El Govern aprobará los presupuestos en el Consell Executiu el próximo 9 de noviembre sin el apoyo de la CUP garantizado. De hecho, los anticapitalistas advierten de que por ahora no están en disposición de ceder sus nueve votos para las cuentas catalanas porque las cifras no les convencen y el enfoque de la legislatura no evidencia un "giro a la izquierda".

La diputada Eulàlia Reguant sigue negociando con el titular de Economía, Jaume Giró, y con una delegación del más alto rango encabezada por el propio president Pere Aragonès, pero los macroproyectos siguen encallando el cauce de las conversaciones, como explicó este diario.

El tiempo se agota y la CUP eleva el tono y vuelve a jugar la carta del referéndum. Reguant ha aprovechado el lanzamiento del nuevo libro del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, en el que apuesta por una consulta soberanista sin adjetivos, para afear a ERC y Junts que "cometieron un error" en el debate de política general porque "no deberían haber abandonado nunca la vía del referéndum", ya que, opinan los 'cuperos', hubiera servido para presionar al Estado en la mesa de diálogo.

"Hay que trabajar para generar las condiciones para un nuevo referéndum y para unos presupuestos que giren a la izquierda, pero vemos cómo ERC y Junts no están alineados con la mayoría de este país", ha insistido, puntualizando que la votación no es una condición 'sine qua non' para su 'sí' a las cuentas.

Así, ha acusado al president y al vicepresidente Jordi Puigneró de "hacer oídos sordos" y de ser "incapaces de ver más allá de las batallas intestinales" entre socios. "Un nuevo referéndum es la vía del 80%, la que provoca más desgaste y más contradicciones al Estado y la más comprensible para la comunidad internacional", ha subrayado, defendiendo su propuesta de celebrar una consulta antes del final de esta legislatura, es decir, antes del 2025.

Las cifras

En cuanto a las cifras concretas, la CUP lamenta que en vivienda sólo se prevea una inversión de 600 millones de euros -el acuerdo para la investidura fijaba 1.000 millones de euros en esta materia- y que no se contemplen contrataciones de personal sanitario -aunque sí se asegura el 25% del presupuesto sanitario para la atención primaria-. Ahora bien, se reservan 70 millones de euros para la gratuidad del P2, 60 millones de euros a políticas de acompañamiento a los jóvenes extutelados por la Generalitat y 800.000 euros a la consulta sobre la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno.

Donde no hay margen de negociación es en fiscalidad. Giró cerró la puerta a una subida de impuestos, pero los cuperos siguen exigiendo la creación de un nuevo tramo de IRPF -a partir de los 60.000 euros anuales y hasta los 90.000 de +0,5%- y rebajar el tope a las personas exentas de pagar el impuesto de patrimonio, de 500.000 a 300.000 euros, así como gravar "mucho más" a los patrimonios superiores a 10 millones de euros de patrimonio.

Cs y PPC, contra Illa

Por parte de los comuns, el diputado David Cid ha reiterado la predisposición de su partido a sentarse a negociar las cuentas, aunque ha deslizado que hay elementos de la ley de acompañamiento que les "preocupan": "Necesitamos poner todos los recursos. No es que no avance en fiscalidad justa y verde, sino que reduce la recaudación que sería posible", ha añadido.

El líder de Cs, Carlos Carrizosa, ha señalado al jefe de la oposición, Salvador Illa, de "no querer molestar" a los socios en el Govern, al ofrecerse a negociar los presupuestos, "porque quiere gobernar con ellos" y ha equiparado su estrategia política a la de Oriol Junqueras cuando ERC no formaba parte del Ejecutivo y después cerró con los posconvergentes la marca de Junts pel Sí en el 2015. "Los intereses comunes del PSC son mantener en el Govern a [Pedro] Sánchez y procurar un tripartito en Cataluña", ha añadido.

De mismo modo, desde el PPC, la diputada Lorena Roldán ha inquirido en que las cuentas catalanas no sirven para "ayudar a los catalanes a superar la crisis, sino para blindar a Sánchez y al separatismo en sus cargos". "El PSC está dispuesto a apoyar una masacre de impuestos y un enorme gasto en propaganda separatista", ha añadido, tachando a los socialistas de ser "la marca blanca de ERC".