el procesado Román Ch., de nacionalidad rusa como la víctima, incluía una cláusula en la que pedía que si él fallecía antes que se investigase a ella. El acusado, según su abogado, quiso denunciar ante la Policía que la acusación de malos tratos obedecía a un plan preconcebido para quedarse con la casa y que temía por su vida. Por ello, siguiendo la recomendación de la Policía, hizo el testamento con dicha cláusula.

Por el contrario, tanto para el fiscal como para la abogada de la Generalitat no hay dudas de que fue un asesinato con alevosía en el que procede aplicar la agravante de género porque fueron pareja y existía una orden de alejamiento en vigor.

Elena V., de 44 años, estaba durmiendo con su hija de 11 años cuando fue atacada por el acusado a las cuatro de la madrugada del 22 de octubre de 2019. Según las acusaciones, el procesado accedió por la fachada a la vivienda con la ayuda de una escalera que había comprado horas antes en una ferretería y tras hacer salir a la menor de la habitación le cortó el cuello a Elena.

Según la Fiscalía, el acusado y la víctima mantuvieron una relación sentimental que terminó en 2018 cuando Elena le denunció por malos tratos.

El procesado, según el fiscal, era "incapaz de asumir la ruptura" y por ello degolló a Elena con un machete de 17,5 centímetros de longitud. No tuvo posibilidad de defensa y tras cometer el crimen esperó sentado en el salón la llegada de la Policía.

Para la segunda sesión del juicio en la Audiencia de Alicante está previsto que hoy declare el acusado y testigos. La niña no tendrá que revivir el crimen de su padre y al prestar declaración como prueba preconstituida poco después de la muerte de su madre.

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